CAPÍTULO 10

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Bajamos del auto y la conduje al pequeño local que había encomtrado un día mientras viajaba sin rumbo, me había gustado porque simplemente tenía ese toque hogareño y rústico que me gusta; el negocio se encargaba de preparar todo tipo de mezclas que tuvieran que ver con el chocolate.
-¡Qué bien huele!- miré a Mols y me di cuenta que le brillaban los ojos de puro gusto.
-¿Te gusta el lugar?-murmuré cerca de su oído disfrutando de su delicioso olor, ella se giró, me miró a los ojos y asintió lentamente, sus preciosos labios rosados un poco separados se veían increíblemente tentadores, me acerqué, tanto que podía sentir su aliento mezclándose con el mío, tan cerca...
-Buenas noches señor Somerhalder- Mols abrió mucho los ojos y se separó de mi rápidamente y yo miré furibundo a la gerenta a quien conocía bien debido a las veces que ya había visitado el lugar, un lugar al que pensaba traer a Nikki...
-Jeanie-dije forzando una sonrisa-el lugar de siempre por favor- ella asintió, tomó dos cartas y nos condujo por la parte trasera de la recepción evitando que los demás clientes nos vieran; es entonces que me doy cuenta de lo imbécil que he sido al casi besar a Mols en la recepción, cualquiera que hubiera pasado podría haber fotografiado eso y entonces sería yo el infiel y Nikki obtendría lo que quería, tenía ganas de golpearme ante mi estupidez, eso no pasaría.
Por el rabillo del ojo vi a Mols quien estaba pendiente de sus pensamientos, no parecía prestar atención a su al rededor. Jeanie abrió una puerta y nos dejó pasar a un pasillo lleno de puertas e iluminado por unas farolas pegadas a la pared, en general tenía un aspecto genial, después de pasar unas puertas nos dejó pasar al reservado, un espacip pequeño donde había una mesa, dos sillas un timbre discreto y un pequeño espacio para bailar.
-Ya conoce el sistema, aquí está la carta- dicho esto dio media vuelta y se fue.
-¿Cómo te sientes? -Mols dejó de mirar la carta y me miró fijamente.
-Bien-hace una pausa incómoda mueve sus manos y se sienta sin esperar a que yo abra la silla para ella-¿seguiremos jugando?- su pregunta me descoloca y simplemente asiento, me muevo y tomo asiento frente a ella, sé perfectamente que no está bien, que sigue acojonada por lo sucedido, sigue teniendo ese aire temeroso muy impropio de ella, miro el cardenal que ha dejado en una de sus sienes ése imbécil-deja de mirarme así-me reprende-odio ser blanco de compasión-molesta toma la carta y se esconde tras ella.
-¿A quién le tocaba preguntar?- ella baja la carta otra vez y se encoge de hombros-Bien lo haré yo-digo y miro la carta en la parte de las trufas-¿Trufa de chocolate dulce o amargo?- ella sonríe y se queda pensativa un rato.
-Mmmmm...-se coloca un dedo sobre el labio inferior y presiona ese precioso labio con el ceño fruncido-es una decisión difícil pero yo escogería...redoble de tambores- golpea la mesa con sus dedos y dice- semiamargo- me rio.
-Así que semiamargo-
-Sip-suspira-ahora me toca a mi- dice y piensa- ¿Por qué me trajiste a éste lugar?- ¿Por qué la traje aquí?  Simplemente por que ella me gustaba y mucho, pero esas palabras no querían salir de su garganta, estaban atoradas sin razón.
-Te traje aquí porque creí que te gustaría-me encojo de hombros y mira a Mols...
N/ A
Sé que es muy corto y que está a medias pero aparte de que mi querido wattpad eliminó la mayoría de lo que ya había escrito antes he tenido la genial idea de cambiar a narrador omnisciente de manera que les puedo dar a conocer ambas partes de la historia así que por hoy dejaré ésta mentira de capítulo y mañana o más tarde subiré otro.
No olviden votar, comentar y pasarse por mis otras novelas ;)
Los quiero!

Al Diablo El Maquillaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora