-Vaya, Melisa, estas muy guapa -dijo Milena.
-Gracias, tu también.
Melisa había decidido ponerse un vestido negro de encaje ajustado y que le llegaba por encima de las rodillas. La espalda la llevaba al descubierto, ya que el vestido se ataba por el cuello. Se había ondulado su larga melena castaña, y esta le caía desperdigada sobre los hombros y la espalda. Aquella noche Milena le había insistido en que se maquillara, y decidió ponerse un poco de sombra negra, de manera que sus ojos marroñes quedaran enmarcados y resaltaran más. Se había dado un ligero toque de color rosa en sus mejillas y había decidido pintarse los lavios de color rosa.
Milena, en cambio, iba con una camisa ajustada y de tirantes granate, con un pequeño escote. Llevaba unos tejanos ajustados de color negro y unas botas de tacon de aguja que le hacian la figura más esbelta. Había dejado su melena suelta, y se había puesto también sombra de ojos negra para resaltar sus preciosos ojos verdes. Ella era más probocatiba y se pintó los lavios de color rojo.
-La verdad es que estas fantastica -dijo Melisa- ¿Quieres conquistar a Adam? -sonrió maliciosa.
-Podria decirte lo mismo, Melisa. Creo que nunca te había visto tan arreglada. Y enseñando tanto.
-Has sido tu la que ha insistido...
-En el maquillaje, la ropa ha sido decisión tuya -dijo sonriendo- ¿Dispuesta a enamorar a Alex?
-¡No digas tonterias!
-Si te estas poniendo roja como un tomate.
-Vamonos, Clementy se enfadara, son casi las nueve.
Las dos chicas cojieron sus bolsos, una chaquetilla y salieron.-Tanta prisa para ahora esperar -se quejó Milena- Clementy está acabando de arreglarse, y Daniel e Izan estan de camino. ¿Cuando vendran Adam y Alex al final?
-Me ha dicho que les avisemos cuando acabemos de cenar.
-Perdón por la espera -dijo Clementy mientras se acercaba a ellas- ¡Vaya! Veo que estais dispuestas a darlo todo. A vuestro lado parece que yo vaya de andar por casa -dijo mientras se ponía la chaqueta sin abrocharsela.
-No digas tonterias. Además estas fantástica.
Clementy llevaba una camisa blanca junto con una falda de tubo negra que le llegaba a las rodillas. Llevaba unos zapatos blancos de tacon a juego con su blusa. Se había recojido el cabello en una coleta alta, y se había maquillado de forma más suave. Una sombra de ojos marrón, a juego con sus ojos. Un ligero toque de colorete en un tono rosaceo y los lavios de un rosa palído y brillante.
-Daniel e Izan no tardaran en llegar -le dijo Milena.
-¡Sentimos llegar tarde! -se disculpó Daniel- He tenído que traerle casi a la fuerza...no quería venir -susurró.
Izan tenía cara de pocos amigos. Las saludó apenas sin mirarlas, y cuando cruzó la mirada con Melisa la apartó.
-Estupendo -susurró Milena- Parece que vamos a tener una noche movida. Espero que no seais cabezones y hagais las paces.
-Yo no he hecho nada malo -dijo Melisa- A sido él que se ha puesto insoportable.
-Melisa -dijo Clementy- Vale ya.
-Si tan insoportable soy quizas debería irme -dijo Izan mirandola de refilón.
-Haz lo que quieras -le contestó Melisa- ¿Nos vamos?
-Izan, vamos -dijo Daniel dandole un pequeño puñetazo amistoso en el hombro- No seas así. Hemos venido a pasarlo bien.
Los cinco se pusieron en camino hacia el restaurante. Se sentaron y empezaron a hablar sobre los examenes y sobre lo que harían aquellas vacaciones. Aún que Melisa e Izan apenas se miraban. Algo que no pasaba desapercibido al resto del grupo.
-¿Cuando decis que vienen Alex y Adam? -quiso saber Daniel.
-Me han dicho que les avisaramos en cuanto acabaramos de cenar. Así que si quereis, pedimos algo de postre y les voy avisando para que se pasen por aquí en media hora.
-Perfecto.
Melisa envió el mensaje a Alex para decirles donde estaban y que se pasaran por ahí en media hora más o menos.
-Ahora venimos -dijo Daniel.
Izan y Daniel entraron en el restaurante mientras las chicas acababan sus postres.
-No seas tan desagradable -dijo Clementy- es bastante incomodo estar aquí mientras los dos estais enfadados y sin hablaros. Así que te pido, por el bien del grupo, que no seas tan borde con Izan.
-Pero si...
-Pero nada. Hemos venido a pasarlo bien, no ha pelearnos entre nosotros.
-Está bién -dijo- intentare no ser tan desagradable.
El movil de Melisa sonó en aquel momento, justo cuando Daniel e Izan salian.
-Ya está todo pagado -dijo Daniel- ¿Donde estan Alex y Adam?
-Dicen que vayamos tirando, que han tenido un pequeño contratiempo y que nos encontraremos en El Saxo.
-Bueno, pues si habeis acabado ya podemos irnos.
-Gracias por invitarnos Daniel -dijo Melisa con una sonrisa.
-No me las des a mi, ha si Izan quien ha pagado.
-Gracias.
Izan no dijo nada. Los chicos se pusieron en marcha. Daniel e Izan iban detras mientras que las chicas encabezaban el grupo.
-¿Te han dicho el por que van a tardar? -preguntó Milena.
-No, simplemente que han tenido un contratiempo -contestó Melisa mientras sacaba el móvil.
-Tranquila, vendran y podras enseñarle ese cuerpazo a Adam -comentó Clementy sonriendo.
-Da igual...hay más chicos.
-Y todos los chicos desapareceran en cuanto veas entrar a Adam por la puerta -dijo Melisa.
-No te metas mucho con ella que para ti también hay. Te has puesto muy guapa para Alex.
-Y espera a ver que modelito nos lleva debajo de la chaqueta -dijo Milena.
Las tres empezaron a reir.
-Se las ve contentas -dijo Daniel.
-Si.
-¿Que te pasa?
-Nada. Simplemente me fastidia que vengan estos a meterse entre nosotros. Ya estabamos bién los cinco.
-Deberias alegrarte. Milena ha olvidado a Edwin, Clementy...bueno ella sigue en su línea. Y Melisa parece que vuelve a sonreir de corazón.
-Ya sonreía de corazón con nosotros.
-Izan, no se que te pasa y si no quieres decirmelo está bién. Pero acabare por sacartelo y lo sabes -dijo Daniel- Y si tan enfadado estas por tu comportamiento de hoy ve y pidele perdón.
-¡Chicos, que os quedais atras! -gritó Clementy riendo- ¡Entraremos sin vosotros!
Los chicos llegaron al Saxo y saludaron al segurata de la entrada. Este les dejó pasar sin pedirles el carnet, ya que solían frecuentar el lugar.
-¿Podeis ir a pedir las bebidas? Nosotras vamos a dejar los abrigos en el guardaropa -dijo Melisa.
Izan memorizó todo lo que las chicas querian y se fue con Daniel. La sala estaba oscura, iluminada intermitentemente por luces de colores. La música resonaba por todo el local, de manera que hacía que sus cuerpos vibraran. Los chicos llegaron a la barra y pidieron todo.
-¡Será mejor que las esperemos aquí en la barra! -gritó Daniel para hacerse oir.
-¡Tampoco podríamos cargar cinco bebidas!
Al poco rato entrarón las chicas, y se abrieron paso como pudieron entre la masa de cuerpos que bailaban. La mayoría de los chicos no les quitaban la vista de encima.
-¡Hoy vamos a tener bastante pesado a nuestro alrededor! -gritó Daniel.
-Si...-susurró Izan.
Las chicas al fin llegaron a su lado. Izan le dió su bebida a Melisa sin decir nada.
-¡Gracias! -dijo sonriendo- ¿¡Que te debo?!
-¡Tranquila, pago yo!
Melisa le sonrio de nuevo. Clementy se acercó a ella y le susurró algo al oído. Se pusieron a reir y se fueron directas a la pista de baile. No tardaro en estar rodeadas de chicos. Todos iban siendo rechazados. De pronto Izan vió como uno de los chicos agarro a Melisa por la cintura y la hizo girarse para acercarla más a él. Vió como Melisa se resistía sin mucho éxito.
-¡Ahora vengo! -gritó Izan mientras dejaba su bebida.
Daniel le gritó algo, pero no lo escuchó. Estaba más pendiente de el idiota ese que tenía a Melisa agarrada. ¿Donde estaban Milena y Clementy? Las vió un poco más apartadas. Quizas se habían alejado mientras bailaban o quizas el idiota ese había arrastrado sutilmemte a Melisa hacia un lado. Volvió a centrar su mirada en ellos. Vió como el chico se acercaba a ella y empezaba a besarla por el cuello.
-¿¡Se puede saber que coño haces!?
Izan agarro a Melisa del brazo para atraerla junto a él mientras apartaba a aquel idiota con la otra mano.
-¡Tranquilo, solo nos divertiamos!
Melisa miró a Izan, que la había agarrado de la cintura y la apretó un poco más hacia él.
-¿¡Quieres que te haga pasar una noche realmente divertida!? -dijo mientras sonreia.
Melisa le apretó el brazo. No era momento ni lugar para una pelea. Izan la miró a los ojos y la agarró de la mano para sacarla de ahí.
-¡Milena y Clememty estan por el otro lado!
-¡Tengo que hablar contigo!
Izan llevó a Melisa atrabes de la mssa de gente, llendo hacía una zona con sillas, mesas y algún sofa. La hizo pasar a ella delante para que se sentara en uno, y luego se dejó caer a su lado.
-Tranquilidad al fin -dijo dejando escapar un suspiro- Melisa, quería pedirte perdón por mi comportamiento de hoy. Se que no soy nadie para decirte con quien debes ir o hablar. Perdoname.
-Bueno, yo también quiero pedirte perdón por lo que te he dicho y las maneras en las que te lo he dicho.
Izan la miró y sonrió.
-¿Amigos entonces?
-Nunca hemos dejado de serlos -sonrió Melisa mientras apretaba un poco la mano de Izan- Amigos.
-Hoy estás preciosa.
-No digas tonterias -Melisa apartó la mirada avergonzada.
Izan agarro a Melisa por la barbilla para hacer que se volviera. Sus ojos verdes la miraban fijamente. Había desaparecido la sonrisa.
-No es ninguna tonteria, estas guapisima.
Izan apartó la mano de su barbilla y agarró uno de los mechones que Melisa se había ondulado. Lo acarició y se lo acercó a los lavios y lo besó. Melisa se sorprendió y el corazón empezó a latirle con fuerza al ver que Izan seguía mirandola através de sus pestañas, aún con su mechón en los lavios. De pronto el móvil de Melisa sonó, rompiendo aquella extraña atmósfera.
-¿Alex? -preguntó Izan soltando el cabello y la mano de Melisa.
-Si. Ya están con los demas. Quiere saber donde estamos...
-Pues volvamos con todos -dijo mientras se levantaba del sofa.
Melisa lo siguió entre la gente, mirando fijamente la espalda de Izan. De vez en cuando este la cojia de la mano para hacerla pasar entre la gente que bailaba y no se quedara atrás. El corazón de Melisa empezó a latir con fuerza. ¿Que había pasado?
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Infierno en el Paraiso
FantasyMelisa, a sus 18 años, no había tenido una vida fácil. La muerte de sus padres la había sumido en una profunda oscuridad. Pero con el tiempo, y grácias a sus amigos empezaba a salir de ella. A pocos meses de acabar sus estudios se presentan unos nu...