-Ven aquí, princesita mía.
La niña corrió hacía los brazos extendidos de su madre.
-¡Mami, mami!
La mujer acarició el cabello ondulado de su hija.
-Pase lo que pase en el futuro, tienes que ser fuerte. Algún día seras una mujer fuerte y con gran poder. Por eso, cariño mío, no debes dejar que te coja. Jamas.
La niña miró a su madre sin entender que quería decir. La mujer le sonrió y le beso la frente con amor.
-Te amo con todo mi ser, Melisa.Melisa abrió los ojos lentamente. Que sueño más extraño.
-¡Melisa! -gritó alguien a su lado.
Esta se giró. Milena estaba ahí, tumbada en una camilla a su lado. Empezaron a caerle lágrimas.
-Nos tenias preocupados.
-¿Por que? ¿Que ha pasado? ¿Como hemos llegado aquí?
-No lo se muy bien. Daniel dijo que le llamaron del hospital diciendo que alguien nos había visto correr bajo la lluvia y vió como caíamos por el acantilado aquel.
-¿Cuanto llevamos aquí?
-Una semana -dijo Milena.
-¿Una semana? -dijo Melisa sorprendida- No podemos llevar tanto aquí. Parece que fue ayer...
-¡Melisa!
Clementy entró corriendo a la habitación y abrazó a su amiga. Esta se quejó.
-Perdona, tus heridas...
Izan y Daniel entraron tras ella.
-Menos mal que has despertado -dijo Daniel suspirando.
Izan no dijo nada.
-No me encuentro tan mal como para que esteis tan preocupados.
-Por que vas practicamente drogada a vase de calmantes -dijo Daniel- Os encontraron a las dos inconscientes. Tu eras la que peor estabas...tu cuerpo paró contra una roca, con la mala suerte de darte con ella en la cabeza. Dijeron los medicos que respirabas muy levemente...
-Pero ahora ya estoy bien -dijo Melisa.
-Si por bien llamas estar llena de rasguños, moratones, varios esguinces y tu contusión en la cabeza que casi te mata -dijo Izan al fin muy serio- Pues si. Estas genial.
Nadie dijo nada, e Izan dió media vuelta y salió. Daniel lo siguió.
-Melisa, has estado con los ojos cerrados una semana -dijo Clementy- Cuando avisaron a Daniel, este nos llamó a los dos y vinimos corriendo. Llegamos justo antes de que entrarais por la puerta. Milena llena de arañazos, golpes, ramas y suciedad por todas partes. Pero tu...cuando te vimos...lo primero que pensamos era que estabas muerta. Aparte de ir casi como Milena, tu cara estaba completamente llena de sangre, al igual que tu cabello. Te habían puesto una especie de collarin y llevabas una mascara con oxigeno. No nos dejaron acercarnos, te llevaron a quirofano enseguida.
-Vaya...-no sabia que más podia decir Melisa.
-No sabian por que no despertabas. No estabas en coma, pero no podias abrir los ojos -dijo Milena- Y a los dos dias de estar aquí tus constantes vitales bajaron de golpe. Pudieron estabilizarlas.
La puerta se abrió y entró una mujer con el pelo negro recojido en un moño. La miró, como si hubiera algo raro ahí.
-Veo que has despertado -dijo esta- Y que nadie nos ha avisado.
-Perdón -se disculparon Milena y Clementy.
-Iré a por el doctor.
La mujer salió de la habitación algo molesta. Unos minutos más tarde, entró la mujer seguida por el doctor.
-Bueno, señorita Melisa. Me alegro que al fin haya abierto los ojos -dijo mirando el historial- ¿Como se encuentra?
-Bien -dijo esta.
-Sera a causa de los analgesicos.
El doctor se acercó a ella, sacó una pequeña linterna que parecía un bolígrafo, y apuntó hacia los ojos de Melisa.
-Bueno, le recomiendo reposo. La seguiremos teniendo en observación durante unos dias más. Tubimos que llevarla a quirófano en cuanto llegó. Perdió mucha sangre. Aún seguimos sin entender el por que ha tardado tanto en despertar, quizas su cuerpo necesitaba descanso y recuperar energia, pero no estamos seguros.
-¿Cuando me daran el alta?
-Como le he dicho, la tendremos unos dias más para ver como evoluciona. Si todo va bién, quizas en una semana podamos darle el alta. En un rato le traeran la cena.
El doctor apuntó algo en el historial de Melisa, hechó un vistazo a Milena y en cuanto acabó se marchó.
Daniel e Izan entraron unos instantes despues. Las chicas explicaron lo que les habian dicho.
-Sigo sin entender como llegamos aquí -dijo Melisa- Estabamos solas...
-A nosotros lo que nos gustaría saber es que haciais en la montaña solas a esas horas -quiso saber Daniel- Os dejamos con Alex y Adam.
Las dos se estremecieron al escuchar los nombres.
-¿Que pasa? -dijo Izan, quién no pasó por desapercibido el gesto de las dos chicas- ¿Os han hecho algo?
-Creemos que nos drogaron -dijo Milena- Empece a marearme y lo siguiente que recuerdo era estar en aquella habitación junto con Melisa.
-¿Habitación? Espero por el bien de esos dos que no os pusieran la mano encima.
-Tranquilo, ibamos con la ropa -le calmó Melisa- Buscamos la salida, y vimos a Henry con otro chico, Chrys creo. Nos escondimos para que no nos vieran...aquella sala...
Melisa se puso blanca al recordar aquel horror. No podía, no sabía como decirlo, como sacar aquello de su mente y su cuerpo. Empezó a temblar y se abrazó a si misma mientras las lagrimas recorian su rostro. Izan se acercó a ella y la rodeó con el brazo, consolandola y dandole calor.
-Tranquila, no tienes por que contarnos nada ahora -dijo con voz dulce- Ahora estas a salvo.
-¿Que pasó? -quiso saber Daniel.
-Salimos de aquel escondite -dijo Milena- Este no es lugar donde hablar de eso, ya os lo diremos.
Hizo una pausa, apartando aquellas imagenes.
-Pensabamos que no nos verian...pero Henry y Chrys nos cojieron...no pudimos hacerles gran cosa, son fuertes. Creo que vi a Adam y Alex sobre la escalera, y de pronto un muro de fuego se alzó ante nosotras.
Los tres la miraron sin saber que decir.
-Os juro que pasó -dijo- Nosotras también nos quedamos asombradas, pero teniamos que aprobechar aquel momento para huir. Rompimos la ventana con una silla y salimos corriendo. El resto ya lo sabeis. Caimos, nos desmayamos y aquí estamos. No se quien pudo llamar para que viniera la ambulancia, creo que no había nadie por ahí.
-¿Estas diciendome que Alex y Adam os drogaron, secuestraron, que dos de sus amigos os pegaron y que huisteis de ellos?
Izan apenas podía contener su ira. Melisa notaba como el brazo que la rodeaba no paraba de temblar.
-Esto no quedara así -dijo Daniel- Teneis completamente prohibido acercaros a ellos.
La puerta se abrió y entro la enfermera con un carrito y la cena para las dos chicas.
-En diez minutos acabara la hora de visitas -avisó.
Las chicas cenaron en compañia de sus amigos.
-Bueno, nosotros nos vamos -dijo Clementy- Descansar. Mañana volveremos.
Clementy abrazó y besó a sus dos amigas.
-Intentare averiguar algo más de aquella casa y de esos dos -dijo Daniel con el enfado aún patente- Vostras no penseis más en ello. Dejarlo en nuestras manos. Cuando sepamos más cosas os diremos algo.
-Es que no sabeis todo -dijo Melisa mirandole a los ojos- No hagais nada aún. Es peligroso...dejar que me den el alta para poder contaros todo lo que vimos.
Daniel la miró y asintió.
-Buenas noches, chicas.
Como había hecho Clementy, Daniel tambien las besó y abrazó. Izan, que no se había separado de Melisa en ningún momento, le acarició el pelo.
-Me alegro que hayas despertado. Estaba muy preocupado -dijo sonriendo con amor- Mañana volvere.
Estrechó a Melisa entre sus brazos, con cuidado de no hacerle daño, y besó su cabello con ternura. Luego, y como si le costara, se separó de ella y fue hacia Milena, a la que tambien abrazó y besó.
-Descansar.
Los tres chicos salieron de la habitación, prometiendo que al día siguiente volverian. Melisa se tumbó con un suspiro.
-¿Estas bien? -quiso saber Milena.
-Cansada...han pasado demasiadas cosas.
-¿Hablas de Izan? -dijo con picardia.
-Si, bueno, todo un poco. Izan, Alex...no entiendo nada.
-No hablemos de ellos. No quiero recordar nada de ese lugar. Es más, no quiero volver a verles más.
-Eso será complicado. Esto no es tan grande como para no volver a encontrarlos.
-En cuanto salgamos de aquí tenemos que buscar alguna prueba e ir a la policía.
-¿No podríamos ir directamente a la policía?
-Dudo que nos crean Melisa. No quiero hablar de esto -dijo- ¿Que pasa con Izan?
-Nada...Bueno ya nos reconciliamos.
-Me he dado cuenta -dijo Milena.
Melisa la miró de reojo.
-El día que salimos -siguió como si nada- Izan me agarró un mechón de pelo, lo olió y lo besó. Fue raro...
-¿Que sentiste?
-Bueno, no me lo esperaba...la verdad es que me sorprendió. Me puse nerviosa. Hasta me dijo que estaba preciosa...y mira como se ha comportado en el hospital.
-Le gustas -sentenció Milena.
-¿Que tonterias dices? -Melisa se sonrojó.
-Melisa, Izan esta enamorado de ti. ¿no lo ves? Se preocupa por ti...
-Se preocupa por todos.
-Pero de ti aún más. Izan no me ha dicho nada, pero tampoco hace falta. Se le ve. Quizas Daniel sepa algo, deberias hablar con él.
-No, no, no -dijo alzando las manos y negando con la cabeza- Nada de hablar con nadie.
-¿Tu le quieres? -quiso saber Milena.
-Claro que le quiero, pero no se si como algo más que un amigo.
-¿Que sientes cuando piensas en él? ¿Que sentiste aquel día en la discoteca?
-Ya te lo he dicho, no me lo esperaba...vale, no me mires así. Me puse nerviosa, se me aceleró el corazón...no supe como reaccionar. Y cada vez que recuerdo aquello se me acelera el corazón.
-Quizas estas empezando a sentir algo por él, ¿no crees?
-No lo se. Le quiero, es alguien importante para mi y no quiero perderle.
Milena sonrió.
-Bueno, quizas deberíamos descansar. Mañana sera otro día.
-Si. Buenas noches Milena.
-Hasta mañana Melisa.
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Infierno en el Paraiso
FantasiMelisa, a sus 18 años, no había tenido una vida fácil. La muerte de sus padres la había sumido en una profunda oscuridad. Pero con el tiempo, y grácias a sus amigos empezaba a salir de ella. A pocos meses de acabar sus estudios se presentan unos nu...