El niño de los ojos de tristes se escontraba dormido, su rostro denotaba sufrimiento, basto una caricia de Liliana para que su rostro cambiará y mostrará paz, Liliana se encargó de disminuir la fiebre poniendo trapos húmedos en su frente, y sosteniendo su mano se quedó dormida.
En el momento que despertó, se dio cuenta alarmada que era ya la hora en la que se tenía que ir, trato de liberar su mano y el niño delirando le suplicó.
— Porfavor no te vayas, quédate conmigo, no me dejes solo, no de nuevo —imploraba mientras lágrimas de dolor caían por sus mejillas.
— No puedo, vendré mañana, te lo prometo — Decía con un hilo de voz
Ella liberó su mano y se fue, dejando a la criatura llena de dolor sola.
Llegando al palacio Liliana se escabullo hacía su habitación, pero antes de llegar se encontró a Daniel.
— Liliana, no se a donde vas todos los días, pero, ya me harte — dijo enojado mientras golpeteaba el piso con su pie.
—Tu siempre estas ocupado y yo me aburro aquí — pronunció con tristeza
Daniel se acercó a ella, la abrazo le dio un beso en el cabello y comenzó a decir comprensivo
—Es cierto que yo he estado ocupado, mi padre me ha duplicado mis lecciones, me gustaría poder jugar contigo pero ahora es imposible, pero porfavor no salgas, no me puedo concentrar sabiendo que estas afuera y te pueda pasar algo.
— Lo siento — le dijo abrazándolo
— Prométeme que no saldrás, a menos que yo vaya contigo
— Yo... — dudó ella, mientras el niño de los ojos tristes cruzó por su cabeza.
Tenía que elegir
— Yo no saldré desde mañana — soltó suspirando.
— Ve a dormir — le ordenó, y le pellizco sus mejillas dejándolas rojas — rojas como las manzanas — de la nada él deposito un beso en la mejilla de Liliana muy cerca de sus labios.
Ella acarició su mejilla y con el corazón acelerado se fue a su habitación.
Espero a que todos durmieran para salir del palacio y se fue rumbo a la cabaña.
No puedo dejar a un amigo así.
Cuando llegó a la cabaña, entró sigilosamente, pero el niño despertó diciendo.
— Volviste, no me dejarás — sus ojos brillaban.
— Será la última vez que nos veamos — dijo con lastima.
El niño cambio su expresión, estaba enojado.
— ¿Por que? — preguntó
— Hize una promesa.
— ¿Es porque siempre te hacía llorar? ¿Porque te dije fea? ¿Porque me comía tu comida? ¿Porque nunca fui amable? — bombardeaba con preguntas
— No, nada de eso.
— Yo... No te quería decir pero, mañana me voy, creo que fue coincidencia la despedida.
Liliana comenzó a sollozar
— ¿Vendrás conmigo niña fea y chillona?
— No puedo.
— ¿Porque?
— Yo no puedo dejar a Daniel, es muy importante para mí.
— ¿Es más importante que yo?
Liliana contesto sin dudar
— Si, y siempre lo será.
Eso fue lo último que se dijeron y no se volvieron a ver.
Nytzyne...
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La eternidad de los sentimientos
FantasyEsta historia se desarrolla en otra dimensión donde casi todo es diferente, la envidia ha dominado un alma y la muerte ha aprovechado la oportunidad, ¿podrán los malos sentimientos destruir el amor? ¿el tiempo será comprensivo esta vez? ¿el tiempo l...