La eternidad de los sentimientos

"Protección"

Siguió y siguió nuestro amigo de nombre gastado, el tiempo, y Víctor se casó con una joven que vivía en una cabaña escondida, situada en un misterioso bosque, ella de tez morena clara y cabello negro brillante, ojos tan obscuros como las sombras del follaje de un árbol, que tenía por nombre Naturaleza.

Después de una larga espera, no lograban concebir y Naturaleza desconsolada regreso a su cabaña en el bosque para que Víctor no la viera ni escuchara llorar, en una de sus caminatas con la mirada pérdida después de tanto sentir escucho el llanto de un bebé, busco desesperada hasta que dio con el lugar, cerca de unas delicadas y fragantes flores, se encontraba arropada con una manta blanca una niña de piel morena aperlada, se acercó incrédula, recogió al infante delicadamente como si la criatura al más mínimo suspiro se pudiera quebrar, y sus lágrimas comenzaron de nuevo, rompió en sollozos pero ya no de tristeza si no de alegría camino a paso veloz de regreso a su hogar irradiando felicidad,  todos se enteraron de lo ocurrido y el planeta enteró festejo, ellos optaron por nombrarla Liliana.

A Daniel el hijo de Valentín le gustaba observar a Liliana desde el día en que la conoció, sus ojos grises reflejaban cariño, era un niño que al mirarlo y ver su piel tersa y nacarada mostraba inocencia, siempre sostuvo que se casaría con ella para protegerla ya que al verla tan indefensa sentía que era necesario.

Daniel nunca se separaba de ella y así fueron creciendo juntos, Cuando Liliana pasaba por sus seis primaveras y Daniel por sus ocho, otra desgracia sacudió el planeta.

La noche se encontraba sin luna, una noche donde el silencio devoraba a todo el palacio, de la nada se escuchó un estallido casi inaudible y Daniel despertó bañado en miedo, con la boca seca y un nudo en la garganta dio un salto y algo le dijo que debía de ir con Liliana, salió precipitado del palacio monto su caballo y se dirigió hacia el hogar de Liliana.

—Más rápido plateado— Decía alarmado mientras su caballo corría implacable.

Al llegar sintió la temperatura tan alta que era casi imposible respirar, todo estaba en llamas, las personas trataban de apagar el fuego mientras venía la ayuda, pero era inútil, otras personas lloraban desesperadas.

Daniel bajo del caballo petrificado se dejó caer de rodillas, y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, inició a golpear el suelo con todas sus fuerzas y a gritar reiteradas veces el nombre de su inocente querer, hasta que un llanto se escuchó, Él lo reconoció de inmediato y sin pensarlo entro al palacio ardiente había tanto humo que se le dificultaba respirar, pero escuchaba el llanto de Liliana mezclado con su nombre.

—¡Daniel!— gritaba y lloraba con angustia

—¡Estoy aquí, vine por ti, porque no me puedes dejar! — gritaba mientras la buscaba, atravesó la espesa nube de humo — ¡Yo te protejo así que escúchame!, ¡Túmbate en el suelo y gatea hacia donde escuches mi voz, vamos a cantar la canción del árbol!

Liliana entre sollozos comenzó a cantar.

—Arbolito, Arbolito de manzanas ¿A donde te fuiste a esconder? te busco y te busco, te extraño y te extraño y no vienes a mí ¿Qué hago ahora para encontrarte? ¿Quieres acaso mi sangre? Arbolito de manzanas — La voz de Liliana comenzaba a apagarse
—Arbolito de manzanas por fin

—Te encontré — finalizó Daniel, y ella perdió la conciencia.

Arbolito Arbolito de manzanas recuerdales de votar y seguirme, porque no me quiero esconder y perderme de su ser...

Nytzyne.