38.-Heridas

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En todo el camino ni Kakuzu ni yo cruzamos palabra el solo manejaba con la vista al frente y yo solo miraba por la ventana como pasábamos por las calles, sin darme cuenta llegamos al hospital, era enorme y sus puertas corredizas me dejaban ver el interior, bajamos y caminamos al estar frente a las puertas estas se abrieron en automático, caminamos a recepción y Kakuzu hablo con la encargada de ese momento, sentí que volteó a mirarme pero no hizo mucho espectáculo me imagino que estaba acostumbrada a mirar personas en peor estado era muy profesional.

-Vamos Hidan (Me hablo Kakuzu)

-Si (conteste en automático)

Caminamos por un largó pasillo sin decir palabra, el lugar era blanco,  tranquilo y muy silencioso, no puedo decir que se respiraba paz, porque el horrible olor a fármacos invadía mi nariz, que desagradable me parecía detestaba esos lugares desde siempre, nos detuvimos en una puerta donde tenía una placa que decía "Dr. Orochimaru" un escalofrío me recorrió el cuerpo, el era un doctor con mucho prestigio además de que atendía a la familia desde que puedo recordar, tenía mucho sin verlo cuando era niño me aterraba lo pálido que era, su piel más blanca que la nieve y sus enormes ojos amarillos y con una melena larga que era más oscura que la noche, parecía un shinigami o algo por el estilo.

-¿No piensas entrar? (La voz de Kakuzu volvió a sonar detrás de mi)

-Si (tome la perilla y sude frío, vamos Hidan ya eres un hombre contrólate me regañe internamente y pase, cerrando la puerta tras mío) ¿Hola? (Solté mientas caminaba)

-Por favor, tome asiento el Dr. Vendrá  un momento  (un joven de cabello blanco que acompaña sus ojos con anteojos hablo) soy Kabuto un pupilo de el (sonrió sin pena)

-Hidan (solté y me senté a esperar)

Kabuto salió de la habitación dejándome solo, la verdad no me gustaba nada la idea de estar sólo, en lo que podría ser llamado un cuarto, si no estuviera lleno de fármacos, instrumentos de sutura y de más cosas que cortan la piel viva, una gota de sudor corrió por mi frente, ya basta deja de pensar, deje caer mi cuello hacia atrás, escuche la puerta abrirse.

-Bien bien ¿que tenemos aquí? (Un hombre de pálida piel y una larga cabellera negra entro)

-Hola (solté mientras levantaba mi mano, aquel hombre volteó y me hizo sudar, seguía igual de pálido con esos intensos ojos amarillos que ahora llevaba debajo los párpados un tono rojo y negro, ojeras eso lo hacia lucir más tétrico)

-¿Hidan-kun? (El hombre se acerco) que sorpresa tenerte aquí (el sonrió de forma amable, pero a mi parecer de veía terrífico)

-El mismo, vine a curarme unas heridas (solté ya quería salir de ese lugar)

-Ya veo, estas bastante herido (se acerco mientras analizaba solo con la mirada) quítate el saco y siéntate en la camilla por favor (el ordeno mientras se lavaba las manos y ponía guantes nuevos)

-De acuerdo (suspire y me quite el saco, era lo único que llevaba en el torso, porque mi pulcra camiseta blanca, había quedado carmesí gracias a Deidara, me senté en la camilla de color azul cielo)

-Bien (el tomo mi mentón y lo miro como lo más interesante) tendrá que suturarse ese labio (me siguió inspeccionando) tu ojo solo está hinchado y veamos tu torso (me dijo eso e hice mis brazos hacia atrás) ¿te duele? (El me toco las costillas)

-Mmh (me queje) un poco (me toco el estómago) Auch, con cuidado (le dije enojado)

-Soy doctor muchacho, se lo que hago (me regaño sin dejar de mirarme) bien solo tu labio necesita sutura, los demás son golpes, pero necesitare una radiografía para borrar toda duda ¿de acuerdo? (El me miro)

Just Fall In Love •Hidan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora