Esas maldades.

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Su abuelo era la figura paterna que tenían, se criaron con él. Él no las veía como sus nietas, las veía como unas hijas más. El abuelo tenía 84 años, había vivido mucho, era fuerte para su edad, aún corría y se divertía cargando a sus bisnietos. Por su edad, era de mente cerrada, para él muchas cosas aún eran tabú pero ¿brujería? Eso era algo más que tabú para él, era algo impuro, un pacto con algo malvado, algo demoníaco. Su mente era tan cerrada a veces, que una vez regañó a Leisha por leer "Harry Potter y las reliquias de la muerte" ¿cómo su nieta podía estar leyendo una cosa así? Y le dijo a la abuela que no le comprara más libros así, aunque eso lo tomaron a gracia, al igual que él cuando le explicaron qué era ese libro. Aunque esa noche no presenció nada ficticio, claramente vio como Leisha había encendido una llama en cada palma de sus manos mientras Megan veía atenta y entusiasmada queriendo hacer lo mismo que su hermana mayor ¿qué habían hecho sus pequeñas nietas? 

No era el típico abuelo que abrazaba y mimaba a sus nietas, era medio frío pero a su modo demostraba que las quería, rara vez las había regañado por hacer algo malo ya que la que se encargaban de eso eran la abuela e Irma. 

Esa noche estaba furioso, rabioso pero más que eso asustado y dolido porque eran sus nietas, se dirigió hacía a ellas para tomar a ambas de las muñecas y entrar a la casa con la abuela tras ellos preocupada.

Se sentaron en la sala mientras sus abuelos buscaban cómo alumbrar la casa ya que la luz aun no regresaba, buscaban veladoras y linternas. A las hermanas les dolía ver ese gesto de su abuelo, les dolía verlo enojado con ellas. Cuando por fin terminaron, se sentaron y lo único que dijo él abuelo fue:

- ¿Qué hicieron para obtener eso?

Las hermanas se miraron, en realidad ¿qué había hecho?

- ...Nada... aprendimos... es mental. - Respondió Leisha preocupada y asustada, Lara les había dicho que tenían que tener cuidado, ¿por qué siempre lo estropean?

- ¿Aprendieron? - notaron una nota de enojo en la voz de su abuelo. - ¿Alguien les está enseñando a hacer esas maldades?

- Abuelo, no son maldad...

- ¿¡Que no lo son?! - gritó enderezándose en el sofá - ¿¡No es maldad hacer algo sobrehumano
!? ¡Hiciste que apareciera fuego! - cada vez levantaba más la voz, Megan solo callaba mirando sus manos, Megan solía hablar demasiado y hacer comentarios demás mientras Leisha le decía que tenía que aprender a callarse, ese día entendió que no tenía que hablar y dejaría que su hermana solucionara las cosas.

- Necesito que por favor se calme y me escuche... - Por un momento pensó que el abuelo volvería a contestar, a gritarles, pero no, solo se calló y desvió la mirada, fue cuando supo que la escucharía. Aunque escuchar no es lo mismo que entender. - Nosotras tampoco hemos entendido cómo es posible, no todos pueden, se requiere de concentración y deseo... aunque no lo crea o no lo quiera creer, se requiere de bondad, del deseo de hacer el bien. - Vio como el gesto del abuelo se relajó - Somos servidoras de la naturaleza, todo esto lo iniciamos porque teníamos una necesidad y si queremos podemos dejar esto a un lado, no voy a mentir hay brujas que son malas pero nosotras...

Leisha no se dio cuenta del pequeño error que había cometido ¿ustedes si? Te invito a que leas eso último que dijo si es que no te diste cuenta, lector. Al mencionar la palabra bruja, hizo que la poca tranquilidad que el abuelo iba ganando al escucharla, esa poca aceptación de lo que sucedía por ser sus nietas, se fuera a la basura.

- ¿¡Brujas!? ¿¡Así se hacen llamar!? ¡ustedes no tienen idea de lo que es una bruja! - dijo el abuela esta vez bien firme de pie, Leisha comenzaba a molestarse y sabía que tenía que evitarlo, pero le molestaba mucho que no la dejaran hablar y que no la entendieran.

- ¿ A caso usted tiene idea de lo que es una bruja?

- ¡Si! ¡Si, la tengo! Es una persona malvada que trabaja con la oscuridad, con el demonio.

- ¡No! Soy sierva de la naturaleza, mi poder lo tengo gracias a ella. Bueno, no, no está del todo equivocado, hay quien prefiere ignorar a la naturaleza y trabajar con una energía más oscura y si quisiera lo haría, pero no, yo no soy así. Me convertí en bruja porque quiero luchar contra él.

- Leisha... hazlo. - Dijo Megan con los ojos húmedos. No le dijo de qué se trataba, qué tenía que hacer pero Leisha entendió. 

Leisha se acercó a su abuelo para tomarlo de la mano, quien se hizo a un lado ¿cómo podía en cuestión de un momento ser indiferente con ellas? Leisha hizo explotar a una vela que estaba a metro y medio de distancia, el abuelo volteó a ver hacia ese lugar y Leisha aprovechó para tocarlo, al sentir ese contacto el abuelo regresó su mirada a Leisha y ella aprovechó esos segundos.

- Obsequitur - No le gustaba nada tener que hacer eso, tener que ver la mirada vacía de alguien que solo estaba dispuesto a obedecer lo que se le pidiera. - Abuelo olvidará todo este feo rato, recordará que llegó con la abuela, bajaron y nos vieron riéndonos a Megan y a mí, se unieron a la platica pero después usted nos pidió que entraramos a la casa porque era peligroso estar a fuera tan tarde y más cuando todo el sector está oscuro. Cuando lo suelte a los 10 minutos irá a buscarnos a nuestra habitación y a preguntar si todo está bien si necesitamos luz.

Lo soltó para después decirle casi lo mismo a la abuela, solo complementaria la versión. Al terminar le hizo un gesto a Megan para que la siguiera hacía su habitación, al estar dentro Megan le preguntó:

- ¿Estás bien, sis? Te ves agotada...

- Si, solo que no me gusta mucho tener que hacerles eso a ellos.

- No me refería tanto a eso, sino, si estás bien de energía.

- Oh, si, consumí energía de las velas encendidas... Nunca había visto así al abuelo.

- Ni yo y la verdad espero que no vuelva a suceder, tenemos que ser más cuidadosas y evitar que Lara se entere, nos regañará si lo hace.

- Si lo sé - En eso se vieron interrumpidas por el rechinar de la puerta al abrirse, era el abuelo, al parecer ya habían pasado 10 minutos.

- ¿Cómo están cabronas? ¿No quieren más luz?

Cierra bien la puerta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora