Solo para tener la razón.

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Las hermanas tenían últimamente muchas cosas en la cabeza como cuál es la verdadera identidad de Ambrose, cómo ayudar a Nix, cuándo les daría Lara permiso de tratar de comunicarse con Nix, ¿lo lograrían?, exámenes, que su madre estuviera sobre ellas...

Era martes por la tarde, en un rato más anochecería y ambas hermanas se encontraban sentadas en el comedor haciendo sus deberes escolares. Leisha leía y hacia una redacción para su clase de especialidad mientras Megan se quejaba de su tarea de matemáticas y física.
— Odioooo los números, no los entiendo... o no le entiendo al profe... — Leisha ya sabia de quién hablaba su hermana un maestro a quien los alumnos apodaban "el sapo". — ¿Podemos hacer... — Megan aún no terminaba de hablar cuando ya había recibido una mirada de reproche por parte de su hermana. — Ya sé que no debemos hacer magia por todo. — comentó Megan quejándose.

— Puedes hacer algo para concentrarte. — dijo la mayor de las hermanas volviéndose a concentrar en su tarea.

— Pero no sé hacer muchas pociones. — dijo Megan con cara de fastidio, a Leisha se le hizo extraño escuchar la palabra "pociones" al parecer cada vez se adaptaba más.

— Veamos. — dijo Leisha sentándose a lado de su hermana y explicándole cada uno de los problemas a su hermana, burlándose cuando esta se equivocaba.

— Meg, menos por menos es más.

— ¡¿Como menos por menos será más?! ¡Es menos!

Pasaron así otra hora, cuando ambas estuvieron a punto de acabar Megan preguntó:

— Oye, sis. — Leisha solo arqueó las cejas en modo de respuesta. — ¿Ya sabes cuál es el nombre de Ambrose? Es decir... el real.

— No — dijo Leisha dando un suspiro y soltando su pluma. — no he tenido tiempo... estoy en semana de exámenes y proyectos ahora se juntó todo. Por cierto ¿has visto a Nix en la casa?

— No... oh me golpearon.

— ¿Qué? ¿Cómo? — preguntó Leisha alarmada.

— Lo que oíste. No fue en sí un golpe fuerte, pero lo hicieron.

— A veces siento que esto va de mal en peor... a nuestra abuela también la amenazó él... pero cerró esa puerta entre mundos y en parte no lo desobedeció, le robaron el tablero, aunque claro que eso lo molestó.

Leisha se volvió a concentrar en su trabajo y al terminar se dirigió a su cuarto pero al girar en el pasillo, vio como su puerta entre abierta se movió, ya no sentía miedo o al menos no tanto, sentía un poco de lastima y tristeza por el alma de Nix. Regresó al comedor. Leisha tomó su celular y le marcó a su amiga Adriana, sonó un par de veces antes de escucharse:

- ¡Amiga! Hasta que sé de ti ¿qué has hecho? ¿Cuándo vienes?

- Si te dijera que hemos hecho no me lo creerías, la otra semana te iré a ver primeramente Dios... por ahora necesito un favor. - Megan escuchaba atenta la conversación de su hermana.

- Que directa. ¿Qué necesitas?

- Solo en caso de que mi madre pregunte, estábamos contigo, tenemos que ir a otro lugar.

- No te preocupes, sabes que cuentas con eso, solo que cuídense por favor.

Leisha le hizo una seña a Megan para que la siguiera, tomó las llaves y se fueron de la casa. Una vez en la camioneta Megan preguntó:

Cierra bien la puerta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora