Capítulo 9.

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Luego de poner el auto en marcha Matt sintonizo una emisora realmente buena en la radio y fue gracias a ello que el camino no fue tan incomodo, solo canté en voz un poco baja por un largo tiempo mientras Matt hacia lo mismo y hasta reímos unas cuantas veces, pero aún así no estaba totalmente relajada.

Me sorprendí ligeramente cuando  Matt aparco su auto frente a un lindo edificio color crema con grandes ventanas de marcos negros desde las cuales podías ver algunas luces verdosas alumbrando el interior del lugar y a personas disfrutando de su cena. Era uno de mis restaurantes favoritos.

Nunca pensé que Matt me invitara a un lugar tan "formal” para una simple conversación. Quizás no quería hablar de eso, solo quería pasar un rato agradable, si es que se podía.

Sacó la llave del contacto mirando fijamente al frente, apretó sus manos alrededor del volante mientras respiraba pensadamente como si estuviera dándose valor a sí mismo.  Lamió sus labios para luego sonreírme. -Aquí es.-  Le correspondí la sonrisa y justo cuando iba a contestar salió del auto, dejándome sola ahí dentro.

Me quedé sentada sin hacer o decir nada. Ahora era mi momento de darme valor y pensar que diría en el caso de que quiera hablar sobre aquel tema que odio. Casi salto fuera del auto cuando escuché su voz a mi lado. -Rebecca, Llegamos.-  Habló pacientemente como si tratara de recordarme donde estábamos y que ya era hora de bajar del auto.

Retorcí mis manos con nerviosismo sobre mi regazo. Levanté mi vista hasta fijar mis ojos en los suyos, asentí  con una sonrisa en mi rostro. Me ofreció su mano para bajar del auto, y la tome gustosa. Una vez fuera ví como el cerraba la puerta y sentí un apretón en mi mano, lleve mi vista directamente hasta nuestras manos, las cuales estaban juntas  y las miré extrañada, esperando que las soltara. Eso creo.

Nos abrimos paso por entre los autos y el de Matt  se cerró cuando éste pulso el botón de la alarma, iluminado la calle por unos segundos. Caminamos hasta llegar a la puerta del restaurante aún tomados de manos, pero de manera amistosa. Nada de dedos entrelazados como era usual en las parejas, solo era una cogida de manos como la de una pequeña niña a su madre.

Al llegar a la puerta el portero le dio un asentimiento educado a Matt . -Buenas Noches- Dijo el portero, Matt dio su nombre en la entrada e inmediatamente nos llevaron hasta la mesa en la que disfrutaríamos de la cena esta noche. Una vez que nos encontramos en la mesa, Matt arrastró mi silla lo suficiente como para que yo tuviera espacio para sentarme y seguidamente hizo lo mismo para sentarse el, justo frente a mi.

Al parecer Matt había hecho una reservación, en mi mente me preguntaba como rayos había tenido tiempo suficiente para esto, y en mi cabeza rondaban millones de preguntas. El hecho de que prácticamente preparo alfo para mi, una persona casi extraña y de la cual se había querido aprovechar de una manera u otra era algo extraño. 

Intenté no entrar en pánico o ponerme nerviosa, por que sé perfectamente que una vez que empecemos a hablar también comienza una cuenta regresiva hasta el momento en el cual tendré que justificarme o algo por el estilo y solo podía pedirle a Dios que ese momento estuviera lo suficientemente lejano como para que yo pueda adaptarme un poco a la situación.

Inmediatamente un mesonero llego hasta nuestra mesa y volteó las copas que se encontraban boca abajo sobre la mesa y para verter agua fría con pequeños trocitos de hielo en ellas. -Gracias- murmuré por lo bajo mientras lo veía con una sonrisa educada, agradeciéndole por  el gesto. Dejó las cartas sobre la mesa y se fue con un leve asentimiento, el cual correspondimos educadamente.

Tome una de las cartas aunque era completamente en vano, este era uno de mis restaurantes favoritos de la ciudad, y casi me sabía el menú al derecho y al revés.  Una sonrisa tonta se formó en mi rostro, realmente no podía creer que estuviera aquí. -¿Ya sabes que pedirás?-  Escuché la voz de Matt. Levanté mi mirada para ver sus ojos, tenía el ceño ligeramente fruncido, pero no se encontraba totalmente serio.

Careless HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora