La hija de Scooter Braun {Justin Bieber y tu}

Capitulo treianta y nueve.

Narra ______________________.







Mi corazón corría como loco. No sabia por que mirarlo tan hermoso parado frente a mi hacia que mi corazón de acelerara de esta manera.



-Hola _______.



Justin me miro y me tendió un ramo de rosas rojas de su mano. Oh Dios mío, ¡Son mis flores favoritas!.



-Hola Justin.



Me acerque a el y le plante un corto beso en la mejilla. El me tomo de la cintura. Mis mejillas se pusieron de un dijo carmesí por la acción de Justin.



-Creo que es tiempo de irnos. - Menciono en tomándome de la mano, sin antes dejar las flores en la mesilla de la sala.



-Esta bien. - Respondió mi papa. -Tráela de vuelta antes de la media noche.



¿Media noche? ¡No soy cenicienta!.



-Esta bien scooter.



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-Lo siento por Scooter y su 'tráela de vuelta a media noche'.- Dije imitando la voz de papa.

Justin comenzó a reír mientras estacionaba su deportivo en frente de un lujoso restauran.

-hemos llegado hermosa señorita.




Yo solo atine a asentir. El salió del deportivo y lo rodeo para abrirle la puerta de mi lado. Me tendió la mano como todo una caballero y baje. El cerro la puerta del automóvil. Me tendió su brazo y yo gustosa lo acepte. Mire como le entregaba las llaves al chico que lo estaciona. Este lo miro y se sorprendió por tener frente a Justin Bieber.



-¿Viste su cara?. -Le dije riendo. -¿Cómo te miraba?.



El alzo una de sus finas cejas y sonrió.



-Claro que me iba a mirar. Era obvio pues estoy con una de las chicas más bellas de New York.



Al escuchar eso no pude evitar sonrojarme como loca.



-No mientas por convivir. -Le dije mientras nos sentábamos en nuestra mesa. Pues el solo entro y le indicaron nuestro lugar.



-¿Cono podría hacerlo?. -Dijo tomando mi mano. -Es enserió que estoy con la chica más linda.



Le pensaba decir algo pero un mesero se acercó a nuestra mesa dejando una bandeja de comida.

-Espero que no te moleste que haya escogido la cena por ti.



Lo mire a los ojos mientras alzaba mi delicada ceja y sonreía coquetamente.



-¿Por qué habría de importarme?.



-No lo se. Sólo lo ende así.



Nos miramos por última vez y el levanto la tapa de la charola. ¿Qué demonios es eso? Dios mío. Ni un gran carnívoro puede comer eso en su vida. Mire el gran plato de espagueti con muchas albóndigas. ¡Por dios! Eso se ve delicioso.



Escuche como Justin tosió. Y me miro con ojos asustados.



-Si no te gusta lo podemos mandar a cambiar. De eso no te preo....



Me adelante alzando mi mano. El se quedo callado y me miro asustando.



-¿Por qué cambiaría esto? Me encantan las albóndigas.




El suspiro aliviado.



La cena paso realmente bien. Todo estuvo realmente delicioso y me la pase de maravilla con Justin. Entre cada cocado no faltaba un chiste de su parte o la mía. Fue realmente agradable todo.




-La comida fue estupenda. -Dije tomando un sorbo de mi bebida.



-Realmente lo fue. -Menciono sonriendo. -Creo que es hora de que nos vallamos.




-Si creo lo mismo.




Nos levantamos y mire como Justin pagaba la cuenta. Me tendió la mano y la tomé. Nos disponíamos a salir hasta que se escucharon muchos ruidos mientras más nos acercábamos a la puerta.




-¿qué es eso?.- Pregunto Justin.




Vimos como un señor ya grande se acercaba a nosotros y saludaba.



-Buenas noches señor Bieber. -Le tendió la mano a Justin y luego se dirigió a mi y tomo no mano antes de besarla dijo. -Señorita Braun. Quería ofrecerles una disculpa pues al parecer uno de mis meseros a difundido que ustedes se encuentran cenando esta noche aquí.




Sentí como Justin se tensaba a mi lado y decía.



-¿Cómo fue eso posible?¡Dije que discreción!.



El que parecía ser el gerente se puso muy nervioso y se tensó.



-Lo siento mucho señor bieber.




Justin pensaba hablar pero yo lo interrumpi.



-No se preocupe. Justin ha de ver sido un error eso suele pasar. -Mencione besando su mejilla. -Ahora solo hay que ver como salimos de aquí.


-Lo mismo trato de averiguar yo.-Dijo alguien detrás de nosotros.


Al escuchar esa voz, Justin y yo nos tensamos. Más yo. Por qué no podía creer que tuviera enfrente a la chica con la que había tenido un lío meses atrás.