Capítulo IV

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Cuando Minho bajó hasta el salón, en donde vio a Taemin sentado en el sillón junto a su madre, manteniendo una entretenida conversación. El chico estaba con su cabeza apoyada en el hombro de la mujer, quien acariciaba tiernamente su cabello mientras le miraba de reojo de vez en cuando, sonriéndole.

Se acercó tímidamente para dar a notar que ya estaba ahí y así no interrumpir nada muy privado.

- Minho... - habló la mujer sonriéndole, al mismo tiempo en que Taemin se despegaba del hombro de su madre, lanzándole una mirada desaprobatoria – que gusto verte, ¿cómo has estado?

- Muy bien señora Lee... - acotó yendo hacia ella para estrechar cortésmente su mano en un saludo – usted, ¿tuvo un buen día?

¿Y este acaso se cree quién... el hijo perdido?

- ¡Qué gentil eres muchacho! Ve toma asiento, conversemos un momento antes de la cena... - añadió indicándole el otro sillón frente a donde estaba ella – Y dime, ¿qué tal ha sido tu primer día?

- Mmmm... - dudó mirando a Taemin, casi como amenazándolo -... bien, ha sido bueno

- No te veo muy convencido... - le dijo casi preocupada – Taemin, ¿te has portado bien?

- ¡Mamá!

- Creo que en todo trabajo nuevo hay una etapa de... adaptación – continuo hablando el moreno -... ahora estoy en esa fase, acostumbrándome a los horarios, adaptándome a las dificultades y reparando ciertos... errores que he encontrado – dijo mirando directamente a los ojos de Taemin mientras le sonreía alzando una ceja.

¡Enfermero y la puta...!

- Bueno, supongo tienes razón... - acotó cordial -... espero no tengas muchas dificultades, pues creo que esta es la mayor de todas – dijo palmando la pierna del chico junto a ella, avergonzándolo -... pero aun así debes saber que mi Taeminie es un niño muy dulce...

- ¡Mamá! – musitó entre dientes, sonrojándose.

- Créame que nos hemos llevado muy bien... - mintió ante la mirada sorpresiva del castaño – de hecho no tuve que convencer demasiado a Taemin de que es apropiado que siga con su tratamiento, además estuvo de acuerdo en ir a una visita médica mañana al Hospital donde solía trabajar...

- ¡¿En serio cariño...?!

- Mamá, no....

- ¡Ay mi niño, estoy muy orgullosa de ti! – exclamó estrechándolo en sus brazos – Sabía que sería difícil que siguieras con tus quimioterapias, pero ¿ir a un Hospital a chequearte?, ¡vaya sí que has madurado!

- Taemin sabe que todo es por su propio bien... - dijo el moreno envenenando más el desfigurado rostro del joven sentado frente a él.

Me las pagarás una a una imbécil, una a una...

Permanecieron un par de minutos conversando ambos, con Taemin que solo se removía en su sitio, apenas soportando las risas fingidas del moreno ante los comentarios de su madre que lo avergonzaban aún más, como si fuera posible.

Cuando su salvación llegó de la mano de Joo Jin quien los fue a buscar para indicarles que la cena estaba servida, el castaño fue el primero en desaparecer ante la sorprendida mirada de su madre, quien solo agradecía su positivo cambio de ánimo.

- Minho... - le llamó bajito cuando notó que su hijo ya no estaba cerca de ellos.

- ¿Sí?

[ Balada de Otoño ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora