Michelle
—¡Apurate Michelle!.— mi mamá estaba gritando desde la calle, parecia loca.
—¡Ya voy! ¡Que molestai oh!.— salí de la casa y caminamos.
Íbamos donde la tía Maria, dónde el amor de mi vida, mi querido Matias. Desde chica me encanta ese hueon, pero me siempre me ha visto como su hermana chica y sólo nos llevamos por dos años, le da cualquier color.
Ya habíamos llegado, quedaba en el otro pasaje la casa de la tia así que no era mucho lo que se caminaba. Mi mamá ya habia tocado el timbre, parece desesperá la señora esta.
Mientras esperábamos a que abrieran la puerta, me puse a revisar el celular.
—Hola tía.— abrieron la puerta y me digne a mirar.
¿Me están huebiando? Era el mismo hueon que me había tirado la pelota, feo culiao.
No me había dado cuenta de que mis papás ya habían entrado. Estaba parada como hueona mirándolo.
—¿Vai a pasar o no?.—me miro, culiao pesado.
—Sí culiao.—entre y lo empuje.
Escuche como se reía, lo voy a ignorar sólo para no perder la poca compostura y dignidad que me queda.
—¡Hola mi niña!.—la tía Maria me abrazo y me lleno de besos.
—Hola tía.—sonreí.
—Estai tan grande cabra chica.—el tío se puso a mi lado y me abrazaba.
Me reía no mas, aún no podía creer que este sea hijo de los tíos, ellos tan simpáticos y este tan pesado.
Me senté a esperar a la Cassie, maraca culia que se demora oh. Espere sus 10 minutos y la hueona se digno a llegar, tan diva para sus cosas.
—¡Llegue hueona! aquí me tienes.—me dio un beso en la mejilla.
—Demorate mas po.— me cruce de brazos.— Si sólo veni donde los tíos, no a ver a hueones.
—Uno nunca sabe si en el camino puede encontrar al amor de su vida.—me cague de la risa, que enferma.
—Ya oh, anda a saludar a los tíos.—me levanté del asiento y fuimos al patio de atrás, dónde estaban haciendo el asado.—¡Ah hueona! no sabí nah quién esta aquí.
—¿El Matias con su polola?.—la miré feo.-—Ya, si era broma oh.—se rió.
No le quise decir nada, para que lo viera con sus propios ojos.
Llegamos donde estaban todos y la Cassie me miro.
—¿Me estái huebiando que él esta acá?.— quedó mirando al hueon.
—Puse la misma cara que tú, hasta lo empuje.— la hueona se río.
—Ya, voy a saludar.
Vi como se acercó a saludar a los tíos, y cuando llegó dónde el hueon lo saludo con la mano, que maraca.
—Tía ¿esta loca es su hija?.— el hueon miro a la tía Irene, la mamá de la Cass.
—¡Sebastián!.— su papá lo reto, me cague de la risa.
—No se preocupe tío, me acostumbré a que sea así de roto.—me acerqué donde la Cassie.
—¡Mamá él fue el que me tiró el pelotazo!.—lo mire feo, pero él estaba cagao de la risa.
—¿Supongo que te pidió disculpas?.— El tío miro al Sebastián, pero este ni le importó.
—No tío, no le pidió disculpas .— la Cassie se metio.
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Coincidencias culiás
Fiksi RemajaUn par de chiquillos rebeldes. Un par de chiquillas buenas para huebiar. Un odio mutuo. ¿ Que podía salir mal si juntas a cuatro hueones que se odian hasta la muerte?