Abrí los ojos; otro maldito día más sin él.
Luego de que Donghae me dijera que era linda, le agradecí. Le dí mi número telefónico y me despedí de él. Era un idiota, pero era un idiota bastante precioso.
Seguro se están preguntando el por qué lo llamo idiota, y es porque es muy torpe. Cuando estábamos comiendo el helado, varias veces tuve que limpiar su rostro, maneja de una manera un tanto "peligrosa" (casi me quedo sin uñas), y cuando me dijo que era linda, se puso muy nervioso, mordía su labio y desviaba su mirada a otras partes. Pero, tenía un corazón muy noble. Detesta estar solo, así sea para siempre o algo tan simple como comer, tiene alma de niño.
Los días pasaban justo como si fueran siglos, sin Heechul. En el teléfono, nada. En persona mucho menos.
Y bueno, lo único que me motivaba a salir adelante era Donghae. Era ahora mi mejor amigo, mi confidente. Cuando estaba con él, los problemas eran muchos menos, disfrutaba pasar tiempo con él.
Por las noches me despertaba el recuerdo de un chico, y no era el de Heechul. Era Donghae, siempre presente en mis pensamientos y en mis sueños.
Maldita sea, me estaba enamorando de él.

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El precio de amar.
Roman d'amour¿Quién no se ha llevado una decepción con alguien que ama? ¿Quién no ha sido engañado alguna vez? ¿Quién no ha tenido que derramar lágrimas?, o lo que es peor derramarlas hacia dentro, sin que nadie lo sepa. Copyright: All Rights Reserved.0