Capitulo 24

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Oye mira lo que puedo hacer.

MinGyu levantó la cabeza, desde la carga de la secadora y me observó mientras yo me paraba en mis manos en la parte superior de la lavadora.

Le sonreí boca abajo. Él negó con la cabeza y luego echó un vistazo a las otras personas en el servicio de lavandería, que ahora nos miraban.

—Tal vez no deberíamos pararnos de mano en las lavadoras, JeongHan. ¿Has oído hablar de mantener un perfil bajo?

Le mostré la lengua.—No eres divertido.

Abrí mis piernas como una tijera luego girando en una mano hice un desmonte impresionante. Levantando mis manos en el aire, imité a una multitud salvaje.

—Un diez perfecto para Yoon JeongHan.

MinGyu negó con la cabeza de nuevo, pero me fijé en la pequeña contracción en su labio superior. —Toma la ropa de la lavadora y ponla en la secadora. —Señaló la secadora a su lado, la que tenía la puerta abierta.

—Está bien. —Levanté la tapa de la lavadora y recogí la ropa mojada en su interior. La llevé a la secadora y la empujé dentro. Un calcetín y unos pantalones cortos aterrizaron en el piso de cemento sucio. Los recogí, con pelusa, polvo y todo, y los empujé de nuevo, cerrando la tapa. MinGyu me dio las monedas para hacerla funcionar, y luego pulsé el botón de encendido.

Todo era tan aburrido. Me estaba volviendo loco.

—Tenemos cuarenta y cinco minutos que matar. ¿Qué quieres hacer?

Se deslizó en una silla de plástico. —Tengo que tomar una siesta.

—No eres divertido, viejo.

—Hola, soy el mismo al que se le ha succionado la vida, ¿Recuerdas?

—Lo sé y dije que lo sentía como un billón de veces. —Me senté a su lado, apoyándome cerca de su oído—. Podría tratar y devolvértela. —Lo acaricié en el cuello.

Él me detuvo un poco, pero no estaba destinado a ser cruel. Podía oír los latidos de su corazón y la prisa de su aliento. Estaba sin duda pensando en ello.

—No es que no sea tentador, no es el momento adecuado o lugar.

—Está bien. —Salté a mis pies—. Voy a ir a buscar algo de comida. ¿Quieres algo?

—¿Un emparedado de albóndigas? Hay una tienda de emparedados en la misma calle. —Él buscó en su bolsillo algo de dinero y me lo entregó.

En la tienda ordené uno de albóndigas para MinGyu y para mí un pan de centeno de pavo con todos los aderezos. Ser un cambion era un asunto que daba hambre. Tiré el cambio en mi bolsillo junto con el resto de las monedas que MinGyu me había dado para la secadora. Mientras tocaba las monedas, vi una de esas cabinas telefónicas antiguas a través de la calle.

Metiendo los emparedados bajo el brazo, me lancé a través de la calle y entré en la cabina. Metí un montón de monedas y marqué. Repicó cuatro veces antes de que fuera contestado.

—¿Hola?

Tragué duro luchando contra las lágrimas formándose por escuchar la voz de mi madre.

—¿Hola? —dijo de nuevo, y me di cuenta de que estaba luchando por contener las lágrimas también—. ¿JeongHan?

Mi inhalación debe de haber sido ruidosa, porque ella continúo con ímpetu, como si supiera que yo no estaría al teléfono por mucho tiempo.

STATIC [GYUHAN] [ADAPTACION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora