Capítulo 7: Nuestro Pequeño...¿Hijo?

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Esa misma noche.

Freddie estaba abrazando a John.

John le había reclamado antes, Freddie no dijo nada, sólo lo beso, y una cosa llevó a la otra, y ahora estaban acostados, sus manos entrelazadas, un poco sudados, con sus cabellos alborotados.

Alguien tocó la puerta, Freddie giró los ojos y trató de levantarse, pero John lo jaló.

—No te vayas, Freddie.

—John... Puede ser Brian.–le dio un beso en la frente.—Vistete, si te ven así nos matan.

Freddie tomó su bata y se la puso, fue hasta la puerta y efectivamente, era Brian y Roger.

—¡Hola!–dijo Roger y jaló a Brian adentró.—¿Qué pasó?

—Nada, John llegó después y...–Freddie fue interrumpido por John gritando.

—¡Te esperó en tu cuarto, rubio!–John gritó desde arriba.

—¿Qué pasó? Freddie, cuentame.–Roger hizo su berrinche, Brian pensó que se veía tierno.

—Ve con John, él te lo va a explicar.–Lo empujó hacia las escaleras y miró a Brian.–Te lo contare, y tú me contarás que pasó, voy a cambiarme.

Freddie subió a su cuarto y ahí se quedo un rato.

—¡¿Qué hicieron qué?!–Roger gritó con sus fuerzas.

—Lo que oíste, rubio, deje de ser virgen.–John sonreía y Roger no sabia que decir.

—Tú, tú, tú, él, No...

—¡Qué si! Roger, ya lo he dicho, o llamó a Freddie y te mostramos como fue...

—¡NO! Estoy bien así, pero, ¿Ya son novios?

John bajó la mirada, Roger se golpeó la frente.

—John... No debiste.

Roger lo abrazó, John pensaba que era un tonto por darle su virginidad a Freddie sin ser novios, él pensaba que sólo se había aprovechado de él, que equivocado estaba.

—¿Y cómo se lo pido?–Freddie caminaba de un lado a otro, Brian sólo lo veía.

—Flores, dulces, no lo sé.

Freddie quería hacerle la pregunta a John.

—¡Roger! Es su mejor amigo, voy por él.

Freddie salio de su cuarto y fue al del rubio, lo abrió vio a John y Roger abrazados.

—¡Deja a MI castaño, Meddows!–gritó haciendo que se separaran, Freddie tomó a Roger y lo arrastró dejando a John sólo.

Lo empujó haciendo que se tropezará y casi cayera, pero ahí estaba Brian.

Roger comenzó a hacer muecas, le había dolido como Freddie lo jaló.

—¿Era necesaria tanta violencia? Sólo abrace a John.
Brian abrazó a Roger y lo alejó de Freddie que quería golpearlo.

—Hey, no lo toques, ya lo lastimaste.

—Brian, ¡Por Dios! Roger lo siento, ¿Qué le gusta a John? Dime, rubio de bote.

—Lastima, Margarita, me lastimaste, ahora no te diré.

—¡Brian! Dile algo.

—Rog, dile, anda.–Brian tomó la mano de Roger, él se tensó, no sabía que hacer.

—B-bien... Le gustan la mayoría de cosas que le gustan a mi, con eso ya tienes todo.

Freddie le iba a agradecer, pero alguien tocó la puerta, Roger quiso ir, pero Brian no lo dejó, Freddie fue.

Era un silencio cómodo, Brian abrazando a Roger, él muriendo de nervios.

—Rog, yo...–Freddie interrumpió con un grito, haciendo que todos, incluido John salieran.

—¿Qué pasó?–Roger vio a Freddie con una canasta.

—¡Brian y Roger! Al sillón.–los mencionados fueron donde Freddie dijo y se sentaron, John se acercó a la canasta y entendió.

—Roger, ¿Te has acostado con una chica de cabello rizado?

—¿Qué? No, has estado 19 años a mi lado, él único chico de cabello rizado es Brian, pero es chico.

—Bien, Brian, ¿Te has acostado con una chica de ojos azules?

—No, soy virgen, Roger es el único de ojos azules que conozco, ¿Por qué preguntas?
Freddie sacó lo que tenia la canasta, era un bebé de unos 7 meses, con cabello rizado y ojos azules, ahora entendían.

—¿Qué decía la carta?–preguntó Roger.

—¿Qué carta? No tenía ninguna.

—Idiota, ese bebé no es nuestro.

—Roger, lo dejaron en la puerta.

—Esperen, hagamos algo, en una semana lo cuidaremos, si no vienen por él, Brian y Roger la harán de padres primerizos e inmaduros.–dijo John.

—¿Y por qué nosotros?–dijo Roger, no le molestaba cuidarlo junto con Brian, pero necesitaba que lo convencieran.

—Porque tiene cabello rizado como Brian y ojos azules, como los tuyos, si tuviera ojos grises como los mios y el cabello extraño como Freddie nosotros lo cuidaríamos, y no lo podemos dejar, es medianoche.–John logró convencerlo.

—Bien, lo cuidare, ¿Brian?–Roger lo cargó como pudo, como John dijo, padres primerizos e inmaduros.

—Tan jóvenes y ya tenemos un bebé, pero, ¿Es niño o niña?

—Eso yo lo averiguó–Roger camino hasta el baño lo más rápido que pudo, se tardó un poco, cuando regresó, tenia la cara sería, y de preocupación, levantó al bebé para decir que era.—Es... Una niña.

Todos gritaron, ¡Una niña! Al fin una chica, que pensaran o no, cambiaría la vida de los cuatro caballeros.

—Pero... Hay escuela en estos días.–dijo Roger, la bebé comenzaba a dormirse.

—Eso lo veremos mañana, mientras, ¿Brian y John se quedan o qué?–dijo Freddie.

—Yo me quedó, ¿John?

—Si, ¿Podemos vivir aquí otra vez?

Roger y Freddie se miraron y asintieron.

Roger, Brian y su "hija" se fueron a dormir.

A Roger le daba miedo que regresaran por la bebé en la mañana, pero si no lo hacían, su terror era como se encargarían de esa pequeña, Roger se preocupaba de muchas cosas, recuerdo cuando nació Kashmira, la hermana de Freddie, aunque ellos no debían hacerse cargo de ella, lo hicieron, y fue demasiado, ahora tendría que buscar un trabajo, comprarle cosas, y madurar.

Roger se quedó pensando en todo eso, hasta que recordó que la pequeña no tenía nombre, ¿Cómo se llamaría si se quedan con ella?
A su cabeza llegó una melodía que Freddie había escrito sobre siete mares de un lugar inexistente, Rhye, un día de su infancia, Kashmira, Freddie y él crearon ese lugar, luego se convirtió en una canción, y ahora el nombre de su pequeña hija.

Roger se aseguró que estuviera durmiendo, y sólo así, pudo dormir en paz.

Sólo Te Quiero Para Mi -Maylor- #TheQueenAwards ·En Edición·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora