Mɪ ᴠᴇᴄɪɴᴀ [A.V]

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No sé en que momento los chicos comenzaron a entablar conversación contigo, al grado de que ya pertenecías a nuestro grupo. Creí que eso seria una excelente excusa para hablar contigo de una buena vez, pero cuando lo intentaba siempre ocurría algo que simplemente no me lo permitía. Y, en su mayoría era mi "novia" la que impedía mi acercamiento; por lo cual perdí las esperanzas como en todas las ocasiones en las que te he escrito, decidí amar a Nathalia cuando quería seguir amándote a ti. Y, es que ahora que eres parte de nuestro grupo, sinceramente es un tanto difícil querer estar lejos de ti. Jos no deja de recordarme lo tonto que soy al dejarte ir como si nada, pero dudo que el comprenda mi temor, una noche llegamos al punto en que simplemente nos enfadamos tanto que el ojimiel me enfrentó con un puño en el rostro, aquel día nos encontrábamos en tu casa; si, al fin le he conocido por dentro y en persona. Mientras todos estaban en la sala observando "Reing" yo estaba en el jardín con mi chica, muriendo internamente anhelando estar con ustedes.
Las chicas siempre quieren saber lo mucho que su pareja les ama. Y, ese día Nath quería escuchar cuanto la amaba, por lo cual no tuve más opción que mentir sobre lo mucho que lo hacía, cuando a la que amaba verdaderamente; se encontraba aferrada al pecho de su primo, tratando de ocultar su llanto, el cual fue descubierto gracias a los sollozos que salían de tus labios. Aquella escena me rompió el corazón por completo, si no lo había mencionado anteriormente, lo digo ahora y es que me pone mal el verte llorar. Todos en la sala estaban en silencio, contemplando la escena; cuando entre acompañado de mi novia, todas las miradas se posaron sobre nosotros, dejandome perplejo. Mientras que un Jos furioso se dirigía a mi y me plantaba el puño justo en la mejilla derecha, acompañado de un:
"-Jamás creí que tu estupidez llegara tan lejos-"... Después de aquello el pelinegro me sacó de tu casa, advirtiéndome sobre el acercarme a ti u observar por mi ventana en busca de ti. ¿Acaso me he perdido de algo? Si es así, espero que algún día puedas explicarme la razón por la cual llorabas. Quizá pueda ayudarte a recoger los trozos de tu corazón roto y repararlo por completo.