Amargas me han dicho que son mis lágrimas al verme pasar
el llanto de mis ojos es imposible de contener
como no puedes evitar que las rosas se llenen con el rocío de la mañana
mi mirada se ha vuelto oscura desde que se desvaneció la luz
que guiaba el camino por el que quería pasar cada uno de mis días.
¡Qué silencio se ha apoderado de mis horas nocturnas!
Cuán grande me parece el tiempo ahora que he perdido el rumbo
como si él mismo me condenara eternamente a vivir de esta manera
en la que ya no me es posible sonreír ni esperar nada
a cambio de mis vanos esfuerzos por alcanzar la felicidad.
Ya no hay espacio siquiera para el olvido
aunque me temo que no puedo recordar esos momentos
en los que alguna vez pude ser feliz
no hay vacío más grande ni tristeza más profunda
que la de estar consciente de mis propios errores.