Un presente alterno 8. - Un plan perfecto.

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La ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el universo nos hace débiles.

Como decía el gran cosmólogo Carl Sagan; nuestro planeta, solo es un punto azul pálido en la bastedad del universo, nuestra ignorancia acerca de todo lo que pasa dentro de esta mota de polvo, nuestra arrogancia de ser humano nos hace pensar que nunca recibiremos ayuda externa, no por lo menos en un futuro inmediato

Eso aplicaba para mí, justo en ese momento, nadie me ayudaría, no recibiría ayuda externa, ningún Jonh del futuro aparecería y me ayudaría.
Pero yo, yo si podía ayudar a algún Jonh Gleen del pasado y eso haría. Aunque eso significará sacrificarme a mí mismo.

Como una gran roca, cayendo desde lo alto, sentí su primer golpe estrellarse contra mí quijada, me había reventado él labio. Mientras tanto, los agentes O'Neill y Kingsley, continuaban empeñados en entrar a mí departamento a como diera lugar.

Lo sujete firmemente de su ropa con una sola mano e inmediatamente, con todas mis fuerzas, intente clavarle la daga, pero viéndose más ágil que yo, logró detener el trayecto de la misma. Básicamente intentaba enterrarla en cualquier lugar posible, nuestra fuerza física era exactamente igual, él golpeaba y yo esquivaba. Me sujeto de los cabellos por la parte posterior de la cabeza, más que un grito di un alarido de dolor, era justo la zona donde mí cabeza se estrelló con la cara del primer Gleen. Por inercia le di un gran puñetazo en el ojo izquierdo. Le abrí una ceja, la sangre no era tan abundante como la del primero, pero fue lo suficiente como para darme un poco de ventaja.

Por otro lado, la puerta estaba cayéndose en pedazos, quizás cuatro patadas más y los agentes estarían dentro, no tenía ni la más remota idea de cómo terminaría esto.

Sin perder más tiempo inmediatamente tome la daga, y se la clave en una pierna. Fue un impacto certero. Esto lo saco de combate rápidamente, se puso de rodillas y tome una escultura de mármol bastante pesada, estaba dispuesto a golpearlo en la cabeza, cuando justo en ese instante la puerta no aguanto más.

- Alto, las manos en la cabeza. - Ordenó el agente O'Neill.

Aquel Gleen que se encontraba de rodillas giro la cabeza instintivamente. Aquellos agentes no daban crédito a lo que estaban viendo. Dos Jonh Gleen, bañados en sangre, teniendo una pelea a muerte.

Los agentes se miraron incrédulos uno a otro.

- ¿Gemelos? - Pregunto Kingsley.

- No lo sé, ya habrá tiempo de investigar más a fondo, eso explicaría muchas cosas - Respondió O'Neill.

En la prisión o muerto. – Pensé - Ese era mí destino, y sobre todo ¿cómo explicar lo de aquel Jonh Gleen?

Pero él ya tenía su propio plan.

- Lo siento, no puedo quedarme caballeros. – Dijo mientras un extraño brillo se iba formando en sus confiados ojos.

Me miró a la cara, y sus ojos brillaban en un color azul rey intenso y su cara comenzó a cambiar a un tono azulado bastante brillante. El pretendía escapar.

No permitiría que escape tan fácilmente. Aun tenía entre mis manos el busto de metal de Dark Veder que adornaba un rincón de mí departamento, me acerque a toda velocidad, pretendía estrellarlo en su cabeza. Pero aún con todo y mi rápida reacción, una bala atravesó mí hombro, nunca vi venir eso.

Él agente O'Neill me había disparado, mientras decía;

- Dije que manos a la cabeza.

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora