Capítulo 6

216 39 8
                                    

La mañana transcurre tranquila, al igual que las revisiones. Mi salud sigue mejorando.

Salgo hacia el patio, encontrandome al pelirubio. Me acerco a Billie, él mantiene su vista perdida. Me siento junto a él, se percata de mi presencia y me sonríe de manera forzada, algo malo le ocurre.

—¿Pasa algo? —pregunto preocupado—. ¿Le pasó algo a tu mamá? —Me sonrie levemente.

—Mi madre está bien —responde, lo miro dudoso—. No pasa nada, Tré, enserio —vuelve su vista al frente.

Se que algo no anda bien, además de que sus ojos se ven un poco rojos, como si hubiera llorado.

—Insisto, Billie —le toco el hombro despacio, haciendo circulos con mi dedo indice en éste—. Sabes que puedes contarme cualquier cosa —le sonrío amablemente.

Suelta un pesado suspiro, mientras baja su mirada al suelo.

—Sólo fue una nube de recuerdos, solo eso —lo envuelvo en mis brazos, él se deja y nos quedamos así unos minutos.

—Tré... —dice en un susurro, aún con su cabeza en mi pecho—. ¿Crees en el amor? —pregunta, tomandome por sorpresa con aquella pregunta.

Así va la cosa, me he enamorado miles de veces, o algo así. He tenido "parejas", si es que así pueden llamarse. Pero al ser un hijito de mami las posibilidades de tener novia son escasas. Siendo sincero nadie quisiera tener a mi madre de suegra.

¿Pero si me he enamorado? Creo que no realmente. No estoy seguro. Sé que es el amor, mi madre me ha contado millones de historias romanticas, pero no lo he sentido mucho.

—Claro que sí, Billie, existe y es maravilloso —le respondo en un susurro.

—Yo creo que es una farsa, una mezcla de estupides y sentimientos —murmura. Lo separo de mi y lo miro.

—No digas eso, el amor es hermoso, tú debes estar hablando del desamor —digo suave—. ¿Alguna vez te has enamorado?

Me mira rápidamente, no logro decifrar bien su expresión.

—Sí —dice—, me he enamorado.  Pero, ¿sabes? —suspira—, fue algo idiota —levanta su vista al cielo, para luego mirar el suelo—. Es una lástima que nos enamoremos de lo que nos hace daño —susurra.

No se si debo preguntarle o sólo quedarme callado, tal vez digo algo que lo lastima, y no quiero hacer eso.

—Tenía sueños, al igual que ilusiones —dice cabizbajo—. Pero un día todo eso desapareció... —continuó hablando. Lo miro atento— ...habían promesas... —su voz comenzó a quebrarse—. Pero suelen perderse con facilidad al pasar el tiempo, no se cumplen, se rompen y se olvidan —mira hacia el frente, manteniendo la fuerza en su voz.

Nos mantenemos en silencio, no es uno incómodo, es relajante y seguro. Sus palabras siguen repetidas en mi mente, se que tal vez alguien rompió su corazón, pero no quiero presionarlo a hablar.

—En días comenzará Septiembre —dice, rompiendo el silencio.

—Y luego la primavera —le respondo sonriente, tratando de que él tambien lo hiciera.

—Tré... —me mira a los ojos, podría apreciar sus ojos por horas, son llamativos y a la vez atrapantes—. ¿Puedo confiar en tí?

Le sonrío ampliamente.

—Claro que sí, Billie, no nos conocemos mucho, pero puedes confiar en mi, estoy para tí —le respondo, sin dejar de sonreir.

Suelta una pesada risa, vuelve su vista al frente, y continúa hablando.

—¿Te gusta la música? —pregunta, ahora con su voz firme pero a la vez divertida—. Nunca me respondiste esa pregunta.

Suelto una pequeña risa.

—Claro, tuve influencias musicales cuando era pequeño —saco mi vista de él y miro el frente—, toco la bateria, además de otros instrumentos, pero la bateria siempre fue mi mejor compañera —siento su mirada en mí—. Aunque mi mamá odia que la toque en casa. —Rio al recordar todas las veces que ella me había regañado.

—No sabía que fueras baterista —lo miro, tiene una sonrisa divertida en sus labios.

Okay, nadie se espera que un niñito de mami toque tal instrumento, pero bueno, no es mi culpa que la gente me vea tan inocente.

—Siempre creí que no sabías hacer nada, digo, eres un bebé de mami —dice burlón. Lo fulmino con la mirada, y se rie ante mi acción.

—Ya, ya —le golpel levemente el hombro—, ahora dime —deja de reir y me mira sonriendo—: ¿De qué trabaja tu padre?

Su sonrisa se desvanece en menos de un segundo y mira el frente.

¿Dije algo malo?

Genial.

Quería cambiar de tema y la termino arruinando.

Tipico de Frank Edwin Wright III.

—¿Pasa algo? —pregunto preocupado.

Me miró y luego dirige su mirada al suelo.

—Se llamaba Andrew —susurra—, era un buen hombre.

¿Era?

Oh no, no debí abrir la boca.

—Tenía diez años cuando pasó —dice dolido.

—Si no quieres hablar no hay problema —le digo arrepentido.

Se mantiene en silencio, mirando hacia la nada.

—Despiértame cuando termine Septiembre —susurra, en un inaudible susurro.

—¿Qué dices? —me mira por un instante, para luego volver a mirar hacia el suelo.

—Nada —se levanta del banco y me mira con una pequeña sonrisa en sus labios. Y ahí noto cómo una lágrima cae por su mejilla, y la limpia rápidamente—. Nos vemos, Tré —se aleja despacio, adentrandose al Hospital.

—Nos vemos, Billie —susurro, mirando en dirección hacia donde él había desaparecido.

Broken Pieces. [Trillie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora