Capítulo 5

225 39 3
                                    

Salgo de la sala con una gran sonrisa en mi rostro, mi madre se encuentra a mi lado, igual de felíz que yo.

La noticia que Adam nos dio es más que buena, ya que según sus palabras, yo estoy "repentinamente mejor de salud". Lograron acabar con el virus, y eso me pone muy contento, aún tendré que permanecer aqui en el Hospital pero al menos no estoy muriendo.

Llegamos a mi habitación y abrazo a mi madre. Suelto unas lagrimas, estoy muy feliz. Permanecemos así unos momentos hasta que ella decide romperlo.

—Bueno hijo, debo irme a trabajar —dice apenada.

Le sonrío y beso su mejilla.

—Sólo vete, sabes que estaré bien
—Me dirijo a la cama y me siento.

Tomó su bolso y besó mi mejilla, para luego hacer lo mismo con mi primo y mi tia, y salir por la puerta.

Miro hacia la ventana, no puedo creerlo aún, es fantastico cómo las cosas pueden voltearse.
Y estoy feliz de que esto resulte bien para mi después de todo.

Me levanto y tomo mi buzo de Sex Pistols, salgo de la habitación con el buzo puesto. Iré al patio a tomar un poco de aire.

Salgo hacia afuera, encontrandome con Billie en la banca de siempre. Sonrío y me acerco a él.

Han pasado varios días desde la vez que hablé con él y le dije mi nombre, y desde allí que nos venimos viendo en el mismo lugar.

Y ahora que mi salud esta mejorando podríamos ser amigos, y no correría el riezgo de irme y perderlo.

Me siento junto a él, me mira divertido, seguro por mi buen humor, ya que seguramente mi cara irradia felicidad.

—Hola, Billie —le sonrío, a lo que él responde.

—Hola, Tré. —Nos quedamos viendo, estos momentos asi los disfruto, cuando nuestras miradas chocan—. ¿A qué se debe tanta felicidad? —pregunta.

—Nada realmente, solo creo que la vida es muy bella —le respondo con una gran sonrisa.

Suelta una risa.

—¡Pero qué positivo! —exclama y ríe. Dirige su vista a mi preciado buzo y deja de reir—. ¿Te gusta Sex Pistols?

—Sí, ¿y a ti? —pregunto.

—Claro —dice—, ellos fueron una de las razones por las cuales quise formar una banda —finaliza, con una sonrisa en su rostro.

* * *

Hablamos durante horas, me he perdido el desayuno, pero aún asi no tengo hambre.

—¿Porqué mejor no me cuentas más de ti? —pregunta.

Levanto mi vista, sin hacer contacto visual con él.

—¿Que quieres que te diga? —lo miro a los ojos—. Soy hijo único, eso me hizo ser el bebé de mi mamá. —Suelta una risa y entorno los ojos—. ¡Oye! No te rías —me uno a su risa.

—Dime más —pide, haciendo carita de niño, a lo que reí, se ve adorable.

—Esta bien, te diré cosas pero tú harás lo mismo, ¿okey? —Asintió contento.

Hablamos durante largos minutos, conociendonos más. Había logrado saber que él era el tipo de persona contraria a mi, por el hecho de que él se drogaba y yo no, porque era "rebelde" y yo seguía siendo el niñito de mamá.

Habian muchas cosas que no teníamos en común, pero con eso lograbamos conpartir gustos y diferencias.

Hablamos de música, amigos e incluso programas de televisión. Me contó sobre su gatito difunto y el nuevo que ahora tiene, Kitty Boo Boo. Que vive con su madre y trabaja en una cafeteria cerca del hospital.

Su compañia me hace bien, siento que tenemos una buena conexión. Él se ha vuelto un buen amigo estos días, y me alegra saber que tal vez cuando salga de Internación podríamos seguir viendonos.

* * *

Salgo del baño ya bañado y cambiado. Estoy solo en la habitación, ya que a Stuart lo han cambiado de sala, con la excusa de que yo "necesitaba estar aislado de personas". Gesto que agradecí, necesito silencio y con Stuart no lo tienes.

Mi madre esta en casa, al igual que mi padre, que ciertamente ha venido unas pocas veces a visitarme por tema del trabajo.

Me siento en la cama y prendo la televisión, quiero ver alguna pelicula pero no encuentro nada. La apago, rendido, y busco mi celular, el cual no he usado todos estos días.

Lo encuentro en el cajón de la mesita de luz, veo que tengo mensajes y llamadas perdidas de Jeff y Jason, mis mejores amigos.
Les mando un mensaje a ambos, ya que no me habían visitado, gesto que me enoja.

Hablo durante unos minutos con ellos y luego apago el celular. Son las nueve de la noche, y no tengo sueño. Estoy demasiado feliz como para descansar.

Me volteo hacia la ventana, la abro un poco y siento el viento chocar contra mi cara, afuera esta fresco y la luna brilla junto a las estrellas.

Escucho la puerta abrirse, me volteo, viendo a Inés acercandose con una pequeña bandeja y un vaso de agua.

—Aqui está tu pastilla —dice, acercandome la bandeja que contiene la pequeña pastilla blanca para dormir.

Meto la pastilla en mi boca y agarro el vaso de agua, que luego tomo y se lo devuelvo vacío.

—Buenas noches, Frank —me sonríe y se aleja.

—Buenas noches, Inés —le respondo mientras cierra la puerta.

Permanezco un tiempo mirando las estrellas hasta que mis ojos comienzan a pesarme, las pastillas estan haciendo efecto.

Cierro la ventana y me acuesto en la cama, cayendo en un profundo sueño.

Broken Pieces. [Trillie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora