Broken Pieces. [Trillie]

Capítulo 18

Hace una semana estaba en cama y con dolor en todo el cuerpo. Había vuelto a la misma habitación de antes, con la diferencia que ahora las paredes tenían cuadros de pintura.

Bonitas obras de arte para alegrar a los enfermos, pero ni eso podía sacarme una sonrisa.

Mamá y papá querían prohibirme cualquier contacto con Billie, aún sin saber quién era él. Me habían quitado mi celular y estaban pendientes de que ningún "desconocido" me visitara en el hospital.

Por eso mi estado de ánimo estaba peor, porque no lo había visto, ni tampoco él sabía algo de mi.

Temía que Billie creyera que yo estaba ignorándolo, después de aquel día. No quería que pensara que no valía nada para mi, porque él para mi significaba mucho. Y además de que me gusta, creo que lo amo.

Y lo que sentía por él era lo único vivo que seguía en mi, además de los dolores.

- Hey, Tré. - Jason entró en la habitación, acompañado por Jeff.

- Hola - susurré con dificultad, ya que mi garganta ardía.

- ¿Cómo has estado? - Jeff tomó asiento en la silla junto la camilla, y Jason se sentó a mis pies.

- Bien - pronuncié, para luego toser. Okay, no estaba bien, pero ellos entendían.

- Espero que mejores - sonrió Jason, dando palmaditas en mi pierna.

- Si, todos esperamos que mejores. - Jeff sonrió, acercandose a apretar mi mano.

Sonreí apenado, sabiendo que no mejoraría. Y creo que eso todos lo sabían.
Un silencio nos envolvió, y lo sentí incómodo.

- Bueno, - dijo Jeff - Jason se casará la próxima semana.

Miré a Jason, regalandole una sonrisa sincera. Sabía cuánto él la amaba, y ella lo haría muy feliz, pese a que Sally no me agradara.

- Felicidades. - Susurré, él me sonrió.

- Tú serás uno de mis padrinos, tú y Jeff.

- No creo estar, Jason. - Ambos me miraron sorprendidos y enojados a la vez.

- ¡No seas idiota, estarás bien! - mediogritó Jeff.

- Si, trata de creer al menos un poco. No todo está perdido. - Dijo Jason, y solo asentí.

Se me dificultaba creer.

[...]

- Abre la boca, Franky. - Negué con la cabeza repetidas veces, pero mamá acercaba más la cuchara con sopa a mi boca. - Vamos, hijo, es una deliciosa sopa.

- No digas que es deliciosa si aún no la has probado. - Me quejé. Soltó un largo suspiro y metió la cuchara a su boca.

Hizo una mueca rara, como si fuera a escupir la sopa. Quize reir pero el ardor me lo impidió, por el cual solo sonreí.

- Tiene sabor a papel viejo - se quejó, y dejó la cuchara junto al plato, para luego alejarlo de la camilla. - Bien, ahora a descansar.

Me recosté en la cama y me cubrí con la manta blanca. En unos minútos vendrían a llevarse la comida y luego vendría Inés a traerme la pastilla para dormir.

En las noches se me dificultaba dormir, y por ello me habían dado la pastilla. Ya que el dolor era tan fuerte que no dejaba dormir.

(...)

A eso de las nueve de la noche Inés vino a darme la pastilla, la cual tomé con un poco de dificultad, por el dolor de garganta.

Mamá se preparaba para dormir en la camilla junto a la mia, ya que a su edad dormir en una silla le traería dolores de espalda.

- Buenas noches, Franky. - Le devolví
el gesto y me dispuse a dormir.

Sentía cómo el estómago comenzaba a dolerme, pero a la vez los ojos me pesaban. Sobé suavemente mi pansa y a los pocos minútos caí dormido.

A la mañana siguiente...

Me encaminé al patio de afuera, ya que necesitaba aire. Mamá sostenía mi brazo, ayudandome a caminar hasta la misma banca de antes.

Sonreí al recordar las veces que hablaba con Billie en aquella banca. Mamá me dejó sentado y luego se cubrió más con su saco.

- Hace frio, Franky. - Se quejó mamá.

- Ve a la habitación, mamá. No tienes que estar aqui si no quieres. - Sugerí. Asintió con la cabeza y luego sonrió ladina.

- No te quedes mucho tiempo aqui afuera. - Se
dió la vuelta y volvió hacia adentro.

Solté un pesado suspiro. No hacía frio, a lo contrario, estaba perfecto. Cerré los ojos, disfrutando de la brisa que golpeaba mi rostro.

- Tré. - Escuché una voz familiar detrás de mi, y sonreí al saber que era él.

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