No sé por qué escribo mucho KaiLen :v
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.― No sé bailar ―. Dijo el muchacho con vergüenza.
― Yo tampoco sabía y ahora estoy a punto de darte una lección.
El rubio lo miró nervioso y ligeramente sonrojado ― Yo no te estoy pidiendo una lección, Kaito.
El nombrado sonrió con diversión al ver la expresión de espanto de su pareja.
― ¿Cómo esperas bailar en frente de los invitados, Len?
No sabía que contestar, estaba muy nervioso.
― ¿En treinta minutos? Imposible.
―Te enamoré, nada es imposible Len―. La expresión de Kagamine era hermosa a la vista de Kaito.
El rubio se levantó de la cama del hotel y se posó frente a su esposo quien lo tomó de la cintura y de la mano con suavidad.
―Pon tus pies sobre los míos y cierra los ojos ―. Le indicó.
Y con toda la tranquilidad del mundo se empezó a mover al ritmo de un vals imaginario.
(…)
La gente les aplaudía con cariño pues conocían la historia de amor de esos dos.
Y ambos, que estaban enfundados de traje oscuro, se miraban con todo el amor posible que se podía dar a un esposo mientras bailaban un vals y procuraban no pisarse entre sí.