Fanfiction sobre Las Crónicas de Evillious.
Línea temporal: Nanatsu no Tsumi to Batsu. (En japonés es más cool[?])
Porque el Hänsel x Allen necesita más amor~
...
«Dentro de una incubadora se retuerce
una pequeña, pequeña semilla del mal.
Uno de las partes que nacieron de ella,
su nombre es Hänsel.
Aunque su cuerpo perezca, no importa cuantas veces, vuelve a renacer.
Los referidos "actos de los dioses",
van en contra de las travesuras del demonio.
Una vez fue el hijo de un leñador que vivía en el bosque,
y lanzó a una bruja malvada a un horno.
Una vez fue el sirviente de la gula;
no era inteligente,
y era el cuidador del ganado.
Una vez fue conocido como "El Quinto Pierrot",
y fue el hijo de la "Gran Santa Claus".
Pero, tras todas ellas
su identidad es,
el legítimo apóstol del final»
Allen no lograba comprender muy bien el mecanismo del mundo, sin embargo, existían cuatro cosas de las que sí estaba seguro:
1. Su hermana era su adoración.
2. Nunca cambiaría de comportar.
3. Se arrepentía de muchas cosas.
4. Ver a tu reflejo comportarse de forma vulgar y cínica era, en definitiva, algo repugnante.
Sin embargo, Allen tenía que admitir que ese "reflejo" era muy audaz y astuto. Digno de reconocimiento... Más o menos.
Hänsel representaba, para Allen, lo que él nunca sería, y con mucho gusto lo aceptaba. Salvo una cosa... Hänsel era capaz de hacer más cosas de las que Avadonia podría.
Más allá de que no tenía idea de por qué se parecían tanto (y posiblemente nunca lo sabría), Hänsel era una rareza pura. Parte de la semilla de Dios, uno de los Dioses Gemelos y altamente relacionado con los pecados capitales.
Hänsel era extraño.
¿Qué acaso tú no lo eres? Maldita sea, era esa vocecita interior suya que le recordaba que sí mismo no entraba en la clasificación de "lo típico".
Soltó un ligero suspiro.
Hubiera deseado quedarse mucho más tiempo en Lucifenia pero parece ser que una fuerza mayor estaba en su contra. Bueno, estaba seguro de que ni Michaela o Sickle eran, tal vez.
Seguía pensando.
¿En Rilliane? No, sorprendentemente su hermana no se encontraba en su cabeza en ese momento.
Tal vez sus padres. Error, no eran sus progenitores.
¿Entonces quién? ¿Leonhart? ¿Germaine o Charttete? ¿Quizá Keel, el rey Kyle o Gast?
No, no era ninguno de ellos y de cierta manera lo hacía sentir culpable.
Demonios.
Sí, demonios, literalmente. Son aquellos a los que debía ver, no a su mismo rostro sonriéndole de manera vulgar. Y provocadora, no olvidemos lo provocadora.
Porque Hänsel era vulgarmente provocador. Sí, lo provocaba a darle un golpe en esa boca que hablaba sin decir nada.
Resultaba fastidioso el parentesco inexplicable; realmente no entendía porqué se miraban iguales y tal vez Hänsel tampoco tenía idea o quizá sólo no le quería decir.
