Me empiezo a remover incómoda y cuando al fin me suelta me alejo lo más posible de él. Su cuerpo está tapando la entrada y trato de buscar una salida con desesperación. Doy un paso a la izquierda y él me imita, después derecha y él hace lo mismo.
Veo las sagradas ventanas pero no llegaré a tocarlas sin que él me atrape. Así que me quedo ahí parada, viéndolo sin alguna expresión en la cara. Aceptaré mi muerte con orgullo, no pienso rogarle nada.
—Me alegra que tu nariz no se haya roto. —Volteó hacia la izquierda, evitando su mirada.
No dice nada, simplemente bufa, está a punto de hablar pero el resonar de unos tacones lo interrumpe, ve por la ventana de la puerta al igual que yo. A lo lejos veo a una profesora, corro hacia la puerta y estoy lista para gritar, pero él es más rápido y fuerte que yo.
Su mano vuelve a tapar mi boca y me carga hacia la esquina donde se encuentra el escritorio grande de profesor, mis piernas no dejan de lanzar patadas al aire y mis manos rasguñan su brazo enrollado en mi abdomen. Nos metemos los dos ahí y trato de gritar, patalear o hacer algún ruido para que la maestra me ayude, pero su fuerza es increíble ya que no puedo moverme ni un centímetro.
La puerta se abre y la maestra revisa todo desde la entrada, cuando confirma que no hay nada ni nadie cierra la puerta y puedo escuchar cómo le echa llave a ésta, después se va. Maldita maestra inútil, ni siquiera puede revisar un salón de la manera correcta. Cuando ya no se escuchan sus pasos cerca el chico suelta el aire a mis espaldas, mi cabello vuela debido al aire que soltó y es cuando me quedo más quieta que antes. ¿Para qué hacer ruido si ya nadie me va a escuchar? Veo la hora en mi muñeca izquierda y es cuando mis esperanzas se reducen a cero. La escuela ha cerrado.
El chico me suelta y después de eso sale, hago lo mismo y me vuelvo a alejar de él, estamos en contra esquina y lo único que hacemos a distancia es tener un duelo de miradas.
—Nunca nadie había hecho lo que tú, deberías estar asustada.
Oh, sí que lo estoy.
—Pues sorpresa, ya llegó alguien que lo hizo. —Mis manos están detrás de mi espalda y juego con mis dedos, estoy nerviosa.
—¿Quieres saber que te has ganado? —Se acerca a mí, tratando de acorralarme y empiezo a caminar hacia un lado.
—En mi defensa tú empezaste. —Puse una silla en medio de los dos. —Sólo debías comprarme una paleta. —Chillo y empiezo a sentir que me falta el aire.
Si no me mata él lo hará la claustrofobia.
—Quieres hacerte la valiente, pero deberías ver lo pálida que estás. Cariño, no te preocupes, no golpeo a niñas.
—Genial, eso me hace sentir mejor. —Ruedo los ojos y después llevo mis manos a mi boca, he admitido que estoy asustada. —Entonces si no golpeas niñas ¿Por qué me has buscado y me has encerrado en este lugar?
Cuando pronuncio la palabra "encerrado" lo hago con un suspiro. Quiero salir de aquí ya. Empiezo a ver a mi alrededor con desesperación y al ver la ventana decido caminar lentamente hacia ahí, ya no me importa si él está debajo de ella, sólo quiero salir o tomar aire. A la mitad del camino me siento en el piso gracias al mareo, pongo una mano en mi frente y espero que esto pase. En mi mente sólo está el pensamiento de estar encerrada y el eco del cerrojo, piensa en cosas bonitas, piensa en cosas bonitas, repito en mi mente una y otra vez pero como de costumbre nada pasa.
La ansiedad se apodera de mí y el sudor frío se esparce por mi espalda. Mi labio inferior empieza a temblar y tengo que tragar duramente para tranquilizarme. El chico ha dicho algo pero no sé qué es, puesto que todos mis sentidos están enfocados en una cosa: Estar encerrada.
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Hide & Seek → Jungkook (BTS)
FanfictionNara decide ser parte del comité de su escuela y después de hacer aceptada le asignan su primera tarea: Recaudación de fondos. Para ello debe vender paletas heladas el día deportivo. Cuando le ha vendido paletas a todos han quedado siete y ya no ha...