Mientras caminamos por el vestíbulo del edificio me empiezo a poner nerviosa, tanto que he empezado a morder mis uñas. ¿Qué mierda quiere que haga en su apartamento? ¿Quiere que lo limpie? ¿Qué se a su esclava? O peor... ¡¿Su esclava sexual?! Aunque pensándolo bien la última no es tan mala opción. Sacudo mi cabeza, ¿En qué demonios estoy pensando?
Se detiene en frente del elevador y yo empiezo a reír. ¿Qué acaso no se dio cuenta que soy claustrofóbica? ¿Está idiota o qué? Mi carcajada parece molestarlo porque se voltea a verme con cara de pocos amigos, detengo mi risa falsa y toso un poco para empezar a hablar y explicarle con manzanas lo que sucede.
—No puedo subirme a eso. —Le explico.
—Tienes qué.
—¿No viste lo que pasó en el salón? No tolero los lugares cerrados, tomemos las escaleras.
¿En serio Nara? ¿Estás de acuerdo en ir a su apartamento? La respuesta correcta hubiera sido, pues ni modo ahí muere ya me voy y adiós.
—Nara, mi apartamento está en el último piso, no pienso subir escaleras.
—Entonces yo subo escaleras y tú por el ascensor. —Ahora el que ríe es él.
—¿Y dejar que te escapes? No lo creo. —Las puertas se abren y me giro sobre mis talones.
—Ya te dije que no...—Mi frase se interrumpe y ahora estoy de cabeza.
Empiezo a golpear la espalda de Jungkook para que me deje abajo, pero es como si no le hiciera efecto, simplemente sigue caminando. Se adentra en el ascensor y es cuando empiezo a gritar histérica. Cuando las puertas se cierran y éste empieza a subir me deja en el piso.
Oh no, empiezo a moverme por el estrecho lugar y tomo mi cabeza entre mis manos. Me dirijo a los botones para pararlo en el siguiente piso pero Jungkook me toma de los codos y me detiene. Empiezo a respirar con fuerza y puedo sentir mis ojos cristalizarse. ¿Por qué me ha hecho esto? Todo había empezado en un ascensor.
Mis rodillas ya no responden y lo siguiente que hago es hacerme bolita en el piso, Jungkook me sienta, poniendo mi espalda en una de las paredes. Lo siguiente me saca de mi órbita. Sus labios están encima de los míos. Mis ojos se agrandan y no sé qué hacer, ¿Debería empujarlo? O ¿Debería hacer lo que deseé en nuestro primer encuentro? No hago nada, me quedo viendo las puertas de metal estupefacta. Los labios de Jungkook con suaves y se siguen moviendo encima de los míos a pesar de que no esté poniendo de mi parte.
Se escucha un ruido y las puertas se abren, seguido Jungkook se separa y me da una sonrisa, me obligo a desviar mi mirada puesto que ahora debo de estar más roja que una fresa. Él se para y me tiende su mano, la tomo y me ayuda a ponerme de pie, ya fuera empiezo a respirar con normalidad.
—¿Ves? Tu ansiedad desapareció. —Me guiña un ojo y seguido saca sus llaves para abrir la puerta de su hogar.
Hijo de la grandísima...
Abre la puerta del lugar y con una reverencia me indica que pase primero, ruedo los ojos y entro, seguido él entra también. No pido permiso y me siento en uno de los sillones, al estar en mi comodidad empiezo a ver todo y lo apruebo, es un apartamento amplio y limpio, no como el mío. Primera opción descartada, ¿Entonces que me pedirá?
—Entonces dime, ¿Qué quieres? —Mi codo está apoyado en mi rodilla y mi mano sostiene la cabeza.
—Sé quién eres. —Enarco una ceja divertida.
—¿La chica del comité que quiso venderte una paleta? —Finjo rendimiento. —Sí, esa soy yo, ¿Qué me harás ahora? ¿Ya quieres la paleta? Lamento decirte que ya no hay.
Ignora mis palabras y va directo a la cocina, de ahí saca algo de uno de los cajones y se acerca a mí. En ella hay una foto de una chica, no se le ve bien la cara pero si prestas atención es obvio que soy yo, ya que uno de los mechones de colores se escapa de la gorra y el lunar de la nariz es el mismo.
—Te he estado buscando por todos lados.
—No. —Me paro y me dirijo hacia la puerta. Jungkook me gira sobre mis talones y me pega a su pecho. —No. —Repito.
—Te necesito. —Enarco una ceja.
—¿Y si me niego? —Sus ojos se oscurecen de pronto y sus facciones se endurecen.
—No quieres saber qué pasará si no me ayudas. —Dice con voz ronca y yo le creo.
—¡Agh! —Me suelto de su agarre y despeino mi cabello con frustración. —¿No pudiste pedirme ayuda en otra cosa? ¿Cómo enterrar un cuerpo o algo así?
—Necesito que ganes un juego por mí.
—Tú y todos los jugadores saben que me retiré. —Ruedo los ojos. —Por algo lo hice Jungkook, deberías dejarlo también.
Y heme aquí, tratando de persuadir al chico que me tiene amenazada y me quiere obligar a volver a algo que ya no hago. No debería darle consejos pero la verdad me preocupa que le pase algo, esas cosas no son buenas. Y aquí ha salido mi lado amable, el cual odio, aunque al menos este se mantiene en mis pensamientos.
—Además. —Me acuesto en el sillón. —Hace mucho que no lo hago, lo más seguro es que pierda, he perdido la práctica. —Chasqueo la lengua.
—Nara. —Bufa. —Eres la mejor jugadora de dominó en todo Seúl.
—Gracias por el cumplido. —Miro mis uñas y después de pensarlo suelto un pesado suspiro. —Lo haré si me alimentas. —Me vuelvo a sentar. Él acepta sin pensarlo y antes de acercarse a la cocina me voltea a ver divertido.
—Lindo sostén.
Volteo hacia abajo y puedo ver que la blusa se ha abierto más. Me abrazo al instante y Jungkook ríe a lo lejos. Después de sacar los ingredientes y picarlos los pone en el sartén, mientras estos se cocinan él se va y vuelve con una camisa entre sus manos, la cual obstruye mi campo de visión.
La tomo más no le doy las gracias, a final de cuentas esto es su culpa. Cuando el chico está de espaldas me quito mi blusa rota y me pongo rápidamente la de él, la cual me queda algo grande, esta camisa sería perfecta para dormir, es probable que la robe. Aspiro el aroma de ella y sonrío, Jungkook huele bien.
Al voltear veo como checa algunas cosas en su celular, el cual está conectado a un cargador, como está tan concentrado decido acostarme en el sillón y esperar a que mi comida esté lista. Cierro los ojos y cuando estoy a punto de quedarme dormida alguien mueve mi hombro, abro los ojos y Jungkook me indica que pase a la barra a comer lo que me cocinó.
Lo pruebo y la verdad es que no sabe mal, al terminarlo decido ayudarle a lavar los platos y después de eso me acerco a la salida. Jungkook abre los ojos de golpe y se para del sillón en donde estaba acostado.
—¿A dónde vas?
—¿A casa? —Pregunto obvia. —Tengo sueño.
—Duerme aquí. —Río, porque la verdad es que es muy gracioso.
—¿Y dejar que me asesines en la noche? No. Además, ¿Para qué me quieres aquí?
—Nara, hoy es el juego, a medianoche.
—Genial, mándame mensaje. —Toco el picaporte pero su voz me interrumpe de nuevo.
—Perdiste tu celular. —Mierda, es cierto.
—Entonces vengo a medianoche, ¿Contento?
—Si no vienes...
Abro la puerta y la cierro más fuerte de lo que pretendo, he dejado a Jungkook con la palabra en la boca, espero unos segundos afuera porque siento que saldrá de su apartamento enojado y me obligará a quedarme, pero nada pasa. Suspiro y me dirijo a las escaleras de emergencia. Las empiezo a bajar y en mi mente solo pienso en dormir.
Si Jungkook cree que iré al juego está loco, por algo dejé de jugar y por algo me hice claustrofóbica, por más que ocupe el dinero no volveré, ni siquiera las amenazas del narizón me harán volver a tocar una ficha de dominó.
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Hide & Seek → Jungkook (BTS)
FanfictionNara decide ser parte del comité de su escuela y después de hacer aceptada le asignan su primera tarea: Recaudación de fondos. Para ello debe vender paletas heladas el día deportivo. Cuando le ha vendido paletas a todos han quedado siete y ya no ha...