T r e c e

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Los incesantes golpes en la puerta me hacen levantarme, no sin antes checar la hora en mi celular, la cual dice que son las seis de la mañana ¡Un sábado a las seis de la mañana un imbécil está despertándome! Más vale que el edificio se esté incendiando porque si no voy a matar a cualquiera que esté detrás de esa puerta.

Abro la puerta enfurecida y al ver a Jungkook parado en el marco, como si nada, quiero darle un golpe en sus partes nobles.

—Son las seis de la mañana. —Le dije, pronunciando cada palabra con lentitud.

—Lo sé.

Su mirada divertida se va yendo hacia abajo y la verdad es que ya no me importa que me vea en su camiseta, pero desgraciadamente eso no fue lo que le llamó la atención. Por estar tan molesta no recordé que esa noche había dormido en ropa interior.

Lo más rápido que puedo bajo la camisa con la mano derecha mientras que con la otra intento cerrar la puerta, pero Jungkook, siendo más rápido y fuerte no lo permite, así que simplemente la detiene con su brazo y la abre lo suficiente como para entrar en mi apartamento.

—Entra no hay problema, yo me iré a dormir. —Comento con la cara ardiendo.

—No, hoy iremos a entrenar.

Me río y me río muy fuerte. Al terminar mi carcajada me voy a mi habitación y en seguida me acuesto en la cama para volver a dormir. Al momento de cerrar mis párpados la luz se prende.

—Apágala. —Me siento en la cama y veo a Jungkook enfurecida.

—Iremos a entrenar. —Dice con seriedad.

—Primero dejo que me pique una avispa antes de ir a hacer ejercicio.

Jungkook arquea una ceja, divertido, ¡El muy infeliz se está burlando de mí! Me cubro completamente con el cobertor y trato de conciliar el sueño, pero éste es alejado de mí, todo por culpa del tucán.

—No puedes obligarme.

Se acerca lentamente hacia mí, arrastrándose por la cama hasta quedar a centímetros de mi cara. Me pego lo más que puedo a la pared pero ya no hay más, me tiene acorralada.

—¿Estás segura?

Pregunta con su aliento mentolado, seguido su mirada se pasea por mis facciones, se detiene en mis labios y siento su cálida mano en mi muslo desnudo, ahí es cuando despierto de mi trance y lo empujo. Me pongo de pie lo más rápido que puedo, tomo la ropa deportiva y corro hacia el baño para cambiarme, el hijo de puta lo logró.

Después de verme en el espejo me quiero matar, mi cabello es un asco y ni hablar de mi cara. Hago todo lo posible para estar decente, me peino, lavo mis dientes y finalmente me cambio. No tengo pensado bañarme ya que lo más probable es que sude con el "entrenamiento" del narizón.

Al estar lista, Jungkook me da una mirada de autosuficiencia y me dan ganas de volverle a golpear la nariz pero me detengo ya que la última vez nada bueno salió de eso. Tomo las llaves de la casa y mi celular, cuando pasamos por la recepción saludo al portero con la mano.

—¡SungJae! ¡Hazme saber si hay más apartamentos disponibles para cambiarme!

Jungkook voltea a verme con el ceño fruncido y lo único que hago es seguir caminando sin inmutarme ante su mirada. Al subirme a su carro tengo la loca idea de volver corriendo al apartamento, encerrarme en él y nunca más abrirle. Pero tristemente no llegaré ni a la entrada.

Llegamos a un estacionamiento vacío y Jungkook me obliga a bajar, ya fuera empieza a hacer estiramientos y me dice que lo imite.

—Bien, ahora da diez vueltas corriendo.

Hide & Seek → Jungkook (BTS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora