Capitulo 16

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Esta historia ya me dejó mareado...

— Che— exclamé para intentar llamar su atención— ¿Cómo se llamaba el manga? Así lo busco en mi computadora...

—Acchi Kocchi— dijo sin siquiera levantar la mirada del papel.

— ¿Te va un maratón? La serie es bastante corta...

— ¿Eh?— dijo cerrando el tomo, dejándolo en mi cama.— No sería... medio ¿raro? Quedarme acá contigo y verme todo un anime en la noche... no soy uno de esos ¿sabes?

— ¿Es por los posters? Ya sé que acá en Japón esta muy mal visto eso de las obsesiones... ya sabés. Esa misma palabra se usa afuera pero solo sobre anime

—Otaku...

— No sé siquiera si cuento como una de esas, solo me gusta ver anime y me hace sentir... ¿cerca de la cultura japonesa? Recordá que soy mitad japonesa, mitad argentina...

— Válido, pero si te gustan los shonen— dijo haciendo como una pausa, alargando la palabra mientras me sonreía pícaramente— Tenés la vida real.

— Sí, pero no es como si tuviera tantos desafíos como un personaje de anime tendría.— dije, cuando las palabras comenzaron a rodar fuera de mi lengua sin siquiera haber cruzado mi mente— imagínate vos, si fueras hijo de Satán y quieras ser exorcista ¡Hasta querer derrotarlo! Tendrías mil y un obstáculos, un montón de desafíos. Imagínate que además haya alta conspiración dentro del Vaticano y...— Él me miró, confundido— Sería tan genial... pero obviamente que sos un humano común como Yukio.

Tenía una sonrisa medio incomoda. Me sentí extraña, me sentí mal ¿Lo había ofendido o había hablando mucho?... pero mi mirada solo se centraba en sus labios mientras daba una risa medio falsa. Sus dientes... ¡esos dientes! Sus colmillos se veían afilados, al igual que sus orejas.

— Sería muy triste vivir así ¿No te parece?— dijo fijando su mirada en el suelo— ¿Quién querría ser amigo de tal demonio? Sería considerado una rareza peligrosa. — se sobre exaltó un poco, como si saliera de un trance— no es que sea así yo... es que siempre le excluyeron de todo por ser así como soy.

— Nah, te pasa como a mi. Me decían que era rara, me molestaban como la china rara. Pero no creo que me fuera por la parte "rara" de mi— dije, intentando sonar seria y seguir de modo sarcástico— Es porque soy geni, y nadie soporta que brillen más que ellos.

Él me miró, con una mueca que aguantaba una risa pero a la vez me miraba como si estuviera desafiándome a un duelo de quién decía más boludeces.

De todas formas, nos sentamos en el suelo con el fin de ver el anime. Sería en verdad rato que se siente en mi cama, siendo Japón. Más raro si en mi silla porque tendría que sentarme arriba de él por no haber otra sillas... y eso suena a un anime ecchi de comedia.

(N/Autor: no me acuerdo la cantidad de sillas y no especifique nada en la primera versión de este capítulo del 2016)

Pero era esto... ¿una comedia?

Rin estaba apoyado contra mi cama, como si él costado de esta fuera un respaldo. Pero yo me cargaba sobre mis propios hombros, mientras intentaba concentrarme en ver el animé. Mas los ojos azul profundo de Rin se reflejaban contra la parte negra del borde de mi computadora, hasta de la pantalla misma. No sé por qué ni a dónde se fue mi vergüenza, porque  me quedé observando cada detalle de sus ojos pero de manera directa.

El secreto de Rin OkumuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora