Capitulo tres

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El padre de la joven se agachó a su altura. La niña podía ver la pesada carga que tenía en ese momento. <<¿Qué pasa?>> se preguntaba a si misma.

—¿Te acuerdas que te dije que Satán te había salvado por qué me debía un favor?—dijo el padre cerrando sus ojos como si tratase de no llorar. La niña, confundida, asintió

—He hecho algo muy malo— dijo tensando su puño—Debí haberle matado.

—Papá, no te estoy entendiendo bien...

—Verás, él fue quien en verdad mató a tu madre y hermana— abrió sus ojos, la niña vio como una pequeña lágrima se le escapaba de los ojos de su padre.—Jamás—susurró para luego hacer énfasis —Jamás— gritó— confíes en él si se te da la oportunidad. No seas estúpida como yo lo fui, prométemelo. Si alguna vez lo encuentras, mátalo.

La niña, sin palabras se abalanzó sobre su padre para darle un abrazo.

— Esta bien, papá. Te lo prometo, y seré, además, un paladín.

—También dime que no le dirás a nadie. No al señor ese con el que estaba, el padre Fujimoto.— dijo correspondiendo el abrazo de su hija— y protege a los hijos de Satán. En un futuro entenderás por qué debes hacerlo. Yo sé que eres inteligente y de seguro serás muy buen, más que ahora, con el sable.

En ese momento entendió todo el plan que tenía su padre. Si en un futuro aparecía el Señor Satán necesitarían algo con un poder parecido para lograr derrotarle y si los hijos que él tenía tenían poderes igual de fuertes que los suyos podrán pelear fuego contra fuego <<Pero los hijos están muertos>> pensó la joven.

—¿No estaban muertos?

—Al parecer no.— dijo levantándose de su agache.— Pinky promisse— dijo sonriente mientras extendía su meñique. La joven extendió el suyo y no unió con el de su padre, aceptando la promesa— Y am hay otra cosa...

<<¿¡Cuántas cosas me da este viejo!?>>

—Sobre tu ojo. Tu ojo que no es café, es una marca de Satán por lo que tengo entendido. Puede ser que tengas poderes, así que— suspiró — Cuídate, hija. Algún día ni yo o Agus te podremos proteger. No estaremos aquí para siempre.

—Lo entiendo—dijo mirando al suelo.

—Y cúbrete lo ya que pueden llegar a pensar que eres un demonio por qué es muy parecido a uno de Satán... mas ahora mismo no lo entenderás. Si te ejecutan no sé qué haría sin ti.

<<Ñe, no me preocuparé tanto. Total, sé que no parezco un elfo... pero algo raro en mí si es raro y no lo negaré>>

—¿Por eso quizás cuando toco el fuego nunca me quemo?

—No sé, no importa— dijo rápidamente, como si intentase evitar el tema.

— ¡Okay!— dijo intentando aparentar feliz— ¿Dónde dormiremos?

— Em...— el rubio cambio su rostro a una sonrisa nerviosa— Llamaré a mi prima... de seguro tiene un espacio para nosotros.

—¿Prima?

•••

Entraron a un lugar que parecía la mezcla entre una casa y almacén. Había una especie de puerta que guiaba a un Jardín. Mai y su padre entraron por aquella puerta de metal.

— ¡Tía! Tanto tiempo sin verla... ¿Cómo anda? — le dijo a una mujer de edad con pinta de abuela amable de película.

— Es un lindo jardín, ¿Verdad? Yo y Shiemi lo cuidamos— dijo la mujer. A su paso salieron dos personas más, una niña de la edad de Mai y una mujer más grande. <<Más y más gente para seguir confundiendo>>

—¡Itoko-chan!— grito Kazuto. La joven Mai miraba desorientada la situación.

—¿Ella es tu hija? Es muy bella... creció tanto desde la ultima vez que la vi ¡Al igual que Shiemi!— la mujer miró hacia atrás donde había un almacén— Me tengo que ir a trabajar, los dejo.

—¡Holo!— saludó Mai amigablemente.

—Hola— dijo una joven de cortos cabellos claros como la paja que parecían más suave que el terciopelo. Sus ojos parecían dos hermosas flores color verde y con toques azulados.— Creo que somos primas segundas.

—¿El jardín es tuyo, verdad? Es hermoso, se parece al que vi en un libro— dijo Mai intentando recordar el nombre...— ¡Amhara!.

Los ojos de la rubia cobraron un brillo diferente.—¡Amo ese jardín! Es mi sueño ir a él... seremos buenas amigas.

— Genial ¡Mi primer amiga japonesa!

<<No importa si no la vuelvo a ver, amo la palabra amigos>> pensó la chica al suspirar

—¡Me llamo Mai Oka!

— Yo soy Shiemi, esta es la abuela... Y no te preocupes por donde dormirán, ya hemos preparado todo. ¿Quieres plantar conmigo? ¡Es súper divertido!

— ¡Si! Ensuciemonos de tierra—Rió Mai— Sabias: Hoy eh conocido a un chico tierno y ahora te conozco a ti. Aquí está lleno de gente kawaii— dijo, haciendo que lo único que Shiemi pudiese entender sea la palabra Kawaii.

La rubia solo la miró confundida y sonrió inocentemente. Guió a la joven protagonista de esta historia a un lugar lleno de flores pequeñas color lila que, al lado, tenían flores bordo y de un rojo intenso como la mismísima sangre. La japonesa miró a la latina —Se parece a tú lindo ojo ¿Te parece plantar más de estas? ¡La abuela te enseñará! Ella es muy buena en estas cosas.— se emocionó. Seguía teniendo ese extraño brillo en sus ojos que le hacían ver más hermosa y tierna de lo que era, al mirarla los minutos pasaban más rápido. El divertirse hizo que las chicas perdiesen la noción del tiempo hasta que sonó un pequeño reloj indicando que deberían dormir.

Desde ese día, en el cual conoció a esas personas, su vida tomaría un rumbo diferente:*

La joven rubia que eh conocido y al joven de ojos turquesas eran dos personas que jamás olvidaría. Lo único que sé es que ella, Shiemi, era la única que observó con atención, no como otras personas. Lo único malo sería que no las volvería a ver luego de años.

_______Nota Autora_______

Me hubiese gustado poder cambiar la font de las letras al final ya que cambia de narrador para casi toda la historia, pero Wattpad Solo tiene tres funciones :(
Puto Wattpad (♯`∧')
Debería poner otra :'v aunque ya sé que es para que el lector elija una propia font así que pondré asterisco y así.

*Cambio de narrador

El secreto de Rin OkumuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora