Capítulo 5

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Narra Emily

- No puedo creer que me hayan echado de la clase por tu culpa. - reprochó Zayn.

- ¿Por mi culpa? ¡Tu empezaste!- le grité a la defensiva.

- Pero tu la seguiste.- contestó con obviedad.

- Tu empezaste.- le dije de la misma forma.

- ¡Y tu la seguiste que es lo mismo!- gritó molesto.

- ¡Ya! No quiero seguir discutiendo contigo, no lo vale- suspiré pesadamente.

- Yo lo valgo todo.

- Ah, ¿si? Pues a mi no me vales ni un centésimo.

Lo dejé con la boca abierta y me retiré. Ya me estaba hartando.

Hoy tenía practica con _____(t/n), seguramente si no ha hecho planes, iremos juntas.

En el camino me encontré con Adriana, una de mis amigas. Ella es una increíble persona, por cierto. Es de test blanca, cabello negro por encima del pecho, de altura media, ojos de un color verdoso, ¡y su cuerpo es envidiable! bueno, es porrista, ¿que se puede esperar? Por suerte es una de las pocas  con cabeza. Es loca, divertida, bromista, amigable, es buena con todas las personas, o casi todas. Nuestro parecido, ya que con aquellas personas hipócritas, que no se lo merecen, podemos llegar a estar demasiado a la defensiva; realmente cuando la conocí parecía como el resto, pero ella estotalmente diferente y es una gran amiga. Vestía su uniforme, que consistía de un conjunto de un top y una pollera rosada y blanca con un Halcón que representaba nuestro equipo en el colegio.

- ¡Hey!- grité llamándole la atención.

- ¡Hey!- me sujetó fuertemente entre sus brazos.

- ¿Cómo has estado?

- Bien por suerte ¿y vos?

- Era todo hermoso hasta que me di cuenta que por ahora comparto dos clases con Zayn.

- Lo sé ¡Todo el colegio lo sabe!- dijo emocionada.

- ¿Que acá no hay nadie que no sea chusma?- pregunté molesta.

- Sabes como son todos.

- Lo sé, lo sé ¿Cómo vas con Josh?

- ¿Tenías que tocar ese tema?- preguntó incómoda.

- Lo siento, solo quiero saber.

- Pensé que no te gustaban las personas chusmas.- me recordó.

- Y no me gustan, pero esta es pregunta entre amigas.

- Bien, en nada ¿En que quieres que andemos?

- ¿Todavía no lo has aceptado?

- ¡No! Aún no me convence que haya cambiado.- dijo balbuceando la última frase.

- ¿Aunque hayan pasado cinco años? Por favor, dale una oportunidad.- le rogué.

- No lo se, todavía no me convence.

- ¡Pasaron cinco años mujer! El cambió por vos, e imagínate, ¡rechazó a todas las chicas del colegio! Vive pendiente de ti, te llena de regalos, ¡te invita a citas y tu solo lo ignoras! Vamos mujer despierta, ¡tienes a un hombre que cambió por ti!

- ¡Ya! No tenías que gritármelo en la cara- parecía triste.

- Lo siento. Es que ahh, es muy tierno, tienes que disfrutarlo.

- Pensé que lo tierno tu lo considerabas cursi. – dijo con esa cara de sabelotodo.

- ¡Y lo considero! Lo sensible no va conmigo. - dije mirando hacia otro lado.

La esperanza es lo último que se pierde (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora