Capítulo 51

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[Capítulo sobre Adriana: parte 1]


Narra Adriana


¿Por donde empezar? Logracioso de todo esto es que la pregunta es siempre la misma al igualque la sencilla respuesta: Por el principio.

Mis padres son separados y soy hija única, por lo que no tengoanécdotas de "mis odiosos hermanos" o "misprotectores hermanos mayores".No, tan solo soy hija única, lo cual tiene ventaja en muchospuntos de vista, sin mencionar el lado negativo.

Vivo con mi madre, (Nicole Evans) y con ella no tenemos esa típicarelación de amor/odio como todo adolescente tiene con sus padres.Ella no sabe estar todo el día en la casa así que obviamente estoysola la mayoría del tiempo, ya saben "un adolescente solo encasa... todos los días".

En el colegio trato de llevarme bien con todos, me gusta haceramigos nuevos y llevarme bien con la gente; claramente abro una granexcepción a la gente odiosa, ya que bueno, no son para nadaagradables. Por suerte tengo bastantes amigos verdaderos, mi primeramiga en el colegio fue Clara, luego de unas primeras semanas en elcolegio (por cierto, terribles semanas) nos conocimos y noshicimos grandes amigas. Con el tiempo me presentó a ____(t/n) yEmily, y de ahí conocimos más a los demás chicos. Ahora conocimosa Paola y a Mía, nos hicimos grandes amigas, y lo agradezco, no meveo saliendo solo con las del equipo de porristas, puede que algunassean agradables, pero únicamente hablan de los chicos y delmaquillaje, y yo necesito poder hablar de cosas, que si de seguro lashablara con ellas... no me entenderían.

Por ahora no tengo novio, ya saben el tema de Josh, estamos juntosde cierto modo, que yo sepa jamás me pidió formalmente que seamosnovios, y si me preguntan, estaría más que dispuesta a aceptar.Como deben saber, estoy en el equipo de las porristas, y a base queStephanie no se presentó durante un tiempo, la entrenadora me nombróoficialmente la capitana, ya que me ha visto mejorar en muchos de misaspectos y me ha dicho que trabajo duro y gracias a ello, lo heconseguido. En el equipo, no todas son malas, las que son buenas sonmis amigas, las otras que son odiosas ni me les acerco, mejorllamadas como las "huecas" amigas o séquitos de Stephanie.



¿Acaso es ley que todos los colegios tengan que tener unadescerebrada rubia? Que horror.



Bajé las escaleras tranquilamente, aún con el pijama puesto, hoyme había levantado con una hora de adelanto, no es que me gustemadrugar y encima mas de lo normal, pero hoy me levanté sin eldespertador, supongo que ayer la "siesta" - mejor llamada"coma temporal" ya que estuve horas en la cama - lo provocó,gracias a que cancelaron la practica del último partido de footballde los chicos.

Me acerqué a la cocina, me preparé un café, unas tostadas, quea unos minutos después estuvieron listas y me dirigí caminando conmi tiempo a la sala, llegué, me senté en el sillón, prendí latele, y mientras desayunaba, observaba las noticias... no había nadainteresante, cambié y dejé las caricaturas, me reí al recordar quecuando era pequeña las miraba, aunque de vez en cuando las sigomirando.

Terminé, recogí todo, lo dejé en la pileta de la cocina, apaguéla tele y subí las escaleras. Entré a mi habitación, respiréhondo y solté el aire acumulado de mis pulmones hacia las puertasdel ropero recién abierto para buscar que me pondría, luego de unosminutos, dejé el conjunto sobre mi cama y moví mis pies librementehacia el baño; una vez allí, me deshice de mis prendas, las coloquéen el canasto, y me metí a la ducha, el agua estaba templada, asíque lo aproveché. Después de quince minutos, y que el jabónlimpiara las impurezas de mi cuerpo, que el shampoo lavara mi cabezay que el agua se lleve el resto, salí de allí haciendo que lasgotas de mi cuerpo cayeran al piso haciendo pequeños charcos, mesequé, me envolví en una toalla color rosa pálido, y otra enconjunto envolviendo mi cabello, limpié con un trapo el piso ycaminé en puntas de pie de nuevo adentro de mi cuarto. Allí mevestí con un jean ajustado color carmesí oscuro, un top blanco conpuntos negros, unas botas del color del jean y una chaqueta colormostaza. Me sequé el pelo y me peiné, cogí mi cartera y acontinuación salí de mi cuarto cerrando la puerta detrás mío parabajar las escaleras con tiempo. Miré la hora, faltaban cuarentaminutos para entrar a clases y de mi casa hasta allí solo me tardabaveinticinco minutos aproximadamente. Conclusión: hoy llegarétemprano, no tendré faltas, y será un día de sorpresas, inclusopara mi primer profesor.

La esperanza es lo último que se pierde (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora