Capítulo 9: Traición

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Capítulo 9: Traición

Tras un leve movimiento negando con la cabeza el viaje se hizo largo, los tres parecíamos desconcertados y perdidos en nuestros propios pensamientos.

De vez en cuando miraba a Daemon y a Ale deseando poder entrar en sus mentes y saber lo que pensaban, si sus vidas habían sido tan alteradas como la mía o simplemente esto les era algo común.

Me preguntaba si alguna vez podría ser tan fuerte como los héroes de los libros y las películas, aquellos que aunque perdían todo parecían no verse afectados.

"Para no tener miedo necesitas morir", "El peor enemigo de alguien es creer que está a salvo por siempre", "Todos quieren una vida llena de aventuras pero cuando las tienen les da miedo seguirlas hasta terminarlas".

Frases y mas frases recorrían mi mente sin cesar.

Los edificios pasaban y junto a las luces me dejaban la mente atrapada, todo se movía a cámara lenta y agradecí a Daemon cuando habló y nos sacó a todos del trance.

- Conozco un lugar seguro- parecía pensativo como si en su propio ser hubiera una lucha interna.

-No iremos allí, recuerdas lo que pasó la última vez- dijo Ale.

-Tu casa no es un lugar tan seguro y lo sabes.

Ale giró el coche en la siguiente calle murmurando mientras una pequeña sonrisa aparecía en la boca de Daemon.

Las calles ya no me eran comunes y por ellas empezaba a ver cosas que nunca había visto, por ejemplo juraría que vi un vagabundo con 3 ojos y una mujer con 4 brazos.

Me bajé cuando el coche estacionó cerca a una pequeña plaza.

Al girarme mi cabeza volvió a tener miles de pensamientos e ideas pues ante mí estaba el mismo obelisco con el que me había cruzado aquella mañana que ahora solo parecía un lejano sueño perdido en mi actual realidad.

Daemon se bajó del coche y caminó hasta el obelisco.

Al ver que Ale lo seguía no me quedé atrás y me uní a ellos en la caminata.

Cuando Daemon llegó al obelisco pasó sus manos sobre una de las líneas y las marcas empezaron a brillar.

Un ruido brotó del obelisco y poco a poco un pequeño hueco se abrió en uno de sus lados, Daemon pasó por el al igual que Ale.

Sin embargo al ver ese pequeño hueco lleno de oscuridad miles de voces venían a mi cabeza.

"La senda del bien a veces no es la correcta", "Si eres débil mueres, pero si eres fuerte te consumes", "Nunca hay pequeños ni grandes hechos, solo hay historias que con el tiempo quedarán en olvido" Ignoré todos estos pensamientos y entré sin pensárlo de nuevo.

-Ten cuidado cuando entres Sky...

El mensaje me había llegado tarde, mi cuerpo caía en medio de la oscuridad para acabar cayendo en una pequeña red suspendida sobre un lago.

Tras ser ayudada por los dos, Daemon nos condujo al interior de una cueva que allí se encontraba, dentro de la cueva había un gran túnel hecho de piedra que conectaba con una gran sala como si de una biblioteca se tratará.

-Bienvenidos a la sede de la ciudad de Londres, hogar de solo 1 cazador, es decir yo.- Daemon parecía tratar de añadir algo de humor a la situación.

Agarró un libro y se sentó en un sofá para centrarse únicamente en la lectura.

-Deberías decirle Lucas...- Lo dijo sin levantar su mirada del libro que leía.

Tras un suspiro Ale me miró y asintió.

-Mi nombre real no es Alejandro, me llamó Lucas, y no era solo tu amigo, debía estar junto a ti para protegerte en cualquier problema que tuvieras.

Sus palabras fueron cortas pero afiladas, como dagas al corazón.

En un día había perdido a mi padre y mi único amigo me declaraba que había estado junto a mí solo por obligación

Mi cara se ponía roja podía sentirlo y no dejaría que vieran debilidad en mí, así que le dediqué una mirada de odio a Lucas y salí corriendo.

No recuerdo como llegué a ese lugar, pero el goteo del agua me despertaba de mi sueño.

Frente a mí se encontraba una mujer alta con una sonrisa en el rostro.

-Hola Sky, ¿Me recuerdas?...- hablaba sin quitar su sonrisa de la boca.

Cuando me fijé bien en ella me di cuenta de que mi vida ya no podía ser peor, ante mí estaba ni más ni menos que la secuestradora de mi padre...


Nota del autor: Debo disculparme por todo el tiempo que he tardado en actualizar, los exámenes y la cantidad de cosas que tengo que hacer me han tenido un poco distraído.

Se que esto no es excusa así que pido perdón.


Por el otro lado decir que estoy muy contento de que la historia llegara a ni más ni menos que 500 visitas, casi salto de la impresión, así que muchísimas gracias por haber abierto esta pequeña historia y espero que os siga gustando hasta el final.

Saludos,  Luis

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