—¡Vamos, vamos!
Nos movemos a toda prisa por los pasillos. No he pegado ojo en toda la noche, la tensión no me dejaban dormir, estaba nerviosísima. Después de tanto tiempo en vela apenas podía levantarme de la cama. Mis amigas también tuvieron muchos problemas para despertarse o salir de la cama. Como hemos esperado unas por las otras, se nos han hecho las ocho menos cinco.
-¡Corred!
Bajamos las escaleras a toda prisa hasta que llegamos al Hall. Por el camino también nos cruzamos con otros chicos y chicas, tenemos suerte. Con ellos hacemos un grupo más grande que nosotras tres, será más fácil pasar desapercibidas así.
Al llegar al hall vemos a un grupo enorme de chicos haciendo un círculo rodeando una mujer. Supongo que será la coordinadora. Está mirando alrededor esperando a que no haya más movimiento y así asegurarse de que ya no queda nadie por bajar. Después de un largo silencio empieza a hablar.
-¿Estáis todos? -se queda parada un poco. -Bien. A vosotros os toca ir al campo de entrenamiento del estadio de Rugby. Cuando os den descanso, podéis ir al comedor del campo, a las duchas o a donde queráis siempre y cuando sea allí dentro. No podéis abandonar el recinto mientras no os digan nada. ¿Vale? Acordaos de que es muy importante y que si os saltáis estas normas os echarán de aquí. Aunque suene insistente, no hay avisos. Os echarán a la primera. No perdáis esta oportunidad, si dejáis este campus que sea por vuestra propia decisión y no por que os hayan echado de él -la mujer tiene un tono muy íntimo. Se ve preocupada porque nos puedan echar a cualquiera de los presentes. Realmente tiene razón, sería una tontería perder una oportunidad así. A mí tampoco me gustaría que me ocurriese. Parece simpática, le interesa que nos vayan bien. Después de quedarse un rato quieta mirándonos, continúa hablando. -Cambiaréis de campo de entrenamiento, pero las primeras semanas éste será el vuestro. Ya os dirán vuestros entrenadores cuándo iréis al siguiente.
Caminamos todos en dirección al campo de Rugby. Por el camino se nota el nerviosismo en la gente. Hay muchas conversaciones agitadas entre unos y otros, se les nota descolocados. Yo también me siento muy nerviosa, no estoy acostumbrada a estos eventos deportivos ni estas aglomeraciones. Avanzo con mis dos amigas a mi derecha, nos hemos mantenido juntas todo este tiempo. A nuestro alrededor, chicos y chicas de todas las razas y edades. Somos un grupo muy variado, se nota la diferencia a otros campus de entrenamiento, donde es más normal ver una raza predominante. Siempre que veía los Juegos Olímpicos en la televisión, me llamaba mucho la atención cómo se les nota a algunos países de dónde son. Algunos deportistas se parecen mucho entre sí. En este caso, a nosotros es imposible distinguirnos a unos de otros. No se puede distinguir a un Leo de un Piscis a simple vista. Aquí seremos signos Zodiacales, no países.
Llegamos al campo de Rugby y nos dirigimos directamente a la zona de juego. Dios mío, desde aquí abajo se ve enorme.
—¡Uao...! —oigo exclamar a un chico quedándose sin aliento mientras mira a su alrededor con asombro.
En el césped nos está esperando un entrenador con una carpeta en la mano. A su lado hay un chico muy alto que parece también un deportista de los nuestros. El hombre está muy serio y concentrado, impone bastante. Parece el típico entrenador que nos va a hacer sudar la gota gorda. Supongo que tengo que mentalizarme, ahora soy una atleta. Nunca me llamó la atención el deporte pero sé que esta oportunidad no la tiene cualquiera así que quiero aprovecharla bien. El entrenador hace un gesto para que nos sentemos en el césped, quedándonos todos de un lado y ellos dos del otro. Yo me siento con mis amigas a los lados, entre todo el montón de gente. El césped todavía está algo húmedo, me moja ligeramente las piernas y el pantalón corto.
—Sss —hace Martina a mi lado al darse cuenta de la humedad del suelo.
-Sé que alguno de vosotros no ha podido venir a las charlas de los días anteriores -empieza a decirnos el entrenador -pero más o menos ya tenéis una idea de cómo funcionará ésto en general. Ya sabéis que no vais a los Juegos Olímpicos, vosotros estáis a años luz de lo que allí se hace. Soy consciente de lo que pensáis y por eso hoy os haré una demostración para que veáis de qué va la cosa.
El entrenador se agacha y posa su carpeta en el suelo. Coge un balón de rugby que estaba a sus pies y se incorpora.
-Esto es un balón de Rugby normal y corriente. Es el oficial, cumple las medidas de tamaño peso... -Dice mientras juguetea con él entre sus manos. Lanzándolos ligeramente de mano a mano y hacia el aire. -En la liga de NFL se utiliza este balón. Vosotros, sin embargo, utilizaréis otro tipo de balón. Una vez estéis entrenados, esto para vosotros será un juguete.
El profesor coge el balón y se lo pasa al chico que tiene a su lado, que lo recoge con las dos manos al instante.
-Este Piscis de aquí viene del programa de intercambio. En otros países ya han empezado a entrenar, por lo que nos va a hacer una demostración de lo que un atleta como vosotros puede hacer. No os penséis que lleva años entrenando, os lleva tan sólo unas semanas de diferencia. -El entrenador cambia de postura y extendiendo su brazo más cercano al chico, le dice -adelante...
El chico coge la pelota y la posa en el suelo. Da dos pasos hacia atrás y se impulsa a toda velocidad hacia adelante. Su pierna derecha se proyecta a una velocidad inhumana contra la pelota, tan rápido que apenas nos da tiempo de ver cómo lo hace. Su pie impacta con la punta con mucha fuerza y en el momento en el que el balón se separa del suelo, estalla en pedazos. Un harapo enmarañado se proyecta en la dirección de la patada y cae a escasos quince metros de distancia por culpa de haber perdido la forma completamente.
-¿Lo veis? -Dice el entrenador. -Un balón normal no resistirá vuestra fuerza, una jabalina normal saldría del estadio... Esto es en lo que os convertiréis y esto es lo para lo que vais a entrenar.
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Las Olimpiadas del Zodiaco: La atleta
Phiêu lưuLas olimpiadas zodiacales estuvieron prohibidas durante muchos años. Se celebraban cada 12 años, y era el evento más esperado en todo el planeta. En ellas se competía representando a un signo del Zodíaco, en vez de a un país. Dicen que en ellas, s...