16. Un gran cambio en mi vida

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Hoy tengo una clase con el profesor de Poder Mental a solas. Esta clase es individual y es imprescindible hacerla para poder hacer la clase individual de Energía. Dara ya hizo las dos, y fue lo que nos estaba contando el otro día. Nos contó que esta clase era relativamente fácil, aunque ella tuvo que repetirla varias veces hasta que la dejaron ir por fin a la clase individual con el profesor de Energía. Nos dijo que esa última si que era una auténtica locura. Que era algo asombroso que jamás había vivido.

Llego a la clase de prácticas de Energía. Es un sitio muy bonito con el suelo de madera. Es un sitio como esos de las películas de Kung-Fu o algo así... No sabría decir, nunca estuve muy puesta en esos temas. Al llegar y descalzarme (había un cartel en la entrada) me encuentro a un hombre sentado en postura de meditación en el centro de la sala. Al darse cuenta de mi presencia, abre los ojos y me saluda en una voz muy tranquila.

—Nexi ¿Verdad?... siéntate por favor —dice con muchísima amabilidad. Nunca había visto a este profesor, sabe mi nombre porque esta clase estaba programada para mí. Todos tenemos que hacerla.

Como este sitio no tiene zonas delimitadas ni nada por el estilo, me siento en una postura parecida delante de él, a dos metros de distancia.

—Esta clase tiene dos propósitos. El primero, es controlar tu mente, la parte más importante de todo atleta. El público verá lo que hagáis con vuestros cuerpos. Pero todo empieza aquí, en la cabeza–dice señalando su cabeza.– No llegaréis a los juegos si os rendís, si perdéis las ganas, si no tenéis ilusión... No haréis nada bueno si tenéis dudas, ni correréis rápido si creéis que no podéis. Todo empieza aquí, en la cabeza.

El profesor se queda parado. Tiene una forma de hablar muy pausada y sabia. Se le ve cómodo, parece acostumbrado a hablarle a desconocidos.

—El segundo objetivo de ésta clase —continúa hablando— es prepararos para despertar vuestros poderes. Sois atletas zodiacales, pero sin este entrenamiento combinado con los demás entrenamientos especiales, seríais simplemente deportistas. Aquí conseguirás la base necesaria para poder enfrentarte a los entrenamientos de Energía. Son demasiado duros como para que puedas hacerlos sin esta base, por eso si no pasas la prueba tendrás que repetir la práctica una y otra vez hasta que puedas. Sin esta prueba pasada, sería muy peligroso para tí.

—Entiendo —esto ya suena muy serio. Me da mucho respeto oírlo.

El profesor cambia ligeramente su postura, para adquirir un tono más conectado a mí.

—Pero antes de hacerlo, tendrás que hacer una cosa más. Desde el momento en el que desarrolles tu energía y tus poderes, jamás serás la misma. Mucha gente no será capaz de aceptarte. Quizás a través de la televisión, o desde la grada te admiren. Pero después, en el día a día, mucha gente se volverá rara contigo. Desconfiará de tí. Para tus padres, quizás ya no seas su niña de siempre. Esto es algo muy serio, yo no te puedo garantizar lo que ocurrirá. Tú no puedes preveer lo que ocurrirá, porque aunque creas que lo sabes, en realidad no sabes cómo reaccionaran las personas de tu alrededor. Nadie lo sabe. Créeeme.

El profesor adquiere un tono de hermano mayor. Quiere protegerme, se le ve muy buena gente. Ahora mismo, me parece de las mejores personas que he conocido. No es que las otras sean malas, es que este se pasa de bueno.

—Muchos atletas Zodiacales se han encontrado con ciertos problemas al volver a sus vidas anteriores. Algunas personas se sienten acomplejada a vuestro lado, temerosas, recelosas... Por eso, yo no soy quién debe decidir eso por tí. No quiero transformarte en un monstruo a los ojos de tus padres, de tu novio, de tus amigos... o incluso de tí misma. Nexi no serás la misma. Te aseguro que alguien te rechazará o te envidiará. Estoy seguro. No sé quién. Pero es justo que lo sepas, y que seas tú quien decidas si quieres este cambio en tu vida. Supongo que muchos profesores ya os han hablado de lo poderoso que llega a ser un Atleta del Zodíaco, pero para ser justos también tenemos que hablaros de la parte mala.

—No mucho. No nos han contado tanto. Sé que desarrollan mucha fuerza, mucha agilidad, se recuperan muy rápido... pero nunca nos hablaron de nada especialmente excepcional.

—Porque en realidad nadie sabe qué es lo que va a salir de tí —me contesta tajantemente. —¿Podrías dibujar la cara de un niño sólo sabiendo quiénes son los padres? Puedes hacerte una idea, pero poco más. Hasta que no nazca y crezca, es imposible.

El maestro se queda callado un poco.

—Aquí es imposible también. Influirán muchas cosas, incluso de la manera que tú entrenes. La curiosidad que tengas... Tantas cosas... Nexi, no os dicen nada para no influíros. Si os influyen, todos buscaréis lo mismo y algunos quizás ni siquiera puedan hacer eso y se quedarían estancados sin desarrollar ningún talento. Sólo tenéis que dejar que ocurra por sí mismo.

El profesor se incorpora.

—Ahora, te dejaré sola. Un largo rato. Quiero darte el tiempo suficiente para que tú decidas si realmente quieres convertirte en una Atleta del Zodíaco. Piensa en ello, escúchate. Piensa en las dos alternativas, no sólo en la que te llame la atención. Valóralo mucho.

Las Olimpiadas del Zodiaco: La atletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora