Capítulo 4: Primer Encuentro y Primer obstáculo

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Sofía: Llegó una mujer desarreglada y algo sucia. -¿Quién eres y quién te dejó pasar? Nosotros no compramos nada.-

Alicia: Hola, soy Alicia, la nueva asistente de Roberto. Mucho gusto.

Sofía: Disculpa, es señor Carvajal, para tu información. Ten un poco más de respeto.

Alicia: Sí, discúlpeme, señorita.

Sofía: Como sea, busca a María y habla con ella.

Alicia: OK, así lo haré, señorita. -Mientras pasaba, Sofía me empujó con el pie. Al caer, me golpeé la ceja con la esquina de un mueble.-

Sofía: -Ups, lo siento...- y corri a la oficina de Roberto.

Alicia: ¡Calma, Alicia, fue sin querer! -Pensé.- ¡Auch! Me duele mucho...

María: -Vi a Alicia sangrando en la sala.- Oh, muchacha, ¿qué te pasó?

Alicia: Bueno, una señorita... Bueno, no sé, solo sé que me caí.

María: Te ayudaría, pero no sé cómo se limpia esto. Llamaré a Roberto, él sabrá... -Entré al cuarto de Roberto, donde Sofía estaba besándolo.- -Eh, disculpen.-

Sofía: -Mierda, ahora viene esta a arruinarlo todo...- -Pensé.-

Roberto: -Oh, dime, María.- -Bajé a Sofía de mi regazo y ella se fue a su cuarto molesta.-

María: Bueno, llegó la muchacha, tiene la ceja rota y está botando mucha sangre.

Roberto: ¿Dios, qué le pasó?

María: No sé, dice que se cayó. Por favor, ¿puedes ir a ayudarla? Está botando mucha sangre.

Roberto: Ok, ya bajaré.

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Alicia: -Auch, me duele mucho. Eso me pasa por torpe.- -Pensé.-

María: Alicia, ¿verdad? Roberto ya viene bajando. Siéntate aquí y espéralo.

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Roberto: Después de buscar mi botiquín, bajé a la sala y la vi sentada, mirando por la ventana. Bueno, Alicia, cuéntame qué pasó.

Alicia: Bueno, señor, yo venía y una muchacha me dijo que buscara a María. Lo hice, pero tropecé con su pie y caí.

Roberto: Mientras me contaba, tomaba una gaza y le aplicaba alcohol para limpiar la herida. Cuando terminé, coloqué la gaza con alcohol en su herida y ella chilló.

Alicia: ¡Auch! Eso duele. -Al mirarlo, sus lindos ojos color chocolate me hicieron olvidar el dolor.-

Roberto: -Sonreí.- Sé que duele, pero debo hacerlo. -Le apliqué una crema y unas tiritas para que cicatrizara bien.- Listo. Imagino que ya sabes dónde está tu cuarto, ¿cierto?

Alicia: Realmente no, señor. Es que la señora María me dijo, pero con el golpe se me olvidó.

Roberto: No me digas señor. Te dije que me llamaras por mi nombre. Tenemos casi la misma edad. Sígueme, te llevaré a tu cuarto. Está al lado del mío. Dentro encontrarás un baño personal, televisión con cable, y hay wifi. En la mesita está la contraseña y en el armario está tu ropa nueva y un horario para el día de hoy. Son las 9 – miré mi reloj – así que tienes media hora para ir a mi oficina. A las 10 tenemos una reunión, y necesitaré algunos documentos, así que date prisa.

Alicia: Perdón, es que la señorita me dijo que no te llamara por tu nombre, así que prefiero evitar problemas. Lo siento. -Salí y entré a mi cuarto.-

Roberto: -Oh mon Dieu (¡Ay, Dios mío!).- Salí y fui a mi oficina. Entró Sofía.

Sofía: Tengo que hablar contigo.

Roberto: Ya lo estamos haciendo. -Sonreí.-

Sofía: Muy gracioso, Roberto. -Dijo algo molesta.-

Roberto: Vamos, cariño, ¿de qué quieres hablar?

Sofía: De la que contrataste.

Roberto: ¿Qué pasa con ella?

Sofía: ¿Por qué la contrataste?

Roberto: Porque tiene buenas notas y no tiene vida social. Espera, ¿fuiste tú quien le metió el pie, verdad?

Sofía: ¡Eh, este qué!? Yo... -Sofía salió huyendo de mi oficina.-

Por Siempre Tú "Más Allá Del Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora