Capitulo 10: Noche de Descubrimientos

136 8 0
                                    

R: Alicia, ¿me puedes ayudar con un ejercicio?

A: Lo ignoré y seguí leyendo.

R: Sé que es tu día libre, pero ¿me puedes ayudar?

A: Ummm... No pude resistirme más. Bueno, ¿qué hago, señor?

R: Perfecto. Mira, yo seguiré haciendo flexiones. Tú te acuestas sobre mi espalda, ¿de acuerdo?

A: Que rico, pensé. ¡No, estúpida, reacciona! Ah, está bien.

R: Me coloqué en posición y ella se acostó sobre mí. Al principio era fácil, pero tras 50 flexiones me faltaban 20, y mis brazos empezaban a temblar. Llegué a 68 y me desplomé en el suelo. Intenté levantarme, pero ella se había quedado dormida, así que decidí quedarme allí.

A: Era mi oportunidad. Mientras él dormía, le acaricié la espalda.

R: Comencé a despertar sintiendo sus manos en mi espalda, acariciándome. Lentamente me giré y sentí sus labios cerca. Agarré su cintura y junté nuestros labios. Sus labios eran tan exquisitos.

De repente, sonó el timbre del garaje. ¡Diablos! Agarré a Alicia y nos encerramos en el cuarto.

A: ¿Qué ocurre? - preguntó, asustada.

R: ¡Shh! Haz silencio. Es Sofía. Ella piensa que estamos en alguna reunión.

A: Pero...

R: Solo silencio - le pedí mientras tapaba sus labios con mi mano.

Sofía: ¡¡¡Roberto!!! ¡¡¡Carvajal!!! - gritó mientras cerraba la puerta de golpe.

Sofía POV

Sofía: Ya Wright, sonreí. Estaremos en nuestro cuarto en un rato.

Wright: Pensé que iríamos al hotel.

Sofía: Roberto no está en casa, se fue a un viaje a México... qué sé yo.

Wright: Entonces, ¿casa sola? - sonreí. Hoy será la mejor noche de tu vida.

Sofía: Lo sé, cariño.

Entramos a la casa. ¡¡¡Roberto!!! - llamé, mientras Wright me agarraba de la cintura para besarme y tiraba la puerta.

R: Maldita, susurré. Siempre me estuvo engañando. Intenté salir, pero Alicia me agarró del brazo.

A: No lo hagas. Ella no te merece. Déjala ir y luego toma las acciones legales que consideres.

Escuchaba gritos e insultos. Esa maldita me estaba engañando, incluso en nuestra propia cama. Estaba furioso, pero sabía que eso podría meterme en problemas legales.

A: Sabía que Roberto quería golpear, pero eso podría llevarlo a problemas legales. Lo besé para calmarlo. Quédate aquí conmigo, le susurré. Él me abrazó y nos quedamos así hasta quedarnos dormidos.

A: Me desperté y no se escuchaba nada. Sofía ya se había ido. Preparé algo de comida y la llevé al cuarto. - ¡Roberto, despierta!

R: Umm, aún estaba soñoliento. ¿Qué pasa?

A: Despierta, te traje algo para comer.

R: No tengo hambre...

A: Tienes que comer, cariño. - Sonreí.

R: Ok... Empecé a comerlo y me gustó bastante. Gracias por la comida.

A: De nada. Ahora báñate. Hoy vas a dormir en mi cama. No te voy a dejar solo.

R: ¿Por qué?

A: No quiero que hagas una locura. Además, mañana nos vamos a Francia.

R: ¡Mierda! El viaje a Francia... Se me había olvidado. Además... Pienso que es más fácil hacer algo loco si duermo contigo...

A: Yo dormiré en el suelo, no te preocupes.

R: No, este es tu cuarto. Yo dormiré en el sofá.

A: No, tú duermes aquí y se acabó, ¿me oyes?

R: - Sonreí. - Pero no te dejaré dormir en el suelo.

A: ¿Entonces?

R: Tú dormirás de un lado y yo del otro.

A: Ok, está bien. - Me empecé a desvestir delante de él.

R: ¿Qué haces?

A: Duermo en ropa interior. - Dije como si nada.

R: Oh, ok. Bueno, yo duermo sin nada, pero creo que será mejor que busque ropa.

A: Como quieras. - Le di un beso en la comisura de los labios y le guiñé. Esta era mi oportunidad, ya que mañana todo volvería a ser como antes.

R: Ella se acostó y se durmió. Me quité toda la ropa y me acosté mirando al lado contrario de ella.

------------------------

2 de la mañana... - Suspiré. Quizás deba prepararme un vaso con leche tibia. - Pensé.

Bajé a la cocina y me preparé una taza. Estaba sentado frente al gran ventanal, mientras la luz oscura y el brillo de la luna mostraban la tranquilidad de la ciudad. Ojalá siempre fuera así de tranquilo, sonreí. Miré a mi izquierda y en la mesita de noche vi una foto de María; el día de mi cumpleaños, ella me llevó a un lago para enseñarme a nadar. Sonreí al recordarla. Ojalá aún estuvieras aquí conmigo. - Dije mirando al cielo.

A: Ella siempre estará contigo.

Escuché una voz justo detrás de mí y me asusté.

A: Disculpa, no quise asustarte. Solo me preocupé al no verte en la cama. - Dijo mientras acariciaba sus brazos por el frío.

R: Sí, bueno, no lograba dormir y vine a prepararme leche tibia. - Sonreí.

A: Bueno, si quieres, me voy y te dejo solo.

R: No, espera. - Me levanté y la abracé. - Gracias por apoyarme en estos momentos. - Sonreí de lado.

A: No tienes que agradecer. Solo no te quedes despierto toda la noche. Recuerda que mañana hay un viaje.

R: Sí. - Sonreí. Dentro de un rato estaré en la cama.

A: Está bien, te esperaré. - Sonreí y regresé a acostarme. Nunca me di cuenta de cuándo se acostó.

Por Siempre Tú "Más Allá Del Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora