Capítulo 16

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Capítulo 16


Maratón (2/3)


Aún estoy a tiempo de arrancar y huir de esta ciudad, pero sabía que eso era imposible de hacer, debido a que Alex ya se dio cuenta de que estábamos observándolo a escondidas en la cocina. Este se cruzó de brazos son el rostro serio, y nos pidió que nos acercáramos con la mirada.

Con Adam nos miramos, y nos acercamos ambos con el rostro agachado, preparándonos para su reto.

—¿Saben qué es lo que hace esta cosa aquí? —preguntó él con un gesto molesto.

—Papá, no le digas cosa, ¿No ves que se puede sentir? Se llama Coral—habló Adam cruzándose de brazos con mirada molesta, tenía la misma postura que Alex.

Estos dos tenían el mismo genio.

—Ya, ¿Quien me explica que hace Coral aquí? —volvió a preguntar Alex —. Que yo recuerde hasta esta mañana yo no tenía ninguna mascota en esta casa.

—Fue mi culpa —murmuré despacio mientras levantaba la vista hacia Alex —. Yo decidí adoptarla.

Alex no respondió nada, simplemente se quedó callado analizando la situación.

—Adam, quédate aquí junto con ese perro —habló Alex dirigiéndose a Adam —Tú, a mi despacho. Ahora —me observó por unos segundos, antes de dirigirse a su oficina.

Tragué saliva mientras me daba vuelta para seguir a Alex. Me metí en problemas.

Cuando entré al despacho de Alex, este se estaba despojando de su saco, se dio cuenta de mi presencia, y simplemente me siguió observando. Después de despojarse de su saco, se comenzó a arremangar las mangas de su camisa. Yo seguía aun lado de la puerta, tenía miedo de lo que me podría suceder.

¿Y si me despide?

Alex se acercó lentamente a mi, y yo por inercia retrocedí hasta sentir la madera de la puerta a mis espaldas, Alex acercó su rostro al mío a tal punto de que nuestras narices rozaban, Alex me miró atentamente mientras colocaba un brazo al rededor mío y cerraba la puerta. Segundos después de eso volvió a su escritorio y se sentó en su silla.

Me hizo un gesto de que me sentara frente a él, y eso fue lo que hice. Alex no habló nada por unos minutos. Hasta que decidí preguntar yo.

—Me... —me aclaré la garganta antes de volver a hablar —¿Me vas a despedir? —pregunté con un nudo en la garganta.

Alex solamente apretó los labios sin decir nada, su expresión se mantenía totalmente ilegible, segundos después Alex suspiró.

—No Nora, no te despediré —ahora fui yo la que suspiró —Lo que sí, estoy molesto ¿Sabes? —yo asentí —Ni siquiera me llamaste para preguntarme, ni para avisarme de esta situación.

—Yo lo lamento. De verdad —hice una pequeña pausa recordado la mirada de Adam —. Pero no me podía negar a la petición de Adam, tenía un brillo tan lindo en sus ojos de ilusión al querer tener una mascota, me recordó a mí cuando mis padres se negaban a dejarme tener una, y no sabes lo mal que se sintió ver lágrimas salir de su rostro —la mirada de Alex cambio, creo que se estaba imaginando a Adam de esa forma —. No podía negarme.

Cuidando al hijo del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora