•Capítulo trece.

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13.

Consciencia culpable.

Eran las cuatro de la madrugada cuando se despertó, dejó el cálido lecho con una sensación nauseabunda en el estómago y entró a la ducha, como todos los días. Su amante seguía profundamente dormido, acaparando la mitad de la cama y con una mano colgando fuera del colchón.

Alexander Lightwood se miró frente al espejo y se preguntó qué demonios estaba mal con él.

Jace y Clary llevaban poco más de un mes conviviendo en el apartamento, ambos compartían una habitación en el segundo piso; Alec continuaba ayudando a Clary con sus conocimientos sobre el mundo de las sombras, como previamente había hecho en el Instituto de Nueva York, sólo que ahora respondía ante la Clave como su tutor. La Cónsul Penhallow se había encargado personalmente de todo el papeleo, oficialmente Clarissa Morgenstern se hallaba bajo la tutela de su hermano mayor Jonathan, al menos durante otro año y medio, mientras cumplía la mayoría de edad y Alec Lightwood era el encargado de continuar con su educación como cazadora de sombras. Al menos en la parte teórica, ya que Jace y Jonathan parecían estar más que contentos de competir en la sala de armas por ver quién podía enseñarle más cosas.

Era fácil convivir juntos, por lo menos para Alec, Jace y Clary,que estaban acostumbrados a pasar tiempo juntos, y Jonathan se adaptaba fácilmente a las circunstancias. Alec y Clary se turnaban para hacer el desayuno, Jace preparaba el almuerzo y pedían comida para llevar todas las noches. Jonathan ayudaba a Alec a preparar los contenidos que Clary vería cada día, Jace devoraba los libros de la biblioteca y Alec disfrutaba de actuar como Hodge. Aunque las cosas parecieran estar yendo de maravilla, la verdad era que Alec sabía que todo estaba mal por su culpa.

Llevaba treinta días acostándose con Jace.

Literalmente, el rubio pasaba más tiempo en la cama de su parabatai que en la de su novia. Alec tenía a Jonathan, quien se comportaba como un perfecto caballero: cariñoso. dulce, respetuoso, y aún así disfrutaba de las caricias de otro hombre por las noches. Estaba engañando a Jonathan, y ya no lo soportaba, aparte también estaba el hecho de que Jace tenía a Clary.

Clary, que estaba profundamente enamorada de Jace. Clary, que le había brindado su apoyo cuando más lo necesitaba. Clary, que se había convertido en su mejor amiga.

Alec se sentía miserable, por ello había decidido terminar con todo ése mismo día. Hablaría con Jace y terminaría la reciente faceta sexual que había adquirido su relación, le contaría todo a Jonathan y pediría disculpas, y vería cómo demonios recuperar la amistad de Clary una vez que ésta se hubiera enterado de todo lo sucedido entre Jace y él.

«Demonios, pensó Alec, la principal razón porque las chicas prefieren amigos varones es para que no se acuesten con sus novios. Vaya lío he armado»

                        [...]

Una de las habitaciones para huéspedes del segundo piso había sido adaptada para que Clary recibiera sus lecciones diarias.
Tenía un enorme pizarrón, un escritorio como el de cualquier profesor y una mesa con su respectiva silla para que su única alumna ocupara; incluso había un globo terráqueo, muchos mapas e incluso un puntero, lucía al igual que un aula de clases normal. Pero en lugar de actuar como un profesor normal, Alec se encontraba apoyado contra la mesa, jugueteando distraídamente con la goma de un lápiz mientras explicaba los acontecimientos que habían propiciado las circunstancias oportunas para la firma de los primeros Acuerdos, casi dos siglos atrás.

Clarissa, en el suelo y con la espalda pegada a la pared, asentía a todo lo que éste le decía mientras tomaba notas en un cuaderno. Alec la observó detenidamente, ya que compartía un enorme parecido con su hermano; pero ahí donde Isabelle y él eran clavaditos el uno al otro (el mismo pelo color azabache, la misma contextura esbelta y las mismas facciones), Clary y Jonathan sólo compartían un par de rasgos no tan obvios. La expresividad de los ojos, la manera de fruncir el entrecejo y la forma de agarrar la estela.

Segunda oportunidad. {Jonalec}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora