capitulo 7

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Hace una quince minutos el avión aterrizo en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, terminal dos, donde salgo siguiendo un pasillo, con señalamientos en las paredes.

Estoy en México, sin ropa, sin nada, solamente mi bolso con mi pasaporte visado, tarjetas y celular, a la única persona que puedo llamar aquí es a Santiago Amaratos Castilla, el me espera hasta dentro de dos días, pero ya estoy aquí, que puedo hacer.

Suena un par de veces, hasta que entra la llamada.

-Buenas tardes, Nuvía, como esta? A que debo su llamada?. – este hombre siempre suena tan amable.

-Buenas tardes sr. Amaratos, acabo de llegar a la ciudad de México, y me preguntaba si podría ayudarme... vera no tengo idea de a dónde dirigirme en estos momentos. – por primera vez en mucho tiempo, estoy realmente nerviosa.

-México! La esperaba hasta dentro de un par de días, ¿Qué pasó? Y quédese ahí voy por ti, llegó en diez minutos, en la planta baja hay un par de cafeterías espéreme en una de ellas. –

-Gracias, es una larga y confusa historia, lo espero.-

-Bien, hablamos en un momento mas.-

Entre a una cafetería de esas que abundan en Nueva York, pedí una de mis bebidas favorita, un chaí manzana-canela caliente, el clima aquí también es helado, así que esta delicioso como siempre.

Me siento en una de esas mesitas junto a la ventana que da al pasillo donde veo a las personas correr con sus maletas, otras hablando por teléfono, me puse a revisar mi celular, leyendo mis mensajes, tenia llamadas perdidas, pero no planeaba respoder nada hasta saber que explicar.

-Es justo como la imaginaba. – escuche esa voz que siempre me deja muda, pero ahora frente a mi, la verdad el no es como lo imaginaba, es aun mas sexi, Santiago Amaratos, esta frente a mi, con un traje gris Oxford una camina blanca sin corbata,una gabardina negra sobre sus hombros, su cabello negro perfectamente arreglado, tiene piel bronceada, una barba cerrada rebajada muy arreglada, labios carnosos y ojos negros, estoy en shock, totalmente.

-¿Señor Amaratos?. – alcanzo a decir apenas, poniéndome de pie, mientras su mirada me recorre de pie a cabeza, nos damos la mano, y el sonríe.

-Santiago! No soy tan mayor, ¿ donde esta su equipaje? La ayudo. –

-Si, yo no, no traje equipaje, en realidad, solo mi bolso. –

-En ese caso, iremos a una plaza, necesitara ropa para su estadía en la ciudad, puedo preguntar que ah pasado?. –

-Si, solo hay que ir a la plaza.-

Caminamos hacia una de las salidas, cruzo mis brazos, la temperatura bajó demasiado rápido, me estoy congelando, Santiago lo nota, asi que se quita su gabardina negra, pasándola por encima de mis hombros, justo cuando siento un flash en mi cara, de un momento a otro veo a un par de hombres rodearnos, al parecer seguridad de Santiago, que nos guía hasta una camioneta Audi negra polarizada.

-Siento eso, los periodistas nunca se cansan de acosar. – suena un tanto cansado o fastidiado.

-Lo siento, no me gusta incomodarlo. –

-No, no, es un gusto recibirla, es solo que la prensa en este país, bueno algunos, solo buscan dañar la integridad de las personas y eso me molesta. –

-Entiendo. –

Damos un par de vueltas hasta llegar a una plaza ubicada en Santa Fe, bajo con ayuda de la mano de Santiago, quien me pide que me apoye de el, extendiéndome su brazo, como todo un caballero, acepto.

Caminamos a varias tiendas, entro a unas cuantas, eligiendo jeans oscuros y claros, camisas formales, blancas, negras, tintas, tres bleisers, negro azul y biege, vestidos de diferentes colores, faldas tuvo, zapatos, unas botas altas de tacon negras, unos vans blancos, zapatillas, maquillaje, un par de bolsos, el momento mas incomodo es cuando me dirijo a una tienda de lencería VS, creí que Santiago esperaría afuera pero no, esta justo a mi lado y es un tanto incomodo, elegir ropa interior con un hombre como el al lado.

Tomo un par de coordinados 3 de tonos azules distintos, 2 negros, 2 beige, 2 blancos, y de momento es todo, están preciosos en encajes y diseños diferentes, lo miro con una sonrisa intrigante que me deja algo mas nerviosa de lo que ya estaba.

Salimos con las bolsas de VS, Santiago se las pasa a uno de sus guarda espaldas, que sostiene mis otras bolsas, nos dirigimos a la salida, para por fin ir al hotel en el que me hospedare.

Llegamos al The St.Regis México City, un hotel muy lujoso e importante de la ciudad, tal como lo habíadicho se hizo cargo de la reservación alegando que era parte del trabajo. La habitación es muy amplia, conuna gran vista a la ciudad, donde se ven los grandes edificios de la zona, solosubí a dejar las bolsas de las compras de hoy, ya que Santiago quiere quevallamos a cenar, tomo una de las gabardinas beige, retoco mi maquillaje y bajonuevamente.Llegamos a un restaurante con letrasblancas llamado BIKO en PresidenteMasaryk 407, Polanco, y es algo muy elegante, la comida es deliciosa, el vinoaun mas, definitivamente estoy fascinada.Después de la comida, pedimos unos postresacompañados de vino tinto, sabia que tarde o temprano me preguntaría que había pasadopara acelerar mi viaje, pero hablamos de todo menos de ese tema, conozco sobresu empresa y le platico de lo que hacemos en mi empresa. Hasta que finalmentelo hace. -¿Qué te trajo tan rápido y en esas condiciones aMéxico?.- -Bueno, es una gran historia, sinceramente ni yo loentiendo, solo se que no me gusta ser el juego de nadie, creo que cruze loslimites entre lo laboral y lo personal, nunca debio pasar.- -Entonces, tenemos a un hombre en esta historia. –cruza sus manos por encima de la mesa, viéndome muy intrigado. – Me interésaesa historia, platícame.- -Creo que no querra hacer negocios conmigo si lohagó. – -En este momento, somos amigos, dejemos negocios ytrabajos de lado, ¿te parece bien?, somos dos amigos contando penas deamores.- sonríe haciéndome entrar enconfianza. -Bien, ayer tuvimos una junta con una de lasempresas mas importantes de Estados Unidos, asistimos y cerramos el trato, solofalta firmarlo, el presidente que es un joven de unos veintinueve años, me pidióuna cita de negocios, una cena de negocios mejor dicho, acepte, esa mismanoche, llegamos, empezamos a platicar en eso apareció una amiga de el y semarcho dejándome sola, me levante después de un tiempo y me fui a casa, hoy porla mañana se presento en mi oficina, respondi un par de sus preguntas, cuandose estaba despidiendo me beso una vez, bueno varias veces, y yo solo Sali de laoficina subi a un avión y aquí estoy. – -Entonces, tu no hiciste nada antiprofesional alcontrario, estableciste distancia para evitar malas interpretaciones. – -Si, pero el equipo nos vio, el me persiguió, perono lo escuche, no me interesa que me vean como la mujer que tiene una relación conun hombre que apenas conoce, o que un tipo por muy importante que sea se creacon derechos sobre mi o cualquier persona.- -Y te ah llamado? .- -Un par de veces. – -No has respondido. –-No, no tengo planeado hacerlo aun, le dije quetodo lo relacionado con el contrato seria directamente con la encargada deldepartamento. – -Prudente, me parece correcto.- No me juzgo ni nada, solamente se dispuso aaconsejarme, platicamos un poco mas, hasta que decidimos irnos, saliendo delrestaurante, mas fotógrafos nos atacaron con sus cámaras, esto era fastidioso. Escuchamos un par de preguntas tan estúpidas como. < Es su novia señor. Amaratos> < Hace cuantomantienen una relación> < Es Nuvia Reinard> -Siento esto. – susurro en mi odio, mientras subíamosa la camioneta, dejando a los fotógrafos atrás. – no pensé que pasara todoesto. – -Entiendo no se preocupe. – -Ya deja el Usted y el señor, ¿somos amigos ahora,no? Solo Santiago, esta bien!?.- -Solo Santiago. – sonrio hacia el, llegamos alhotel, bajo apoyada de su mano, nos despedimos, quedamos de vernos mañana al mediodia, y asi entro al hotel. Me pongo un blusón de manga larga blanco, escote enV debajo de mi trasero, la habitación esta agradable y puedo descansar cualbebe.

CONSUME MEWhere stories live. Discover now