Parte 10

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-De ninguna manera, Sr. Thalassinos, estoy cerrando un negocio, no puedo irme! ¿ acaso esta usted loco?. - tras intentar por cuarta vez ponerme de pie, lo único que conseguí fue otro regaño de su persona.

-Que dejes de intentar levantarte!!-  paso sus manos por su cabello alborotado, me di cuenta de las bolsas que colgaban bajo sus ojos, se veía cansado, se veía estresado, y sobre todo sus ojos parecían estar rendidos.

-¿Cuanto tiempo tienes aquí?. - se sentó junto a mi cama, a mi altura, tomo un mechón de mi cabello poniéndolo detrás de mi oreja, roso ligeramente su pulgar en mis ojos, bajo a mi mejilla y se detuvo en mis labios.

-No mucho. - 

-te ves cansado, ¿ por que?. -

-No tuve un vuelo muy agradable. - tomo mi mano que era increíblemente pequeña en comparación a la de el, hubo silencio, incomodo, mas de una vez quise decir algo, pero me arrepentía, no quería hacerlo enojar, ni mucho menos gritar. - Nuvía, regresa conmigo. - su palabra quedo suspendida, alce una ceja, confundida, ¿ volver con el? - Me refiero a volver conmigo a Nueva York, tenemos muchos pendientes, todo se ah detenido por que no has estado, quiero trabajar contigo, por la forma tan profesional en que manejas todo, pero no puedo seguir esperando, ademas, no me gusta la idea de que estés aquí con ese hombre, que piensen que el es tu novio, o que si quiera se atreva a tocarte. - cerro los ojos como si quisiera borrar alguna imagen de su mente.

-Lo siento, no pensé que todo el trabajo estaba estancado, yo... volveré. -

-Iré a hacer el papeleo, y estaré de vuelta con tus cosas para que puedas vestirte. - sin mas me planto un beso fugas en los labios, ni siquiera pude reaccionar, pero me gusta .

Minutos después una enfermera entro con una pequeña maleta la dejo y volvió a salir, dentro había unos jeans mezclilla claros, una blusa suelta color rosa viejo manga larga, unos botines negro tacón pequeño, me vestí lo mas rápido que pude, dejando mi cabello suelto, ya que por la herida sentía que me lastimaría si lo recogía.

-Así que regresas a Nueva York. - brinque del susto que santiago me provoco.

-Dios mio, quieres que me vuelvan a internar. -

-No, claro que no, ¿decidiste volver con el?. - alce una ceja dudosa. -a la ciudad con el.-

-Si, pero solo por que necesita que vuelva para no perder mas dinero por que el trabajo esta detenido, no hay nada mas. - 

-Si fuera por eso no hubiera pasado dos días sentado en una silla de hospital, sin moverse, sin siquiera ir a comer, solo se fue media hora hoy por la mañana para darse un baño y me hizo jurar que no me iría hasta que el volviera, así que dime, ¿ solo es trabajo? .-

-No me dijo que estaba aquí desde hace dos días, me dijo que el cansancio era por que tuvo un mal vuelo. - 

-No seas inocente, cariño, ese hombre esta que se muere por ti, llego exigiendo verte, y a mi estuvo a punto de golpearme por pensar que eras mi novia. -

-Estas exagerando. - 

-Puedes preguntar a cualquier empleado de este hospital, algunas enfermeras babean por el, mientras que algunos médicos le han echo platica ya que no lograron convencerlo de irse a descansar, pero ya, tu sabrás si me crees o no. - me abrazo, dejando un beso en mi frente. - te voy a extrañar, te visitare pronto. -

-Grac....-

-Interrumpo algo. - no termine la frase cuando el posesiva mente sexy Sr. Thalassinos, me aparto de los brazos de Santiago, es que acaso esta enfermo. -  Nuvía nos vamos! Adiós Santiago. - y nos retiramos, Santiago nos acompaño a la salida, donde varios periodistas nos abordaron, el tan posesivo me pego más a el. .

-Señorita Reinard, ¿que fue lo que paso? ¿ sabe quien es su atacante?

-¿Cuanto tiempo mas se quedara aquí en México?

-¿Sabe quien la ataco el viernes?

-¿cree que fue alguna posible ex novia de su actual novio el sr. Amaratos?. - Micrófonos y cámaras, así como flashes y gritos de las personas hacían que mi cabeza empezara a punsar, estaba irritada, lo único que podía hacer era aferrarme a Miles, Santiago había salido por otra puerta, ya que tenia una junta y esto lo demoraría.

-Señores, señorita, mi mujer se encuentra en perfecto estado, descarte la idea de alguna conquista de Santiago ya que ellos no tienen nada que ver, son amigos y socios, sobre si se quedara mas tiempo, de ninguna manera, en este momento vamos de regreso a Nueva York donde podre cuidar personalmente de mi mujer, ahora si nos disculpan.-  seguimos caminando hacia una camioneta  Lincoln color negro, subimos, mientras se escuchaban mas gritos, preguntas, estaba estresada.

-¿Cuidar de tu mujer?, en que momento soy la mujer de Miles Thalassinos. - si con mi mirada pudiera matarlo, ya estuviéramos velándolo.

-No iba a permitir que siguieran pensando que entre el sr. Amaratos y tu había algo, tu eres mi ...-

-tu que! NADA! tu mismo se lo dijiste a Margoth, Nada, así que haber como le haces para que dejen de decir que soy tu mujer, me entendiste!. -

-Te ves tan hermosa cuando te enojas, tu nariz se arruga y tus labios se hinchan un poco.-

-Idiota. - el resto del camino al aeropuerto fue en silencio, para mi sorpresa no iríamos en un avión comercial, si no en el privado de Miles.

Al bajar de la camioneta, el chófer nos abrió la puerta, con un amable "señora" que no soy su señora! antes de abordar el avión, el piloto nos recibió antes de abordar.

-Señor, Señora Thalassinos, nos da mucho gusto verla recuperada, esperemos tengan un vuelo placentera, pueden abordar. -

-Que no soy la señora de este idiota. - grite por ultima vez, antes de abordar!

-Discúlpela, esta estresada por todo, no preste atención. - escuche decir.

Dormí todo el camino, ignorando a Miles, lo cual al llegar me lleno de energía, eran las 3 de la tarde lo cual me permitía ir a la oficina y revisar parte de la campaña de Thalassinos, Miles pego el grito en el cielo cuando le dije, a donde iba, pero no le estaba pidiendo permiso, al entrar a la empresa, no parábamos de discutir, la recepcionista nos vio y casi se carcajea, si no hubiese sido su jefa, David y dos de su equipo, nos veían igual de divertidos, subimos a mi piso, donde  al salir del elevador, me jalo del brazo, haciéndome parar.

-Que parte de que tienes que descansar no entiendes!?. - 

-Y tu que parte de que no me importa lo que digas, no entiendes. - le volví a gritar.

-Eres tan testaruda, tan desesperante, que quisiera amordazarte y llevarte a casa, para que descanses como lo dijo el medico. -

-Tu me llegas a tocar y te dejo sin hijos, no estas jugando con tu vida!. -

-No te tolero!. - me grito de vuelta

-Entonces que haces aquí! .- JA JA chúpate esa Miles.

-Tienes diez minutos para hacer lo que tengas que hacer por que después nos vamos a casa. -

-No iré a tu casa, iré a mi casa. -

-No puedes cuidarte sola, eres incapaz de mantenerte bien alimentada por un día. -

-Manejo una empresa. -

-Pues no lo harás bien si no te cuidas, así que has lo que quieras que te iras conmigo, y no me importa lo que digas!. -

-Idiota!. -

Ambos nos giramos para ir a la oficina, pero gracias, dios del karma, el espacio, dios, buda, Ála, o quien sea que este en el cielo, todo mi equipo e incluso un par de pasantes estaban observando toda la escena, Miles y yo nos miramos por un momento, mientras ellos disimulaban risas, Miles tomo mi mano y comenzó a avanzar, en dirección a la oficina, diciendo un "Buenas Tardes" a lo que todos respondían, mis chicas me miraban diciendo " tenemos mucho de que hablar" o " que nos perdimos" 

Por dios, ahora todo mundo estará convencido que soy la futura señora Thalassinos.

CONSUME MEWhere stories live. Discover now