CAPITULO 9

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CAPITULO 9

El día de hoy es la gran gala de Santiago, después de aclarar a la prensa que no éramos pareja y obvio ellos ignorarlo por completo. Santiago y yo seguíamos igual, nuestra amistad cada vez era mas fuerte, firmamos el contrato antes de lo planeado e incluso ya hemos adelantado un poco de trabajo.

Desde la oficina me han estado manteniendo informada de todo lo avanzado, dos transnacionales han decidido unirse a nosotros, definitivamente estoy bendecida.

Cerca de las ocho de la noche Santiago apareció en mi puerta vestido con un elegante traje negro, con moño y una perfecta barba recién arreglada, si este hombre es toda vanidad andando.

-Wow! Señorita Rosella se ve maravillosa. –

-Gracias señor. Santiago.

-Mírate nada mas, seré la envidia de todos, ahora si tendrán de que hablar esos reporteros...- mi vestido caía hasta el piso, mi espalda descubierta y esos brillos impresionantes de las aplicaciones eran hermosos, había decidido hacerme una coleta en ondas muy alta, un maquillaje adecuado, ojos oscurecidos y labial rosa crema, por ultimo mi bolso a juego y ya nos encontrábamos de camino al salón.

-Entro yo primero, debo entrar por atrás, para la bienvenida, te veo adentro. –

-Claro, nos vemos en unos minutos. –

Santiago tenia que aparecer de incognito ya que por los fotógrafos tardaría horas en entrar, en cambio yo no tendría mas problemas, ya que alegaba que no hablaba español, e incluso cuando me hablaban al ingles no respondía.

Diez minutos mas tarde me encontraba bajando de la camioneta negra, donde los flashes de las cámaras me segaron, seguí por el pasillo donde seguridad me apoyo para entrar mas rápido.

El salón era grande con cristaleras que abarcaban todo el muro, colores dorados, blancos y platas, daban un toque muy elegante, teníamos que bajar unos veinte escalones para llegar al centro del salón y después hacia las mesas, trataba de ubicar a Santiago pues no conozco a nadie.

Aparece justo al pie de las escaleras, extendiendo su mano mientras bajo hacia el, medio salón se ah girado para ver la escena.

-Creo que será un gusto hacerles una broma a los invitados, mi amor.

-Creo que seria un honor golpearlo si hace tal broma, señor.

-Nuvía eres muy cerrada

-Profesionalismo, Sebastián.

La velada se fue muy rápido, nos tomaron muchísimas fotos, discursos, presentaciones, saludos, baile, bueno una noche mu agradable, hasta que me retire al hotel, Sebastián insistía en acompañarme, pero preferí ir sola, ya que el era el anfitrión y era muy temprano para que se fuera.

A la salida todo era un desorden hay mas prensa que cuando entramos, apenas y puedo caminar, justo antes de llegar a la camioneta que ya me espera, uno de los periodistas me jala muy fuerte del brazo, me empujo con mucha fuerza que rodé por los escalones de las afueras del salón, vi flashes de las cámaras, un dolor punzante en mi cabeza y un liquido caliente escurriendo por mi cabeza, luego oscuridad, calma, paz...

Desperté en una habitación blanca, con esos olores a limpieza que hace que te arda la nariz, tengo un dolor de cabeza peor que el de una resaca, mi brazo izquierdo esta ligeramente vendado, creo que me eh dado un buen golpe.

-Señor ya le dijimos que no puede entrar no son horas de visita. – grita una de las enfermeras al parecer frente a mi puerta, el intentar levantarme es inútil, me duele el cuerpo como si me hubiesen golpeado, la purta se abre de golpe y esta frente a mi, realmente esta aquí.

-Nuvía. – se queda ahí parado frente a mi cama, con una expresión indescriptible, no logro saber que le pasa, esta en modo neutral.

-Señor, la señorita Rosella necesita descansar por favor, retírese.

-Esta bien, descansara mejor de camino a Nueva York, nos vamos.

-Señor, no se apresure, Ross necesita estar en reposo un poco mas, estuvo dos días dormida, y debe ser revisada.-

Que dos días!! Yo solo veo de un lado a otro como siguen con su consiente y estúpida competencia de meadas, no puedo creer que nadie me explique que ha pasado.

-Dos días!. – esto me esta empezando a alterar, y el aparato conectado a mi empieza a hacer ruidos extraños.

-Tranquila cariño, te lo explicare todo, solo relájate. –

-Dos días, como es que han pasado dos días! Sebastián, que...- toma mi mano mientras la frota, se que trata de relajarme pero eh perdido dos días de mi vida, y no tengo ni idea de que ah pasado.

-Debería mantener su distancia. – suena amenazador la voz ronca de el, esta muy exaltado, molesto quizás.

-¿Por qué haría eso?.- parece que Santiago le gusta la idea de provocarlo

-No es apropiado. –

-Ella es mi...olvídelo. – se lo que esta haciendo, pero no seré parte de una constante competencia entre estos.

-Le presento a mi mejor amigo, Sebastian Amaratos y Castilla. – finalmente haces algo inteligente Nuvía.

-Un gusto señor, soy el mejor amigo de esta mujer. – se dan la mano pero se nota la tención que hay entre ellos.

-Un gusto, yo soy su, bueno, socio. – se limita a decir, que mas podría decir, no somos amigos, ni compañeros ¿, si a caso conocidos.

-¿Y viene hasta México por su socia...?. –

-Vine a hablar sobre cosas de nuestras empresas, cuando me eh enterado de lo ocurrido, esta en todas las noticias "Novia del famoso empresario Amaratos y Castilla, atacada por misterioso hombre", Como ignorarlo. –

-Esperen... fue un reportero el que me empujo, un accidente. –

-Fue todo menos un accidente .- el parecía bastante seguro de lo que decía

-.No es el momento. –

-Me gustaría hablar a solas con ella, si no te molesta Amaratos.-

-Claro, en un rato mas regreso, si necesitas algo, solo llámame.

Pasamos un rato en silencio, un silencio incomodo, era como si el aire estuviera siendo rebanado con un cuchillo, un cuchillo muy filoso, pasaron un par de minutos, y el seguía parado justo frente a mi, llevaba unos jeans mezclilla, una camisa blanca desabotonada hasta el segundo botón, una americana gris con toques rallados morados, una barba no muy arreglada y botas color marrón, se veía tan, casual, sexi, me encantaba verlo así, frente a mi, sentía como si no existiera nadie mas, y entonces desperté y me di cuenta que estaríamos así un buen rato.

Estuvo parado unos minutos, estuvo caminando de un lado de la habitación al otro, no decía nada, me ponía de nervios, estaba callado todo el tiempo, me veía, se acercaba y luego se alejaba otra vez, estaba muy distraído, diferente, raro.

Se acerco rápido hacia mi, se sentó al borde de la cama, y me estrecho contra su pecho, al principio fue sofocante, y raro, fue molesto incluso, pero se fue amoldando a mi poco a poco, estuvimos así un largo rato, abrazados sin decir nada, se fue retirando de mi, hasta quedar de frente, no había visto esa angustia en sus ojos hasta este momento, no lo entiendo el es toda amargura y seriedad, ahora me protege?

Me vas a volver loca.

CONSUME MEWhere stories live. Discover now