- ¡Buenos días!
Elijah acaba de entrar en la farmacia. No lo veía desde la noche que salimos. Me sentí un poco avergonzada. No tenía por costumbre beber más de la cuenta en los bares. Esperaba que no se hubiera quedado con esa impresión de mi.
- Buenos días, Elijah. Mary no está por aquí hoy. Ha ido a visitar a su hija unos días.
- ¿Te ha quedado sola a cargo de todo?- pregunta sorprendido, con esa sonrisa vacilona.
- Por supuesto, ¿no te lo esperabas? – sonrío haciéndome la indignada.
- ¿Sabes? Mary no suele dejar a nadie a cargo del negocio a no ser que tenga mucha confianza con alguna persona. Así que mi más sincera enhorabuena, eso significa que eres una gran trabajadora y que lo estás haciendo bastante bien.
- Muchas gracias – me sorprendió y me sentí halagada. - ¿Puedo ayudarte en algo?
- Vengo a buscar un suplemento que dejé encargado, a ver si ya ha llegado.
- Un momento – le traigo el pedido y mientras lo gestiono con el escáner pregunta:
- Entonces no te dará tiempo ni a volver a comer a casa, ¿no?
- Mmm, que va. Tengo solo una hora de descanso, así que me acerco a la cafetería y tomo algo allí.
- Justo acabo de regresar de una reunión de negocios y me pasa lo mismo. ¿Te gustaría que comiéramos juntos?
No me lo puedo creer. Este dios invitándome a comer junto a él. Me descompone todo el cuerpo.
- Claro, ¿por qué no? – otra vez me ruborizo. No lo pienses, no lo pienses.
- ¡Estupendo! Allí estaré a sobre las dos.
Son las dos menos diez. Atiendo al último cliente y me quito la bata de mi uniforme. Suelto mi cabello, me perfumo y me aplico un poco de gloss en los labios. Menos mal que siempre tengo algún cosmético a mano en mi taquilla para retocar. Cojo mi bolso, cierro el local y me dirijo a mi encuentro con Elijah.
No lo veo sentado. Probablemente haya cambiado de idea. ¿Cómo un hombre como él se interesaría por alguien como yo? Comentó que tenía asuntos de negocios, seguro que le habrían llamado a última hora o sencillamente se ha olvidado por completo.
- ¡Aquí Lara! – escucho desde la otra acera.
Allí estaba sentado. En un restaurante italiano, con su porte y su elegancia. Me acerco sonriendo a medida que mis piernas iban perdiendo las fuerzas.
- Sé que tienes poco tiempo, así que me he tomado la libertad de pedir ya. Espero que no te importe.
- ¡Oh claro! – digo sorprendida. No me lo podía creer. Me senté frente a él y camarero nos sirvió las primeras copas de vino. Reconocí la botella. Aquello me iba a salir bastante caro, pero solo por la compañía que disfrutaba, merecería totalmente la pena. – Le blue chateaú, tienes buen gusto.
- ¿Lo conoces? No imaginaba que también dominabas los vinos franceses. Eres una caja de sorpresas.
Charlamos animadamente durante la comida. Tratamos muchos temas personales. Cada anécdota que me contaba, me parecía más interesante. El tiempo pasó muy rápido. Que hombre tan agradable y culto. Me tenía fascinada. Ojalá pudiera permanecer más tiempo junto él.
- Elijah, ha sido un auténtico placer compartir este rato contigo, pero tengo que volver al trabajo. – dije apenada.
- Yo también, eres una compañía muy agradable. – dijo, mientras se colocaba las mangas de su camisa y sonreía con picardía.
Llamé al camarero para pagar la cuenta y me dijo que ya estaba pagada. Él me había invitado.
- ¡Muchísimas gracias! No tenías por qué haberlo hecho.
- Ha sido una estrategia. – Se levanta y se acerca a mi boca. – Ahora me debes una a mí. – Otra vez esa maldita sonrisa. Otra vez roja.
- Bueno, tengo que marcharme.- Casi salgo corriendo tratando de disimular mis nervios. Notaba como me seguía con la mirada. Intenté no mirar atrás y no derretirme por el camino, literalmente.
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Chica nueva en New Orleans (Elijah Mikaelson's FanFic)
FanfictionLlevaba tiempo queriendo cambiar mi rumbo. Estaba cansada de la rutina de siempre, de los mismos problemas y la misma gente. Por eso, cuando me concedieron la beca para trabajar en New Orleans, para mí fue una auténtica lotería. En dos días salía...