A Maximiliano siempre le gustaba, llegar a su departamento y tomar una ducha. Pues eso relajaba su mente y cuerpo. Aunque ese día no hubo percances en el trabajo, Solo estaba algo cansado y tenía hambre pero de allí en más todo estaba bien.
Salió de la ducha. Se recostó en uno de los sillones de su sala sin siquiera molestarse en ponerse algo más que su bata de baño. Al vivir solo desde hace ya varios años se había acostumbrado a una total libertad para andar por su casa como le placiera.
Cerró los ojos y suspiro, sin embargo no logro relajarse ni dos minutos cuando tocaron a su puerta.
-Buenas noches, señor Orellano- saludo el guardia de seguridad del edificio –Hay una persona esperándolo afuera.
-Buenas noches Don Gustavo, ¿Quién es la persona y por qué no la hiso pasar?
-Discúlpeme señor, lo que pasa es que no quiso entrar y tampoco me dijo quién era.
-mmm, ok, no se preocupe enseguida salgo a ver que necesita.
-Está bien señor. El hombre dio media vuelta.Maximiliano cerró la puerta y fue a su vestidor para ponerse algo de ropa, supuso que no iría más lejos de la puerta principal del edificio, tomo un pantalón deportivo negro y una sudadera azul marino con gorro.
Al llegar al frente del edificio, pudo ver la silueta de un hombre, sin embargo no logro verle el rostro hasta que este se colocó debajo de la farola callejera, era su padre ¿Qué es lo que quiere ahora? Pensó Max.
Hacía más de diez años que no lo veía y le había dejado totalmente claro que no quería volver a verlo, lo había alejado de su madre que era lo que más quería en el mundo, Maximiliano aún se preguntaba cómo es que su madre pudo casarse con un hombre como él. Su palabra era la única que valía en su casa cuando de tomar decisiones se trataba.
-¿Qué se le ofrece caballero? Maximiliano se plantó frente a él y cruzo los brazos.
-Así es como me recibes después de tanto tiempo. El hombre quiso saludar a Max, sin embargo este continuo sin moverse.
-Que yo recuerde tu y yo no tenemos nada más que hablar, dejaste todo bastante claro cuando me fui de casa.
-Sabes que, aunque te duela admitirlo eres igual a mí –El hombre miro a Maximiliano de arriba a abajo. Deteniéndose por un segundo en su entrepierna.
–Bueno en casi todo, solo falle en el hecho de que nunca pude hacerte hombre.
Maximiliano puso una media sonrisa despectiva -Si llamas el hacer hombre a alguien, al hecho de intentar que se acostara con una prostituta. Me temo que tenemos un concepto de hombre muy diferente, Padre.-No me puedes reprochar el intentar curar a mi hijo.
-Aquí vamos otra vez. No estoy enfermo y cualquiera que piense eso, no es más que un maldito ignorante.
El hombre apunto a Maximiliano con el dedo y comenzó a gritarle enfurecido –Tu Madre está demasiado herida por tu comportamiento y el que ni siquiera por ella intentaste cambiar, hiciste que nuestra familia se pusiera una contra otra.
Maximiliano dio un paso al frente apretando los dientes –Eso sí que no, no fui yo el que provoco eso. Fuiste tú al imponer que tu palabra era la única maldita creencia en esa casa. Tú le metiste a mi madre la idea de que yo era malo, que todo lo que hacía atentaba contra nuestra familia.
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I'm sorry, I love You
RomanceTERMINADA sinopsis: El corazón puede romperse muchas veces en la vida. Pero cuando además de eso, sabemos que no hay marcha atrás; la impotencia nos hace sumergirnos en una obscuridad tan inmensa, que nos hace creer que ya no podremos salir de ell...