—Me voy —dijo Kaled tomando su maletín del sofá.
Alicia salió por la puerta de la habitación dirigiéndose a la cocina —que no se te olvide tu comida— dijo tomando el molde de plástico del estante y colocándolo cuidadosamente en una bolsa.
—Claro, lo siento. —Kaled le dio un rápido beso en los labios a su esposa y luego se agachó para para hablarle a la enorme barriga que estaba a punto de estallar —no me olvido de ti, mi pequeño bebe, papá volverá pronto, hasta entonces trata de permanecer allí dentro ¿vale? —Kaled le dio un beso y se despidió con la mano de su mujer, salió por la puerta cerrándola tras de sí.
Hacía aproximadamente 5 meses que Kaled y Alicia se habían mudado de la casa de los padres de éste, a una casa en el lado oeste de la ciudad, ésta no era grande, pero era todo lo que podían pagar por el momento, aunque para ellos era como estar en un palacio ya que era su hogar.
Alicia regresó a la habitación para arreglar la cama, la última semana Kaled había llegado bastante tarde, puesto que el trabajo se acumuló en la empresa y ni una vez lo había escuchado quejarse. Pero ella sabía que era sumamente duro para él, lo notaba en su rostro cada vez más ojeroso, sin embargo, siempre tenía una sonrisa para ella. Alicia había dejado ya hace un mes de asistir a la universidad, pues con el embarazado en una etapa tan avanzada se volvió agotador estar trasladándose de aquí para allá.
Dos semanas atrás acudieron con el médico, Alicia se había sentido algo incómoda y como los padres primerizos que eran, creyeron que el parto estaba por venir, el médico les dijo que, efectivamente, eran reconocimientos de este hecho, pero que aún faltaban unas cuantas semanas.
Alicia sabía que el bebé llegaría en cualquier momento, lo sentía en su cuerpo. Ya no podía estar mucho tiempo sentada en un mismo sitio, el dormir se le había hecho casi imposible, tanto ella como Kaled estaban sumamente cansados.
Alicia tomó un libro de uno de los estantes de la sala y fue a recostarse en la cama, al poco rato se quedó dormida.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Alicia estaba caminando por un lugar obscuro, a su alrededor podía ver pasillos interminables, como si se tratase de un laberinto. Alicia se tocó el vientre como un reflejo, sin embargo, ahora estaba completamente plano, no había rastro de que alguna vez hubiese estado embarazada, con desesperación trató de gritar, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta, ningún sonido salía de ella, por más que lo intentara. Miró hacia todos lados y por fin vio a una persona con un abrigo negro con capucha que iba de su cabeza a sus pies, la persona traía un bulto entre los brazos, Alicia sintió una punzada en el corazón y el llanto de un bebé se hizo presente.
Alicia corrió con todas sus fuerzas hacia el hombre, puesto que estaba segura que el llanto era el de su bebé, aun así, por más que corría, sentía que no avanzaba nada, el hombre seguía ahí parado y ella en el mismo lugar. De pronto el hombre soltó una enorme carcajada que hizo vibrar todo el lugar, retumbando en los oídos de la chica, haciéndola cerrar los ojos para tratar de calmar el dolor que el estruendo le provocó. Cuando los abrió se dio cuenta que estaba soñando, puesto que seguía recostada en la cama, inmediatamente se tocó el vientre, suspiró con alivio al darse cuenta que aún seguía ahí.
El timbre de la casa comenzó a sonar, Alicia se levantó para ver quién era, sin embargo, un terrible dolor la dobló, haciendo que cayera de rodillas, el timbre sonó un par de veces más. Entonces se calló. Alicia quería gritar, pero no podía, el dolor era demasiado fuerte. Después de un momento su móvil comenzó a sonar, Alicia sentía que si se movía siquiera un centímetro se quebraría en mil pedazos, el móvil paro y le siguió el teléfono, Alicia lo escuchó cada vez más lejos hasta que el silencio reinó.
ESTÁS LEYENDO
I'm sorry, I love You
RomantikTERMINADA sinopsis: El corazón puede romperse muchas veces en la vida. Pero cuando además de eso, sabemos que no hay marcha atrás; la impotencia nos hace sumergirnos en una obscuridad tan inmensa, que nos hace creer que ya no podremos salir de ell...