I'm sorry, I love You

Amantes Eternos (parte uno).

¿Quién dice que el amor no se da a primera vista? Si todo el mundo hubiera visto a Alicia con los ojos de Kaled, esa pregunta ni siquiera existiera. La chica llegó junto con sus compañeras a refugiarse de la incesante lluvia en la parada del autobús donde él estaba. Todas eran estudiantes de primer año en la misma universidad que él, ella levantó el rostro y sus ojos se cruzaron, perdiéndose en ese profundo color café, a tal grado que, para él, ella era la única persona que estaba ahí en ese momento.

Alicia había visto varias veces a Kaled por los pasillos de la universidad, siempre le pareció un tipo muy atractivo y varias noches se dormía pensando en cómo sería hablar con él, pasear con él o estudiar con él, sí, tal vez suena estúpido, pero cuando alguien te gusta como él a ella, todo se vuelve un poco estúpido. Sin embargo, siempre creyó que hasta ahí terminaba todo, en una ilusión y verlo pasar a la distancia, así que cuando lo vio tan cerca, se quedó sin habla, pero cuando él le hablo, se quedó hasta sin aliento.

—Hola —dijo Kaled sin pensarlo, simplemente las palabras salieron de su boca.

—Hola —Respondió Alicia algo apenada.

—¿Alicia? —Una de sus amigas la llamaba —el autobús ha llegado.

—Alicia miró de Kaled a su amiga y de nuevo a Kaled.

—Alicia, apúrate.

—Sí, ya voy —dijo Alicia, no quería irse, pero no podía hacer nada, —Te veo mañana. —El chico asintió con la cabeza, acto seguido, ella subió al autobús. No podía creerlo, le habló, bueno, no fue precisamente hablar, pero ya era un comienzo.

Kaled sacudió la cabeza para salir del estupor en el que estaba, se dio una palmada en la cabeza para reprenderse. Deberías haberla detenido, pensó, pero no, lo único que se te ocurrió fue mover la cabeza ¿Por qué mejor no te la arrancas? al fin no te sirve de mucho.

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Al día siguiente Alicia llego a la universidad sintiéndose un poco ansiosa, contrólate se dijo mentalmente, lo más probable es que ni siquiera logres verlo hoy y lo más seguro es que ya ni se acuerde de ti.

—Buenos días, señorita.

—Alicia dio media vuelta para devolver el saludo, pero cuando vio a Kaled, se quedó sin habla.

—Creo que ayer no tuvimos tiempo si quiera de presentarnos, me llamo Kaled. El chico estiró la mano para saludarla.

—Buenos días, soy Alicia, un gusto conocerte. —No sabes cuánto, pensó la chica.

Kaled se tocó la nuca con una mano —¿vas a clases?— qué estúpido, claro que va a clases ¿por qué más vendría a la universidad?

—Mmm, sí, —ambos se quedaron callados y desviaron la mirada, Alicia rompió el silencio —se me hace tarde para mi primera clase.

—Sí, claro —dijo Kaled— ¿no dejaras que se vaya de nuevo cierto? —pensó— ¿A qué hora es tu ultima clase hoy?

—A las 3:00 pm —expresó Alicia.

—¿Te gustaría si nos vemos en la entrada principal, como a las 3:30?

—Alicia sintió un espasmo en el estómago, no era posible, acaso ¿Le estaba pidiendo una cita? —Está bien.

—El chico puso una enorme sonrisa —Perfecto, te veo más tarde —despidiéndose con la mano caminó en dirección a las aulas.

Cuando estuvo fuera de su campo de visión, Alicia dio un pequeño saltito vociferando un ¡yei! El timbre sonó haciendo que Alicia corriera, puesto que si no lo hacía llegaría tarde a clase.