Varios días pasaron desde que Jackson ingresó al hospital, días en los que la incertumbre los carcomía porque no había recobrado la conciencia. Andrés y Carlota salieron de la habitación de Jackson un momento para poder hablar con el médico y llamar por teléfono para saber si a su hermana le estaba yendo bien con Nicolás, Elena no era del todo buena con los niños, pero cuando la situación lo ameritaba podía resolverlo. Después de lo que pasó y por haberlo ayudado tantos años, Elena se ofreció a cuidar al niño, mientras sus padres estaban en el hospital.
No era nada fácil mantener entretenido a Nicolás, sobre todo, después de hacerle saber que su hermano estaba enfermo y por eso no había regresado aún a casa; el niño insistía en que quería hablar con él, por supuesto sus padres no le dijeron que estaba inconsciente y que tal vez jamás despertaría.
Max seguía pensando en la conversación que había tenido con sus amigos el día del accidente y en la trágica historia de los verdaderos padres del chico. Maximiliano tenía la esperanza por mínima que ésta fuera, que lo que su amigo le dijo no fuera cierto, sí, era egoísta de su parte, pero cuando estamos enamorados nos podemos volver un poco egoístas por esa persona.
Jackson era el sobrino perdido de Carlota. Max estaba consciente de que cuando le dijera a su amigo que amaba a su hijo sería difícil, pero ahora que sabía que llevaba la misma sangre que su esposa, lo sería aún más por dos grandes razones: 1. Se sentiría mal consigo mismo por fallarle de esa forma a Carlota. Puesto que jamás lo supieron, pero ciertamente Jackson no estaba equivocado cuando dijo que él había estado enamorado de su padre. 2. Aún no sabía si Jackson realmente sentía lo mismo por él, además de que lo más seguro es que estuviera en ese estado por su culpa, sabía que debía haberlo detenido cuando se fue.
Maximiliano se acercó a la cama donde Jackson estaba recostado, se veía tan apacible. Lo tomó de la mano, estaba bastante frio, si no fuera porque el monitor marcaba sus signos vitales, podría decir que estaba muerto. El simple pensamiento hizo que le doliera el corazón, provocando que las lágrimas brotaran.
—Perdóname, por favor —Max guardó silencio un momento, como esperando que el muchacho le contestase.
Jackson estaba sentado en un hermoso jardín donde todo irradiaba paz y tranquilidad. El pasto era verde, flores de todos tipos se vislumbraban por aquí y por allá. El hermoso lago frente a Jackson hacía que al ver las pequeñas ondas que se formaban por el cálido viento, sintiera que era mecido a su ritmo, el cielo era de un azul limpio y claro. Jackson suspiro, esperaba quedarse allí para siempre. Ahí no había maldad. No había dolor. No había falsas esperanzas. Sin embargo, tampoco estaba su familia.
Una punzada de dolor se clavó en su corazón, la voz de Maximiliano se hacía presente muy lejanamente, podía escucharlo, pero no podía descifrar qué estaba diciendo, deseaba verlo, tocarlo y abrazarlo, porque aun cuando quisiera mentirse a sí mismo lo quería, pero ya no quería más dolor y estando donde estaba ahora no lo sentiría más.
Maximiliano continuó después de no obtener respuesta alguna —Jamás debí tentar a mi suerte al confesarte mis sentimientos, desde que tengo uso de razón, sabía que esto estaba mal. Después de todo, mi padre tenía razón, soy la peor persona en este mundo. Lo siento, te amo.
—Jackson alcanzo a descifrar las últimas dos frases, no quería que Maximiliano pensase eso de sí mismo, tampoco debía arrepentirse de amarlo puesto que él también lo amaba y si el mundo quería pensar que estaba mal. Pues al diablo el mundo entero, no podía seguir más en su paraíso, sabiendo que la persona que amaba estaba sufriendo.
Maximiliano sintió como los dedos de Jackson se movían, tal vez fue mínimo, pero era un comienzo, así que, sin pensarlo dos veces se levantó y fue corriendo a buscar un médico.
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I'm sorry, I love You
RomanceTERMINADA sinopsis: El corazón puede romperse muchas veces en la vida. Pero cuando además de eso, sabemos que no hay marcha atrás; la impotencia nos hace sumergirnos en una obscuridad tan inmensa, que nos hace creer que ya no podremos salir de ell...