Verdades ocultas.

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La lluvia era cada vez más fuerte, sin embargo, a Jackson eso no le importaba, puesto que el dolor pesaba más. Un trueno rugió en el cielo y todo alrededor de Jackson quedo en la penumbra, se encogió aún más en su asiento.

Si no fuera por Max, él no estaría ahora mismo lamiéndose las heridas nuevas y viejas pensó, todo era culpa de ese hombre. Por haberle dado una esperanza inexistente de que lo amaba. El único amor que tendría en la vida y que necesitaba, se dijo, era el amor de su familia.

Cuando Jackson vio a sus padres por primera vez fue un 31 de octubre, el orfanato había organizado una fiesta de disfraces para recaudar fondos. Todos los niños del orfanato asistirían, puesto que en palabras del director "su misión era causar lástima entre los asistentes, ya que un corazón conmovido, es un donativo generoso"

Carlota y Andrés llegaron en compañía de Max, los dos hombres entraron por la reja peleando como un par de niños y la mujer los miraba como si fuesen sus hijos. Jackson imagino que ella sería la mejor madre que alguien puede tener, pero no para él claro, puesto que estaba seguro de que nadie nunca lo miraría con ese amor. El destino sin embargo lo sorprendería al sembrar la misma empatía que el sentía dentro de Carlota y Andrés, convirtiéndolo en su hijo y pocos años más tarde regalándole un hermano, el cual era lo mejor que le había pasado en su vida.

—Mi familia— se dijo Jackson en voz alta suspirando. Por ellos, pensó. Por ellos valía la pena estar en este mundo y tratar de superar todo lo malo que le había pasado antes de conocerlos. Miró al cielo o lo intentó, puesto que la lluvia no cesaba, estaba tiritando de frio y sentía cómo sus extremidades se estaban entumeciendo, es hora de regresar a casa, se dijo.

Jackson caminó sólo dos pasos cuando un rayo cayó sobre un árbol a pocos metros de él, el viento era tan fuerte que una parte del árbol fue arrastrada por éste y golpeó a Jackson haciéndolo caer, Jackson sintió un terrible escozor en la parte trasera de su cabeza, con mucho tacto palpó el lugar y se dio cuenta que estaba sangrando. Sus extremidades estaban entumecidas por el frío así que su intento de ponerse en pie no estaba funcionando. Alzó un poco la cabeza para mirar a uno y otro lado en busca de ayuda, sin embargo, el movimiento le provocó un mareo que hizo que su vista se nublara hasta que se desmayó.

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Maximiliano no sabía si era buena idea decirle a Andrés sobre el incidente de esa mañana, pero ¿y si eso les daba un indicio de dónde podía estar Jackson? Dado que lo habían buscado en el sótano del edificio, e inmediatamente después fueron al estacionamiento, tomaron el auto de Andrés, para dirigirse a la universidad, Maximiliano decidió conducir al ver a su amigo algo alterado. Max estaba sumamente preocupado ya que la última vez que lo había visto, fue cuando salió de su casa.

La lluvia no cesaba ni por un segundo. La universidad estaba completamente desierta, Andrés había llamado a Dominic, el amigo de Jackson y éste le había dicho que el chico no se había presentado en todo el día allí. Maximiliano decidió entonces decirle todo a Andrés, puesto que él sabía perfectamente porque el chico no había siquiera pisado la universidad y ya se imaginaba todo lo que estaría pasando por la cabeza de su amigo en ese momento.

—Jackson estuvo conmigo hasta hace unas horas. Soltó sin más.

—¿Qué? ¿Y por qué no me lo habías dicho? —Andrés miro a Max bastante enojado.

—Lo siento, pero no creí que fuera buena idea alterarte aún más —Max estaba seguro que, si no estuviera conduciendo, su amigo ya lo hubiera golpeado

—Además estuvo conmigo porque hubo un pequeño incidente y por ello no pudo llegar a la universidad. Maximiliano pensó que era mejor ocultarle la información completa, por el momento.

—¿Qué clase de incidente? —Andrés estaba cada vez más furioso y el mango de la sombrilla lo sabía puesto que sus nudillos estaban cada vez más blancos de tanto presionarlo.

Maximiliano inventó una excusa rápida —Ya sabes a veces los muchachos pelean. Pero por el momento deberíamos enfocarnos en encontrarlo.

—Andrés soltó un bufido enfadado, Max tenía razón, primero deberían encontrar a su hijo y después ambos tendrían que darle muchas explicaciones —Creo que deberíamos regresar a casa, lo más probable es que no haya ido lejos.

—Cuando llegaron de nuevo a los departamentos, Andrés le dijo a Max que lo bajara cerca del parque para buscar en los alrededores. Algo muy malo tendría que haberle sucedido a su hijo para que éste no fuera a casa directamente. Lo más probable, pensó, era que él y Max hubieran peleado y no quería más sermones de su parte.

Andrés no podía ver mucho puesto que la luz aun no regresaba, así que saco su móvil para iluminarse, cuando iluminó el camino se dio cuenta que una parte del agua del piso parecía teñida de rojo, siguió el rastro hasta toparse con una persona tirada en la acera.

—¡Jackson!— Gritó Andrés soltando la sombrilla para acuclillarse cerca de su hijo, el chico estaba inconsciente y apenas respiraba. Llamó al número de emergencias para solicitar una ambulancia. En ese momento Maximiliano llegó a su lado pues había escuchado el grito de su amigo.

Maximiliano miró a Jackson, luego a Andrés, su amigo tenía una cara de dolor inevitable. Su amigo estaba llorando y aun cuando la lluvia le empapaba la cara Max podía darse cuenta de ello. Maximiliano se pasó una mano por el cabello mojado, no era posible que esto estuviera pasando, Jackson tenía que estar bien. No podía morir así. No sin antes convencerlo de que en verdad lo amaba y que juntos podrían olvidar todo lo que los atormentaba.

Al llegar al hospital el médico les dijo que Jackson estaba estable, pero que debían encontrar un donador de sangre lo más rápido posible dado que el tipo de sangre del chico era muy raro. Pero por una muy grande coincidencia del destino Jackson y Carlota tenían el mismo tipo de sangre.

Andrés no quería alarmar a su esposa, pero no tenía otra opción, así que tomo su móvil y le llamó.

—Hola Cariño, encontramos a nuestro hijo. Andrés no pudo evitar que su tono preocupado saliera a relucir.

—¿Qué pasa, algo le pasó, verdad? Dime qué es lo que pasa, Andrés. Habla de una vez. Andrés le explico los detalles a Carlota y acto seguido colgó el teléfono. Unos 30 minutos después, Carlota había llegado al hospital. Maximiliano salió a recibirla mientras Andrés esperaba a que le dieran más información sobre el estado de salud de su hijo.

—Max ¿Cómo está mi hijo?

—Será mejor que entremos.

Carlota imaginó lo peor cuando Max evadió su pregunta, así que se apresuró a entrar al lugar. Una enfermera ya la estaba esperando para llevarla al lugar donde le extraerían la sangre. En cuanto hubieron terminado Carlota pidió que la llevaran con su hijo. Andrés y Maximiliano por supuesto ya estaban allí.

—Hola Cariño. Andrés la abrazo y Carlota dejó salir el llanto y las emociones que estaba reprimiendo.

—No podemos ocultárselo más tiempo, debemos decírselo. Si no despierta, no podré vivir con este remordimiento.

—Él va a despertar, ya lo verás, y cuando lo haga. Te prometo que lo va a saber todo.

—Maximiliano no sabía de qué estaban hablando, pero debía ser algo grave para que sus amigos se comportaran de esa manera, claro que si ellos no querían decírselo, el no preguntaría nada. Pero al parecer no tendría que preguntar.

—Debemos decírselo a Max también, ya es tiempo de que lo sepa. Expreso Andrés. Carlota asintió con la cabeza. Su amigo separó a su esposa de él y lo miró a los ojos —¿Recuerdas cuando te conté sobre la hermana de mi esposa y su hijo?

—Sí —dijo Max, imaginando cuál sería la respuesta de su amigo.
—Pues ese niño, es Jackson.

QUERIDOS LECTORES A PARTIR DE LA SIGUIENTE PARTE, LOS CAPÍTULOS SON PRIVADOS, ASI QUE SI QUEREIS SABER QUE PASA CON MAX Y JACKSON, SOLO TENEIS QUE SEGUIRME. LOS AMO!

I'm sorry, I love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora