Capítulo 24

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-¡LEVANTATE! -gritó Ana mientras me tiraba agua fría, recién me había quitado las ataduras en las manos y pies, me levante cojeando hasta llegar a un cuarto que usaba como baño.

Había pasado una semana desde que Ana me atrapó aquí, es peor que estar en el infierno, no sé hasta donde va a durar mi fuerza de voluntad, que ya empieza a quebrarse poco a poco. Mientras hacia el intento de bañarme con un cubo de agua y una esponja veía mi cuerpo lleno de cicatrices y cortadas, todas fueron echas por ella, cada una dolía más que la otra y cada vez que me cortaba me curaba a medias, para que el dolor quedara más tiempo. 

Suspiré, tenía esperanzas todavía. Allá afuera había gente que se preocupaba por mí, seguro estarían buscándome. 

-¿CUANDO VAS A TERMINAR? -gritó Ana del otro lado de la puerta, terminé de limpiarme y me puse la ropa que había traído. 

Salí para que al instante uno de sus hombres volviera a atarme las manos y me llevara de nuevo a esa silla en la que he estado los últimos 7 días. Además de las heridas me dolía todo el cuerpo por estar las 24 del día pegada a esa silla sin moverme, no he comido nada excepto por un trozo de pan y un poco de agua, toda esta semana. Me ataron de nuevo, no había hablado, no había llorado, solo tenía la mirada perdida en el vacío.

- Si sigues así creo que muy pronto te dejare libre -dijo Ana con una sonrisa en su cara antes de irse. Apagaron todas las luces y estaba de nuevo en la oscuridad, no quería dormir porque eso significaba tener pesadillas de nuevo. 

Si su propósito era destruirme, pues felicidades, lo estaba logrando...

Narra Niall

Habíamos buscado por todo Londres, habíamos buscado por todos lados, pero no había nada. En cuanto pasó el tiempo de 48 horas, la policía procedió a buscar a Emma, para cuando hicieron eso, nosotros habíamos iniciado nuestra propia búsqueda. 

Nos filtramos en la escuela y buscamos en los reportes el de Ana para encontrar su dirección, al llegar a la que sería su casa no encontramos más que un sitio vacío. Preguntamos  en cada rincón por Emma, preguntamos por Ana, donde este esa loca ahí va estar Emma.

Ha pasado una semana y aún no la encuentran, tengo esperanzas y no las pierdo por nada. Las personas a mi alrededor se empiezan a preocupar por mí diciendo que no he comido, dormido ni estudiado por estar buscándola, pero no lo entienden. 

Recién había regresado a la escuela en busca de Ana, pero no ha regresado desde que secuestraran a Emma. Le contamos todo de esto a la policía, exceptuando la parte en la que Emma o Nathaly es buscada por la ley. Ellos procedieron a investigarla y encontraron pocos datos sobre ella.

Tenía 26 años.

Sus padres son dueños de una empresa cerca de la bancarrota.

Y su apellido es Montenegro.

-Disculpe señor ¿Ha visto a esta chica? -dije por milésima vez en el día, había recorrido la parte norte de Londres, mientras que Louis y Nichole estaban en el sur, Harry se encargaba el este y oeste de la ciudad. 

-Lo siento no -dijo, ya había perdido la cuenta de cuantas veces me habían dicho no, pero no importaba. Ella debe estar cerca.

Entré a regañadientes a una cafetería, mi estomago rogaba por comida, pero mi mente estaba ocupada en otras cosas. Formé fila esperando mi turno, empecé a sentirme mareado, los últimos días he hecho ejercicio más de lo he acostumbrado, no he descansado y he comido poco, sí, estaba mal pero estaba desesperado.

-¿Qué desea? -dijo la chica con una sonrisa coqueta. 

-Un café y un sándwich, por favor -respondí cortante, ella asintió y paso a darme mi tiquete. Ahora debía esperar por mi orden. Suspiré y me senté en una de las mesas. 

PretendingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora