Epílogo

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Narra Emma

El sonido de los teléfonos sonando, papeles siendo movidos de un cubículo a otro, personas hablando, el sonido de los tacones dando contra el suelo; ese era el típico ambiente de oficina. Al principio no fue fácil acostumbrarme a aquello considerando que no conocía a nadie, mi primer día se basó en una corta presentación para luego una incómoda relación de nueva jefa y antiguo empleado. Pero poco a poco fui conociendo mejor a estas personas hasta llegar al grado de confianza que teníamos ahora.

Habían pasado 4 meses desde que había llegado a Londres con la esperanza de tener una nueva vida al lado de la persona que tanto quería.

Y debo admitir que por fin lo había conseguido.  

- Emma, se te olvida esto - Harry salió de su oficina para darme mi portafolio. Había terminado la secundaria hace unos meses para luego iniciar la universidad y al mismo tiempo trabajaba un tiempo en la compañía para ayudarme un poco. En poco tiempo había madurado, como si todo lo ocurrido lo hubiera cambiado para bien. Hace tiempo que no lo veía de chica en chica más bien ahora solo lo veía con Alexa, una compañera o tal vez futura novia suya.

En fin me alegraba por fin verlo feliz sin tener que estar con miles de chicas o en fiestas. Parecía que por fin había encontrado a la indicada.

- Gracias - tomé el portafolio y le dediqué una última sonrisa antes de irme.

El edificio de la compañía en Londres era mil veces mejor que el de América y lo había convertido en nuestro centro de operaciones una vez que llegue aquí.

Aunque una parte de mí decía que no estaba lista para trabajar otra parte de mí pensaba lo contrario. Todavía tenía mucho que aprender y lo sabía, pero nada era mejor que la experiencia. Además que los padres de Harry eran de gran ayuda sobre todo cuando no podía con la universidad y el trabajo al mismo tiempo.

Subí al auto rumbo a casa algo cansada, pero nada que una siesta no arreglara. Decidí olvidarme del cansancio y recordar que había una persona esperándome en casa y esa persona era la principal causa de mi felicidad. 

Una vez frente a la casa en la cual Niall y yo habíamos decidido mudarnos juntos estacione el auto y bajé a toda velocidad. Nunca en mi vida había tenido tanta felicidad de estar en un lugar, de sentir que por fin pertenecía, de saber que no estaba sola y había alguien interesado en mí. Entré a la casa siendo recibida por el aroma de comida, últimamente a Niall le daba por cocinar y lo hacia de maravilla. 

Dejé mi abrigo y los portafolios sobre el sillón a la vez que entraba con cuidado a la cocina viendo como Niall estaba concentrado y de espaldas a mí. Sin previo aviso lo abracé por detrás.

- ¿Qué tal la universidad mi pequeño genio? - pregunté. No debemos olvidar el hecho que Niall era un nerd y eso lo ayudó a estar en una de las universidades más renombradas de Londres. 

- Muy bien ¿qué tal el trabajo? - dejó de mirar la comida un instante para luego darme un corto beso en los labios. 

- Muy cansado - me quejé separándome de él para quitarme los tacones. Busqué la silla más cercana para sentarme y verlo cocinar.

Él era la clase de persona que podías admirar por horas sin cansarte.

- Has durado más de lo que yo creí - expresó Niall a modo de broma haciendo que yo tomara una cucharra y se la lanzara.

- ¡Eh! sin violencia, sabes que bromeó - dejó de cocinar para buscar una silla y sentarse al frente mío.

- Lo sé, sin tu ayuda no hubiera llegado tan lejos ¿sabes? -  me senté en su regazo para luego rodear su cuello con ambos brazos.

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