Capítulo 2

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Cuando llegamos el parking estaba a reventar. Por no hablar del pub, donde no cabía ni un alfiler. Había ido todo el instituto y gente nueva que llegaba ese año.
- Ey, ¿qué tal Dalía? - dijo Sergio Harrys. Uno de los popus del insti.
- ¡Hola guapo! - dijo Dalía mientras se acercaba para darle dos besos.
Yo me quedé en un rincón ya que la gente me daba algo de igual. Dalía sin embargo es una chica fiestera y gente como Sergio la conocía por ir a tantas fiestas. Mientras veía a todos pasárselo tan bien y bailando yo estaba tomandome una piña colada con una de esas pajitas tan bonitas y de formas raras.
- Aure, te presento a Isabella y Cristian. Son nuevos este año y se instalan en los pisos de estudiantes.
- Ah... Hola, soy Aure. Encantada. - Les di dos besos a los dos.
- Oye, deja de estar tan amargada y vente a la pista de baile. - Dalía me cogió de la mano y me llevó a bailar.
Después de media hora o más bailando fui a la barra a pedir algo.
- Yo invito Aure. - me dijo Cristian.
- Ah.. No. No hace falta. Tranquilo.
- A las chicas guapas hay que invitarlas. - dijo con una sonrisa radiante.
De repente vino Isabella, su hermana y se unió a la conversación. Gracias a ella me pude escapar de Cristian, el ambiente se había puesto muy cortante por mi parte. No soy de esas personas que quieren escuchar cosas bonitas, ni que las inviten a una copa.
Cuando se hicieron las cinco de la mañana estaba cansada y quería volver a casa. Busqué a Dalía e hice todo lo posible para convencerla de irnos ya. Después de rogarle como un cachorro perdido me llevó a casa.
- Nos vemos mañana en clase. - Me dijo dándome un abrazo.
Cerré la puerta de mi habitación y me quité los tacones. No notaba mis pies y me tumbé en la cama. Como todas las noches, me puse a pensar en todo lo que había pasado en la fiesta. Cristian había sido muy lanzado conmigo, pero quizás lo era con todas. Chicos así ya había conocido en mi vida y no eran buenas las experiencias que había tenido. Cerré los ojos y me acurruqué en la cama.

DISTRACCIONES | Sara FontestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora