Capítulo 11

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Cogí un bolígrafo de mi estuche.
- Pongo "quedamos esta noche a las diez en Ruinas, ven sól@"
- ¿Qué? ¡Estás tonta o qué te pasa! - gritó Dalía - ese sitio es perfecto para cometer más asesinatos.
- ¿Qué es ese sitio? - preguntó Zed.
- Es una fábrica abandonada - dije - ¿queréis quedar en un bar o qué?
- Pues la verdad es que para mi... Sería mejor. - dijo Cristian.
- Pues vale - escribí "a las diez en el pub de los pisos de estudiantes, lleva una corbata roja para identificarte" - espero que cumpla.
- Estamos hablando de un asesino - Dijo Zed.
Pusimos la carta en la entrada de casa de Cristian, y unos minutos antes de las diez estábamos abajo. Cogimos un cuchillo cada uno por si a caso.
- Mirad - dijo Dalía - ese chico lleva una corbata roja.
- Buenas, Cristian - era un señor alto de ojos negros, tenía una cicatriz en una parte de la cara y llevaba un traje con una corbata roja. En su mano tenía un maletín negro.
- Usted... - Cristian se levantó - ¡¿usted ha matado a mi hermana?!
- Quieto, chico. No es tu hermana, y yo no le haría daño. - el señor cogió a Cristian.
- Oiga - dijo Zed - dejelo en paz. Él no ha hecho nada.
- ¿Quién es usted? - pregunté.
El señor dejó a Cristian y se sentó con nosotros, pidió un whisky y nos miró.
- Mi nombre es Lucas Collins. Soy el padre biológico de Isabella.
- ¿¡qué!? - dijo Cristian - ¿y por qué llega tan tarde? ¡¿por qué no vino cuando estaba viva?!
El ambiente se puso triste y tenso.
- Ese no es el tema. La pregunta es: ¿quién mató a mi hija?
- ¿Cree que ha sido alguno de nosotros? - dijo Dalía - eramos sus amigos.
- ¿sabéis quién ha podido ser?
- No - dijo Zed.
- Hemos respondido a sus preguntas. Responda las nuestras. - dije.
- Cierto - dijo Lucas - como ya he dicho soy el padre de Isabella. Alicia y Sam, sus padres adoptivos han creído siempre que he estado muerto, pero no. En la zona donde vivíamos antes había pobreza y muchísimos conflictos, mi mujer murió cuando tuvo a Isabella, y yo tuve que darla en adopción porque no podía hacerme cargo.
- ¿Y nunca pudo hacerse con ella?
- No. Cuando he visto las noticias he sabido que era mi hija, porque tiene toda la cara de su madre. Creedme si digo que esto es más duro de lo que parece. No lloro porque no la conocí, pero no tengo buen sabor de boca.
- Ayudenos a saber quién la mató - dijo Cristian.
- No soy detective. Ojalá. La policía hará todo lo que pueda.
- Sí - asentí - pero cuánta más gente ayude a buscar mejor.
Lucas aceptó a unirse a buscar al asesino de Isabella, pasó la noche en el piso de Cristian y Dalía y yo dormimos juntas.
*Has creado un grupo de mensajes llamado "Los detectives"*
"Ya podemos más contacto" -Aure.
"Genial idea" - Zed.

*Chat de Aure y Zed*
"Aure, tenemos que hablar... No mires este mensaje como malo. Nos vemos en el pub ahora, ¿vale?" Zed.
Cuando leí ese mensaje el mundo se me cayó encima. Corrí a coger el bus e ir al pub.
- Hola, ¿qué pasa? - pregunté.
- Esto no tiene por qué afectarnos.
- Puedes ir al grano por favor. - la voz me temblaba y no quería ponerme a llorar, necesitaba saber qué estaba pasando.
- En Kensas tuve otra novia, Layla. Pues la acabo de ver en los pisos de estudiantes.
- ¿Sientes algo por ella Zed? - pregunté con los ojos llorosos.
- No lo sé.
Esa respuesta me desgarró el corazón y me puse a llorar muchísimo.
- Mira, lo entiendo - dije, cuando en realidad no entendía nada - vamos a darnos un tiempo y tú te lo piensas todo, ¿vale?
Zed asintió y yyo me fui del pub, se puso a llover, parecía que todo se había vuelto triste. Llegué a mi casa mojada y al menos las lágrimas no se notaban tanto. Me tumbé en la cama y lloré hasta dormir.

DISTRACCIONES | Sara FontestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora